Omake no. 1
Disclaimer: Naruto no me pertenece, es propiedad de Masashi Kishimoto
Notas: Los "omake" son como escenas extra o material adicional en una obra, empezaré a subir algunas escenas así cuando sienta que pasó mucho tiempo y no tengo listo el capítulo completo, espero que les gusten y puedan comentar si les gusta que haga esto o mejor espero a tener el capítulo completo.
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Omake no. 1
Después de la fiesta
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Pocas veces Hinata se había sentido tan sofocada, generalmente pasaba su tiempo entrenando sola, visitando la tumba de Neji o estudiando sola, sí, solía pasar tiempo con su hermana pero no es que Hanabi fuera muy escandalosa o extravagante al nivel de Ino Yamanaka. Aquella fiesta de celebración por el bebé que esperaba duró todo el día y entrada la noche, el sake nunca faltó y al ser la futura mamá, todos quisieron pasar un momento a su lado, por lo que apenas pudo sentarse a descansar un poco. Asistieron muchos de sus compañeros de generación, pero también gente desconocida, fue una fiesta realmente grande, tan grande que realmente esperó que en cualquier momento Naruto cruzara la puerta ante la magnitud del evento.
— Todo fue perfecto. —exclamó Ino cuando se fue la última persona, Hinata se esforzaba por sonreír y mostrar su gratitud hacía la chica que organizó ese evento en honor a su bebé, pero hubiera deseado algo más pacífico.
— Eres una problemática, Ino, no tenías que hacer algo tan animado... —murmuró Shikamaru mientras bostezaba y miraba con aburrimiento a la rubia, si bien había tomado un poco de sake, no había sido lo suficiente para hacerlo perder la lucidez.
— Es el primer niño de nuestra generación, además tenía que aprovechar que el equipo de Hinata estaba en la aldea, ya es muy difícil encontrar juntos a Kiba y Shino en la aldea, además mucha gente quería celebrar la gran noticia.
Hinata agradeció las intenciones de Ino, realmente había disfrutado mucho conversar con Kiba, Shino y Kurenai-sensei, pero lo suyo no eran los eventos así.
— Fue una gran fiesta, Ino-san, muchas gracias... —la chica hizo una breve reverencia y la rubia sonrió.
— Vamos, Hinata, nada de sufijos, desde ahora soy Ino, futura madrina de la hermosa niña que esperan. — Shikamaru ya le había contado que Ino tenía la teoría de que esperaban una niña.
— Yo pienso que será niño, he visto el vientre de algunas mujeres en mi clan y...
Pero Ino la interrumpió.
— Aún si nace niño, más adelante podrían intentarlo de nuevo, ¿no?
El rostro de Hinata se coloreó rojo y buscó con la mirada a un cansado Shikamaru.
— No te adelantes, primero que este niño nazca bien y en el futuro pensaremos si tendrá un hermano o no... —dijo con aburrimiento. — Creo que es hora de irnos, Hinata.
— Hai... gracias por todo, Ino.
La rubia sonrió al verlos.
— Dale tu abrigo, Shika, hace frío afuera... —les gritó Ino mientras se iban.
Hinata escuchó como Shikamaru chistaba pero al mismo tiempo comenzaba a quitarse el abrigo para colocárselo encima.
— No es necesario...—balbuceó ella.
— Lo es, no sería bueno que te resfriaras o algo así.
Cansada por el agitado día, Hinata sujetó el abrigo y respiró profundamente, inundando sus fosas nasales de la embriagante fragancia de su esposo, olía a pinos y un poco de tabaco, pues a pesar de que ya no fumaba en casa, sabía que continuaba con su mal hábito cuando estaba fuera.
— Shikamaru-kun... —murmuró la chica mientras caminaban a la luz de la luna. — En la mañana recibí un mensaje del Hokage, dice que Yamato-san ya puede ocuparse de la zona faltante de mi clan, así que la madera que queda podríamos venderla para aportar a las arcas del clan Nara...
Escuchó que el chico exhalaba.
— Es una buena noticia, pronto comenzará la primavera y esperemos que la nueva cosecha se dé mejor.
Después de aquel intercambio, caminaron en silencio por la oscura aldea, solo iluminados por el alumbrado público.
— Ya casi llegamos a casa. —Shikamaru la tomó de la mano y no la soltó, gesto que hizo sonrojar a la chica.
Definitivamente le gustaba esta faceta del Nara, si tan solo su matrimonio pudiera volverse uno de verdad... se sonrojó ante sus pensamientos pero se obligó a ver la realidad de las cosas. Shikamaru salió corriendo en auxilio de Temari y nada lo pudo detener, ni siquiera su nombramiento como líder de clan... él pasó más tiempo en su misión que el tiempo que habían convivido desde que se casaron, así que no debía olvidar de que el corazón de Shikamaru ya le pertenecía a alguien más, y ellos solo estaban casados por el interés económico y político de sus clanes, solo eso.
Además, si decidía quedarse con el Nara y tener más hijos, tendría que decirle adiós para siempre a su carrera ninja... y definitivamente eso era algo a lo que no pensaba renunciar porque había trabajado tanto y no podía defraudarse ni defraudar el legado de Neji.
— Aprovechando que estás de vacaciones de tus responsabilidades de la torre, ¿Podrías mostrarme los inventarios de tu clan? El abuelo mencionó que quería comprar...
Y Hinata empezó a hablar de negocios, asunto que llamó la atención del Nara, quien pensó que estaban teniendo un momento muy personal al caminar tomados de la mano por primera vez (debía agradecer al sake que bebió el poderse dar esa libertad sin morir de vergüenza).
— Supongo que podría arreglarse... pero lo podemos discutir mañana, por hoy estoy exhausto y necesito apagar mi mente...
— Lo siento, es solo que... —no supo qué decir... así que cuando vio el portón de su casa, quiso soltarse para sacar las llaves y abrir pero la mano cálida del chico no se lo permitió.
— Estás muy fría, yo me encargo. —con su otra mano sacó las llaves y abrió la puerta de manera que ambos pudieron ingresar.
Una vez dentro, Hinata hizo un segundo intento por soltarse, pero entonces sintió como las manos del Nara la sujetaron y suavemente la empujaron contra la pared.
— Tienes las manos frías, Hinata... —ella sintió su aliento cálido y supo de inmediato que había bebido algo de sake.
— Me daré un baño con agua caliente... —respondió pero entonces sus labios fueron tomados por los del Nara, quien comenzó con pequeños roces que la hicieron contener el aliento, pero pronto los atrapó en un exigente beso que hizo que la temperatura de ambos se elevara a un ritmo acelerado. Las manos temblorosas de ella subieron hasta el pecho de él, para sujetar sus ropas mientras que las manos de él se metieron entre sus ropas para sujetar su cintura desnuda, para acariciar con devoción a su hijo que crecía ahí dentro.
Una vez que se separaron, Shikamaru se separó un poco y sonrió mientras tomaba las manos de la chica.
— Ya estás tibia. —el rostro sonrojado de la chica solo mostraba sorpresa ante lo sucedido.— Vamos a dormir. —concluyó él y la guio a su habitación.
Mientras subían las escaleras, Hinata miró su mano ser sostenida por la de Shikamaru, gesto que la hizo pensar que nunca había sentido unas manos más gentiles que las de él y por primera vez, a pesar de todos los conflictos que tenía en mente, deseó que jamás la soltara.
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