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🍃Capítulo 14

—Por fin has llegado —. Susurró el alfa, afianzando el abrazo que tenía con el omega.

Jimin, suponía que las cosas que estaba diciendo Yoongi no tenían sentido, pero eran justificables debido a su condición actual. Muchos sufrían de alucinaciones por las alta fiebres que podía traer consigo el celo y en el caso específico de los alfas, éstos solían encontrarse especialmente receptivos a los aromas dulces característicos de los omegas, como Jimin.

Luchando por un poco de aire, el omega logró librarse parcialmente del férreo agarre. Al subir su vista, tuvo el primer encuentro con los ojos, que en su estado natural eran grisáceos, tinturados de un profundo color ónice. El iris era negro, corroborando que los instintos lobunos estaban dominando el cuerpo de Yoongi.

En ese instante se escuchó el timbre. Jimin sabía que quien estaba del otro lado era Jin. Pero el lobo alfa de Yoongi solo sabía que alguien extraño quería ingresar a su territorio. Por lo tanto, la reacción de Yoongi fue soltar a Jimin y posicionarse enfrente suyo en una posición defensiva.

—Tranquilo alfa, todo va a estar bien —Jimin tocó con delicadeza la espalda de Yoongi —solo es Jin. Está preocupado porque entré aquí.

Yoongi resopló aún a la defensiva de quien sea que estuviera queriendo entrar.

—¡Jimin sal de allí por favor! —gritó el beta.

Los hombros de Yoongi se tensaron... Jimin lo abrazó por la espalda. Esperaba que eso ayudara a controlarlo.

—Por favor, déjame acercarme... no me iré. Solo haré que se vaya —le dijo al alfa.

La parte instintiva de Jimin le hacía creer que Yoongi no haría nada malo con ellos, al menos nada que él no consintiera hacer. Su lobo omega curiosamente no estaba asustado por estar frente a un alfa en celo, en realidad estaba más preocupado por la salud de Yoongi, así que no quería irse. Y no sabía cómo pensaba lograrlo, pero haría que Jin se fuera.

El alfa consintió su petición y dejó que se acercara a la puerta, claro sin dejar de mirar cada una de sus acciones.

—Jin, me quedaré a cuidar de Yoongi. Al parecer no solo está en celo, sospecho que está enfermo también... te prometo que solo lo cuidare y no pasará nada malo. Cuida de Tae por favor.

—Jimin, no puedo permitir que te quedes. Soy quien debe velar por la seguridad de los omegas del refugio y si te dejo aquí estaría faltando a mis obligaciones. Podemos llamar a un médico, no es necesario que te quedes...

—Si llegaras a tener algún problema, me haré responsable. Todo estará bien.

Por varios minutos más, Jin estuvo tratando de convencer a Jimin de que saliera de allí, pero fue inútil; hasta que el omega simplemente no le volvió a contestar y Jin tuvo que darse por vencido muy a su pesar y regresar al refugio. No pensaba decirle a nadie lo ocurrido, esperaba que las palabras del omega fueran verdad y que todo resultara bien. 

-🍃-

Como Jimin sospechaba, en el departamento estaban a plena vista medicamentos y lo que parecía ser la receta médica.

—¿Te sientes muy mal? —preguntó al alfa. Aunque era probable que éste no pudiera contestar correctamente. Y, de hecho, no lo hizo, en cambio tomó una de las manos de Jimin y la guio a sus mejillas.

Jimin acarició la mejilla y tocó la frente de Yoongi, percatándose de la alta temperatura. Tenía fiebre.

Yoongi cerró los ojos al contacto de la mano tibia de Jimin, se sentía tan relajante tener al fin el aroma que necesitaba, la presencia que necesitaba. Tenía el remedio que le faltaba para estar bien y recuperarse.

—Será mejor que vayas a descansar alfa. Ven te ayudo.

El alfa no opuso resistencia, simplemente guio a Jimin hasta su habitación y se recostó en la cama. Jimin le arropó con cuidado y se fue por unos instantes, aunque ese pequeño lapso de tiempo hizo que el alfa se desesperara por la ausencia. Al poco rato, el omega regresó con los medicamentos que había visto y un vaso con agua.

—Veo que tienes medicina, ¿también estas resfriado cierto?

Yoongi afirmo asintiendo con la cabeza.

—Bueno, entonces te ayudare a tomar el medicamento, después intentarás dormir en lo que yo preparo algo para que comas, ¿de acuerdo?

El alfa volvió a afirmar.

—Muy bien. Que agradable alfa, tan obediente —. Jimin sabía que algunos omegas preferían ser tratados con delicadeza cuando estaban enfermos, al parecer Yoongi no era la excepción, aunque fuera alfa, porque lució muy complacido con el cumplido.

—Solo porque al fin estas tú.

El alfa era muy tierno y bastante directo con sus comentarios, a pesar de que dudaba que fueran comentarios que Yoongi realmente pensara. Y, aunque Jimin estaba consciente de aquello, esas palabras le hacían sentir nervioso... raro.

Sobre todo, a su lado omega. A esa parte lobuna e instintiva que llevaba dentro suyo, parecían afectarle mucho esos comentarios.

—No sé si Yoongi piense lo mismo —refutó.

Esas palabras habían molestado al alfa. Se notaba en el rostro que anteriormente lucía apacible, ahora extremadamente serio.

—Yoongi no siempre es tan listo —murmuró. Pero las palabras fueron tan débiles que no fueron captadas por los oídos de Jimin. De lo contrario seguramente no hubiera sabido cómo interpretarlas.

—Es mejor que dejemos de hablar para que puedas dormirte.

—Bueno.

Jimin pensaba salir inmediatamente para apurarse en hacer la comida que le había prometido, pero el alfa lo tomó de su brazo y lo jalo hasta que quedó recostado a lado suyo. Mirándose frente a frente.

Ese movimiento había asustado al omega, pero sabía que Yoongi solo estaba pidiéndole indirectamente que permaneciera a su lado hasta que comenzara a dormir. Yoongi cerró los ojos solo cuando estuvo seguro de que él no se iría de su lado.

En pocos minutos el alfa estaba en el mundo onírico. Jimin por poco cae dormido también. Afortunadamente no sucedió y pudo encaminarse a la cocina del departamento para ver con que alimentos contaba el alfa para cocinar.

Solo hasta ese momento se comenzó a preguntar por qué Seulgi no estaba allí.

¿Era posible que ella no supiera que Yoongi estaba enfermo?

¿Debería llamarla?

No.

Su omega no estaba feliz con su pensar, él estaba allí. Él sería quien cuidara del alfa.

Los celos de los alfas tienen un periodo de duración aproximado de veinticuatro horas así que podría irse de allí en cuanto su lobo se calmara. Sí, eso haría. Solo necesitaba hacerle saber, de alguna forma, a su omega, que el alfa estaba bien y que habían hecho todo lo posible por cuidarlo.

Solo eso.

-🍃-

El alfa despertó dos horas después. Lo primero que registró al despertar fue que el aroma del omega seguía presente. Por lo tanto, había cumplido su promesa.

Como se encontraba un poco mejor debido a que la medicina ya había comenzado a hacer efecto, pudo levantarse sin problemas y caminar hasta la cocina donde el omega estaba concentrado sirviendo lo preparado en platos hondos.

Olía muy bien.

El alfa pensó que era una buena idea sorprender al omega y acercarse sigilosamente por su espalda hasta volverlo a tener atado a sus brazos. Lo necesitaba desesperadamente. Necesitaba enterrarse entre las hebras del cabello del omega y sentir su esencia mucho más cerca. Necesitaba impregnarse de él y a su vez impregnarlo en sus feromonas.

Jimin había percibido a Yoongi desde que entró, con su aroma tan intensificado por el celo, era obvio que lo haría. Aun así, espero hasta que él se acercó y lo volvió a envolver en sus brazos. Era una sensación tan cálida y adictiva... las feromonas lo arrullaban y le decían que estaba seguro, que estaba con la persona que más había cuidado de él... que estaba en su "hogar".

Era extraño y difícil de comprender, porque Jimin solo conocía a un alfa en celo y ese era Chanyeol. Él era muy diferente a como estaba actuando Yoongi, su omega de hecho reaccionaba de una forma muy distinta también.

Chanyeol solía ser más brusco para tocarlo, no pedía las cosas... las exigía y nunca pudo sentirse seguro con él.

Las primeras veces lo soportaba, lo soportaba porque Chanyeol le había permitido salir del orfanato, porque era su alfa y porque le apreciaba... un poco.

Lo siguió soportando, porque los demás omegas que vivían en aquella casa le dijeron que antes pasaba ese día con al menos dos o más acompañantes pero que desde que él llegó... solo pasaba sus celos con él. En cierto sentido eso le hacía sentir bien... como si al menos Chanyeol lo considerara distinto a los demás.

Aunque, después de aquellas primeras veces... ya no era tan soportable. Incluso llegó a pensar que hubiera sido mejor que Chanyeol pasara sus celos con otras personas. Quizá si eso hubiera pasado, no hubiera experimentado el distanciamiento de su parte omega, que continuaba al menos dos días después de los celos de Chanyeol y que le hacía sumergirse más en sus pensamientos pesimistas.

Por todo eso, era contradictorio que estuviera tan a gusto con Yoongi. Quizá se debía a que el alfa estaba enfermo... o tal vez... su lobo había formado un especie de lazo con el lobo de Yoongi sin que ninguno de los dos fuera consiente.

—Vamos a comer. Espero que te guste.

Yoongi sonrió.

Jimin también lo hizo.

Después de comer, Jimin hizo que el alfa tomara la mayor cantidad de agua posible y con ella sus pastillas, al parecer se trataba de algo que ayudaba a disminuir los síntomas ocasionados por el celo, al menos eso era lo que decía la caja. No sabía qué existía algo así...

El alfa fue quien tomó la iniciativa de descansar en el sofá, donde naturalmente comenzó a bostezar a escasos minutos de haberse sentado.

—Deberías dormir, el medicamento te ha dado sueño.

Ver los ojos a punto de cerrarse y la mirada somnolienta de Yoongi ocasionaba un revuelo interno en el estómago de Jimin. Lo impulsaba a suspirar y acariciarle el cabello, darle mimos hasta que éste pudiera descansar.

—Duerme conmigo.

—No creo que sea buena idea.

—Por favor omega. Por favor —suplicaba el alfa.

Jimin hubiera esperado que el alfa caminara hasta la habitación, resignado ante su negatividad de dormir juntos. Pero el alfa, de forma muy casual se deshizo de las pantuflas que llevaba y recostó su cuerpo en el regazo de él.

—¿Estás cómodo? —preguntó Jimin, claramente divertido.

Yoongi no respondió. Se limitó a cerrar los ojos y dejarse ir por el cansancio.

Entonces, Jimin pudo dejar de reprimirse, al fin pudo hundir sus dedos en las hebras del cabello contrario. Es como si el alfa le estuviera complaciendo en su tonto capricho o como si su omega supiera justo lo que necesitaba el alfa.

Simplemente parecían complementarse, aunque ellos aún no estaban conscientes de aquello.

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(2/2) Espero que hayan disfrutado de los dos capítulos. Vamos a comenzar con lo mero bueno.

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