Capítulo 14.
No quería ir, desde ayer que se rehusaba a pasar vergüenza. Pero allí estaba, en la habitación de Ink y Error estando con el primer mencionado, quien reía a carcajadas, ahogándolas en vano, lo que acaba de ocurrir había sido tal que Geno deseaba ser tragado por la tierra, jamás creyó que iba a perder en tal apuesta tan absurda.
— Ni loco me pondré eso.
— ¡Bah, cuñado! ¿De verdad te negarás cuando ya habías aceptado las consecuencias de apostar contra mí?
— ¡No creí que después de años que hacías piedra ahora hicieras tijeras!
Ink se rió otra vez, tomándose el estómago doblándose de rodillas, dejando al de bufanda rojo de vergüenza y molestia, había sido todo preparado, se sentía muy idiota en caer en un juego tan absurdo como piedra, papel o tijeras. Se cruzó de brazos, esperando impacientemente que su amigo dejara de reír, Ink tuvo que secarse una lágrima y respirar reiteradamente para poder hablar.
— Entonces... —Sonrió malicioso, llevándose la mano con el pulgar e índice amoldados en su mentón, examinando al contrario— ¿Qué color se te vería bien?
— ¿Error tiene algún fetiche para que tengas de tantos colores...?
— ¿Qué? ¡Pfffhaha! Me gusta a mí, pero no quita que también le guste a él cuando me subo enci-
— ¡No quiero saber eso!
— ¡Tú preguntaste!
Después de más bromas de parte del menor, Geno pudo decidir entre tanto desorden en el closet de su amigo, y tras excusas de sentirse mal para no asistir, ya estaban en la entrada, Ink observaba al mayor todavía muerto de la risa pero esta vez calmando ésta en su interior para no hacer más agobiante la decisión ajena de entrar o no, fácilmente podía escapar al tener un calzado liviano. El menor tenía un lindo traje de faraón, solo que sin la parte de la cabeza, y sus ojos tenían el tradicional pintado que realmente le quedaba bien
— Si entro contigo todos me van a ver.
— Tarde o temprano lo hará, serás el único así.
— Ugh... Ya qué, si se ríen te voy a moler...
— Trato. Vamos ~.
Así mismo entraron a un lugar que no parecía común, todos los conocidos de Ink y Error estaban vestidos al menos con alusiones a algunos personajes, ya sea históricos, monstruos o profesiones, todos hablaban con todos, comían, bailaban las canciones que estaban en reproducción, todas variando de géneros, rock, cumbias, salsas, era un desastre de repertorio pero a nadie parecía importarle. Y no faltaba el alcohol, gran parte tomaba de esta sustancia, que era solo cerveza o ron.
Afortunadamente para Geno, nadie tomó en cuenta el ruido de la puerta, nadie los había visto hasta ahora, y así esperaba él tapándose el rostro con una mano y lograr avanzar a una zona apartada, necesitaba algo de comida o se iba a desmayar por la ansiedad. Y ahora que lo pensaba, tras vistazos de reojo, no había podido encontrar a Blard, habían tomado camino separados porque Geno tuvo que ir donde Ink a ver un disfraz, mientras el castaño se adelantaba para gustar de ayudar en la preparación, no obstante, no lo encontraba.
¿Cuál era el traje que estaría usando? Había dicho una sorpresa y solo quería encontrarlo, había una Muerte rondando, vampiros, asesinos, zombies, parecía una fiesta de Halloween, aunque ahora se daba cuenta que estaban en octubre, sí, era buen motivo para que todos aceptaran a hacer tal cosa.
Fue distraído por Fresh, quien vestía... Realmente muy similar a como lucía a diario, "disfraz de los ochenta", fue halagado, a partir de ahí a pesar de algunas risas decían que no estaba nada mal, ya sabían la verdad desde hace tiempo que también tenía tendencia de usar tales ropas, su cuerpo, como dijo Lust, tenía buenas curvas.
Entre risas, bromas, Geno tomaba un poco de bebida cuando Ink con una corona en la cabeza lo tomó del brazo, atrayéndolo hasta el exterior de la pequeña parcela, ahí también había personas, aunque menos que en el interior, allí visualizó a los gemelos, Ice, Ccino, Killer y demás. El albino miró al de mejilla manchada en un aire confuso por ser traído allí, la respuesta no tardó en venir.
— Sé a quién estás buscando. —Dijo alzando las cejas varias veces— Está con Error, han estado hablando de no sé qué, pero cuando me acerqué escuché tu nombre de por medio.
— ¿Eh? —Confundido, buscó con la mirada hacia donde Ink indicó, estaban un punto ciego, justo un matorral cubría al castaño, solo pudo notar a su hermano que vestía de rey con tal capa, su expresión no era muy contenta, estaba serio y emitiendo suspiros de impaciencia, se podía fácilmente reconocer en cada gesto.
Su corazón comenzó a dar vuelcos, escucharlo en su cabeza cuando Ink lo tiró del brazo junto a él para avanzar hasta ellos, allí, poco a poco distinguía a otro sujeto, tenía una mano moviéndola al hablar, un traje negro, detalles plateados con un paño negro envuelto en su cuello y pecho, un traje similar al victoriano, elegante y fino, parecía realmente un ambiente de esa época ver a Error y Blard, y al verse, entró en un pánico interior.
— Ruru ~. ¡Ya es hora del baile de pareja!
El moreno al ver a su pareja y después a Geno con tal aspecto le hizo mirar algo despectivo como se le era habitual, y al pasar al lado suyo susurró un "Si te hace algo, lo mataré" antes de desaparecer entre los demás que salían al patio, pues ahí se iba a efectuar la parte más única que era bailar en parejas, no era obligatorio, pero seguía siendo opcional y llamativo.
Geno vio al contrario, quien también le estaba viendo, interceptando sus miradas, Blard le sonrió, dando los primeros pasos hasta él, el albino se quedó quieto esperándolo, respirando para mantener la calma, más cuando el castaño echó una mirada rápida a su vestimenta, ladeando la cabeza, Geno apreció con más detalle su traje elegante, parecía de la misma nobleza en vez de ser un hombre del campo.
— Te ves precioso. —Dijo como saludo, llevando una mano a su propio pecho haciendo una reverencia— Te quedan muy bien los vestidos.
Así es, Geno portaba de un largo vestido azul, tapaba por completo sus piernas y torso, excepto de sus brazos que estaban desnudos, además Ink le había hecho pequeños detalles a un collar que ahora estaba en el cabello de Geno, como una tiara. Nervioso asintió con la cabeza, respirando profundamente para evitar que su sonrojo sobresaliera y mostrara lo atontado que estaba teniendo a un príncipe frente a él. Un caballero.
— Fue por culpa de Ink, una apuesta. —Confesó, desviando la mirada en gesto de molestia a quien pronunciaba, desde su rabillo pudo ver a quien le profesaba desprecio colocándole la corona de rey a su hermano, además de un casto beso al tomar de la capa, Blard también vio a la pareja, volviendo al mismo tiempo a observar a su opuesto— Es impresionante su cantidad de vestidos.
— Es un gusto peculiar. —Se encogió de hombros— Van a colocar las canciones lentas... ¿Prefieres hablar un tiempo más o concederme la siguiente pieza, Geno?
Su mano enguantada se extendió hasta quien portaba tal bello vestido, podían charlar mientras bailaban para evitar complicaciones, dejarse llevar, como el día que Blard se le confesó. Ese tacto había sido mágico a pesar de ser primera vez, y estaba claro que quería volver a repetirlo.
Dejó reposar su mano en la impropia, recibiendo una suave risa del mayor para guiarlo a la pista de baile, donde ya varios estaban esperando a que comenzara la música, y como ya todo estaba oscuro, se prendieron las luces de los faroles, haciendo un ambiente solemne y agradable, allí, la pareja se detuvo y el castaño tomó bien de su espalda cerca del costado, estirando de su brazo para dar comienzo a lo que ensayaron una sola vez.
Empezaron tranquilos, Geno posó su mano libre en su brazo, nuevamente las sensaciones de aquel día florecieron cual sol en la mañana, cálidos se intercambiaban miradas obteniendo entre los movimientos detalles de cada facción, el brillo de sus iris, el de Blard verdes y el de Geno un azul grisáceo, compartían más que miradas, sonrisas y anhelos, pensamientos que pasaban desapercibidos para ellos, pero muy obvios para otros, estaba claro que esa expresión solo era mutua, y no para cualquier otro.
— ¿De qué hablaban tú y mi hermano? —Preguntó tras una pequeña vuelta que hicieron juntos.
— Transmitiendo mis pensamientos acerca de ti según mi perspectiva. —Respondió apretando los labios— Y quizá evitando que me golpeara con su bastón de rey.
— Pff... ¿Por qué?
— Ya lo sabrás.
Blard tomó de su mano soltando la otra para darle un giro, un gesto de un cambio de tema, Geno lo entendió volviendo a la posición anterior para moverse evitando mirar sus pies, con el vestido no podía mirar bien a donde iba.
— A Stave le hubiera encantado venir.
— ¿De qué se hubiera disfrazado?
— De pirata, le encantan. —Suspiró— Lástima que tenía trabajo, le voy a guardar algo de comida salada.
— No sería necesario.
— Ah... Lo es. Es necesario.
Pareciera que las mismas charlas cobraran vida para hacerlos sentir como la primera vez, Blard con la mano en su cintura lo guiaba a través de su espacio, y así terminar algo más alejados de los demás, allí Geno suspiró el aire gélido cerrando sus ojos, queriendo por una vez por todas intentar dar su respuesta, no podía escapar mucho tiempo más, era ahora o nunca antes que terminara la melodía.
— Blard... Realmente lamento mucho hacerte esperar con mi respuesta.
— Puedo esperar lo suficiente.
— ¿Tanto tiempo me esperarías? —Blard asintió, acariciando su mejilla una vez terminó la canción, la primera al menos, el albino abrió sus orbes para mirar al apuesto príncipe que tenía en frente— ¿No te aburriría?
— ¿Y por qué he de aburrirme de ti? Incluso con tu presencia siento que vivo en una nube.
— No seas tonto.
Blard rió, y dejó de acariciar su mejilla para llevar ambas manos en la cintura del menor, Geno comprendió el gesto y posó sus falanges en el pecho ajeno, ahora estaban mucho más cerca, mariposas en el estómago sentía Geno, pero a la vez feliz de recibir tal respuesta, le gustaba Blard, cada sonrisa solo le cautivaba más, lo enamoraba.
Suspiró para ver donde tenía sus propias manos, en la ropa tan exquisita del mayor, tenía cierto rubor en su rostro, pero no era de incomodidad, estaba respirando amor.
— No obstante, Geno, prefiero hacerte otra pregunta para que respondas esta en vez de la otra.
— ¿Cuál?
— Me ha costado dejar de pensar en este tema, puedo ser capaz de esperar meses por oírla, pero yo de expresarla se me es imposible resguardarla en mi mente y corazón, quiero que escuches lo que realmente siento en vez de decirte lo que cualquiera pudiera decir. Geno, no sabría desde qué día comencé a quererte de esta forma, pero ha aumentado gradualmente, podría decirlo que hasta exponencial, llegar hasta el punto que necesito hacerte sonreír y no soportaría que estuvieras triste... —Inclinó su cabeza, llegando a topar su propios labios cerca de la oreja del contrario donde susurró— Te quiero... ¿Aceptarías ser mi pareja?
La música parecía ser un vacío, la oscuridad volver solo iluminando a ambos que dejaron de moverse por el colapso de Geno al escucharlo, sus ojos abiertos como platos, con la palabra ahogada en su garganta; sintió sus piernas flaquear, y no supo si soñaba, separó su rostro para poder verlo, le sonreía con un suave rubor en sus mejillas, tenían un brillo sus ojos, sus labios bien hechos, su cabello que era cortado por sí mismo... ¿Qué le detenía por pensar? Su voz no salía, pero tenía su respuesta pese le costara aceptarla en voz alta, solo con él sentía tales cosas, un sentimiento que no existía con nadie más, un amor más allá que el de la amistad.
Cerró sus ojos otra vez, dejando de tomar de su pecho para abrazarlo, esconder su rostro en su hombro captando su aroma que desde cerca podía apreciarlo, y embriagado de la calidez de los brazos del mayor, pudo decir.
— Sí quiero.
Eran oficialmente, pareja.
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