Kayla White ha aprendido una dura lección: violar las leyes de la naturaleza tiene crudas consecuencias. Y aunque ella no se ha vuelto loca, aún, al beber la sangre de su propia especie, ha descubierto que sus acciones pueden afectar profundamente a quienes más ama.

Ahora, todo ha cambiado. Quienes se creían hacia largo tiempo muertos están vivos y han vuelto para mover los cimientos de todo lo que Kayla y los White han construido durante siglos. Todo lo que alguna vez se creyó que era, ha dejado de ser, y vampiros extraños, nada parecidos a lo que se conoce, están causando estragos en el mundo, matando a humanos y clanes vampíricos por igual. Sabiendo que sigue siendo débil y que, a la vez, es la única que puede detener esta amenaza para ambas especies, Kayla decide, acompañada por su novio, el temido y oscuro Mork Hodeskalle, buscar las respuestas a las profecías que se hicieron sobre ella, sobre la niña del alba, la niña del sol y la luna. Sin embargo, aunque el clan Edevane está en ruinas, la guerra con su propia sangre no ha terminado. Y todavía hay profecías que no se han contado.