Libro 2: Capítulo 24. La naturaleza de la marca
76: La naturaleza de la marca
Kayla
El primero en hablar después de lo que dijo Aleksi, presentándonos ante todos ellos como las personas más poderosas, no solo en esa mesa, sino en el mundo, fue Elliot, que se puso de pie de un salto.
—¿Vas a matarlos a todos? —le dijo a Aleksi, dándole unos golpes a la madera y sobre saltando a Jane—. ¡Esperé, literalmente, toda mi vida para ver este momento! ¡Yo quiero ir! ¡Tengo, no, necesito, ver a Mørk Hodeskalle y a la Destructora de mentes, mi hermana, cargarse a todo un clan!
—Elliot —lo frenó mi tía, con cautela. Aunque todos parecían alegres con la idea de que al fin se murieran todos, eso no significaba que fuese así de fácil. Yo lo tenía claro, por eso Aleksi quería distraerlos a todos con el asunto de la marca—. Esto quizás no resulte tan divertido como tu y yo deseamos.
A su lado Hunter era una estatua. No parecía nada afectado por la idea de que matáramos a todos sus familiares.
—¿Cómo que no? —terció mi hermano.
—Necesitamos ser cuidadosos, contrario a lo que yo hice —le dijo—. Serán cientos de Edevane. Y aún pueden matar a los padres de Jane en un parpadeo.
Miré a mi tía. No solo reconocía que no había sido nada cautelosa al confirmar que teníamos a Bryony, sino que sonaba realmente preocupada por los Evermore cuando unas horas antes había dicho que sólo eran humanos. De alguna manera, había reflexionado sobre sus palabras o, al menos, no planeaba ser tan directa con Jane adelante.
—Por supuesto, necesitamos un plan de contingencia —dijo mi tío Sam—. Como dijo Skalle, hacerles creer que estamos inseguros.
—Por eso, mientras más vayamos, mejor —replicó Elliot, volviéndose a sentar—. Si saben que tenemos poca guardia, no tendría sentido que casi toda la familia se quede aquí.
—Todos nosotros iremos —dijo mi abuelo, pero casi al instante, se mojó los labios y miró a toda su familia con calma—. Aunque si alguno quiere quedarse, no está obligado a participar en esto.
Todos en la mesa se quedaron callados, hasta que, como si no hubiese podido aguantarlo más, Jane exhaló con brusquedad.
—Lo siento, ¡pero esto me parece horrible! —exclamó, de pronto, sobresaltándonos a todos—. No tienen porqué sacrificar a la niña ni a ninguno de su familia por mis padres. Esto fue un error nuestro, no es justo que ustedes estén pagando por ello.
Otra vez se hizo el silencio. Desde donde estaba, yo podía sentir los hilos de los pensamientos de Jane, pero no quise tomarlos, no quise inmiscuirme en su cabeza sin su permiso, no cuando tenía la opción de hacerlo.
—Nadie va a sacrificar a nadie, Jane —dijo mi abuela, unos segundos después—. Hemos decidido, como familia, proteger a Bryony de un destino horroroso, así como proteger a tu familia.
Nadie dijo nada en la mesa. Nadie se atrevió a contradecirla.
—Así es —dijo mi abuelo, aunque sin mirar a nadie en particular—. Tenemos intenciones de regresar con tus padres y con la niña. Y con todos los White sanos y salvos.
Jane pareció encogerse en su asiento, quizás un poco avergonzada por haber sugerido lo contrario.
—Es que todo este problema me hace sentir terrible —musitó—. Soy culpable de haberlos metido en esto. Si tan solo no hubiésemos enviado a mis padres a casa, no tendrían nada con qué chantajearlos... Y mis padres estarían locos, ¡pero sanos y salvos! Y... y...
Ella comenzó a temblar. Estaba pálida y el pánico se transparentaba en sus ojos castaños. Estaba a punto de ponerse a llorar y me pregunté cuánto tiempo se lo habría aguantado.
—No, Jane, esto es mi culpa. Yo insistí en que ellos no estaban bien aquí... —dijo Oliver, rodeándole los hombros con un brazo—. Todo es mi culpa, que todos estén metidos en esto... Es por mi...
Yo apreté los labios. En realidad, Oliver terminó en el ojo de los Edevane solo porque Jane se convirtió en mi amiga. En realidad, todos teníamos a alguien a quién culpar. Quizás yo tenía que, en parte, culparme a mí misma, por haber hecho ese pacto con Hunter sin pensar que todo eso podía desenvolverse así. Pero si nos poníamos a listar a todos los culpables, perderíamos el foco. Lo hecho, hecho estaba. No tenía sentido seguir dando vueltas sobre ello cuando había algo más apremiante.
—No es culpa de ustedes —los corté, con suavidad—. Los Edevane juegan sucio y aprovecharon cada una de nuestras debilidades. Me parece que... tenemos que evaluar nuestros errores... en otro momento.
Sentí la mirada de mi tío Allen sobre mí en ese instante, pero no lo miré. A pesar de que yo sabía que me había equivocado al pactar con Hunter, involucrando a todo mi clan sin pensarlo, creyendo que solo me detenían porque acostumbraban a no jurarle nada a nadie y ya, seguía pensando que era una causa justa, una por la que venía la pena pelear. Por Bryony, por cualquier mujer por la cual esto podría sentar un precedente. Ese no era mi error y eso no pensaba reflexionarlo.
—Por descontado —dijo Aleksi—. Es momento de definir quienes iremos y, basados en eso, los pasos exactos. Como dijo Ben, no creo que nadie deba sentirse obligado, pero... —Se giró hacia Hunter—. Lamento decirte que debes venir... y Bryony también.
Hunter puso los ojos como platos al escuchar eso, pero antes de que pudiera saltar de su silla, lo hizo mi tía Alice. Todos, excepto él, la miramos estupefactos por su reacción y ella, recordando que realmente la niña no era suya, volvió a sentarse con los labios apretados en una fina línea.
—No puedo exponerla así —dijo Hunter y por supuesto que lo entendíamos, tanto Aleksi como yo, pero mi pareja tenía razón en su mente: si Bryony no venía, los Edevane matarían a los padres de Jane antes de que pudiéramos siquiera distraerlos para que Aleksi se acercara a ellos. Y, para el plan que él tenía en mente y que en realidad me asustaba comunicar, necesitábamos que ellos vieran a Bryony.
—Lo sé, pero nada va a pasarle —le dijo mi novio—. Kayla te lo prometió. Y como soy su pareja, su pacto me liga a Bryony de manera directa. De modo que jamás dejaré que algo le pase.
Hunter nos miró. Él confiaba en nosotros y no necesitaba leer sus pensamientos para saberlo. Sin embargo, la tensión en sus hombros no se disimuló ni siquiera cuando desvió la mirada hacia el resto de la mesa, hacia el otro equipo, el lado de mi abuelo, mis tíos, mi papá...
Sí, Aleksi al ser mi marca no podía ir en contra de mi pacto. Incluso, estaba condicionado a asistirme. Pero el resto de mi familia, en realidad no. Ellos decían que mi pacto afectaba a todos, pero solo en el hecho de que nos ponía en el foco de las miradas, nos ponía de vuelta en una guerra con los Edevane.
Y yo sabía aún sin estirarme hacia su mente que Hunter creía que, a pesar de lo que dijo mi abuela, Allen cambiaría a Bryony sin dudarlo si las cosas se complicaban. En el fondo, yo temía estar pensando lo mismo que él.
—En cualquier caso, Bryony estará siempre cerca de ti y totalmente protegida —añadió Aleksi—. Dependerá de cuántos vayamos, así que de verdad necesitamos definir eso ahora. Mientras... Kayla y Alice hablan un segundo.
Aleksi me dio un codazo suave debajo de las costillas y yo hice una mueca, consternada. En serio, en serio, no me gustaba nada esa idea. Y, en realidad, no la habíamos pensado con calma como dijimos que lo haríamos.
Lo miré con un reclamo silencioso mientras mi tía fruncía el ceño, confundida por la extraña petición, pero Alek solo arqueó las cejas en mi dirección mientras me decía, mentalmente:
«Es nuestra única oportunidad de confundirlos. Si podemos hacerles creer que ellos se han emparejado antes de que Bryony naciera, incluso siquiera un día antes de concebirla... Si aunque sea podemos traer el debate, será una buena distracción. No tienes que decirle realmente que sí son marcas, si no quieres...».
Me hubiese gustado que él tuviera los mismos poderes que yo para que leyera cómo yo pensaba que todo eso era una locura. Si ya iba a hacer ese ardid, ¿con qué cara iba a ocultarle a mi tía que lo que sabía de ella y de Hunter? Si iba a sacar el tema, tenía que decírselo.
La verdad es que me aterraba.
—¿Hablar? —preguntó mi tío Sam, con genuina curiosidad, mientras mi tío Allen arqueaba también las cejas y mi tía Alice se ponía de pie.
—Volveremos en un minuto —dije, con tono seco. Me palpitaba el pecho de los nervios y no deseaba que nadie se diera cuenta de que algo me estaba afectando tanto como para que también me temblaran las manos.
Mientras mi tía me seguía fuera, mientras toda la mesa se quedaba callada, yo me pregunté cómo reaccionaría a la loca idea de Aleksi. Quizás, con tal de salvar a Bryony, no le molestaría fingir que Hunter era su marca. Pero cuando se enterara de que sí lo era... Tuve un escalofrío.
Salimos por la puerta del comedor y Alek se las arregló, como si él fuese el líder del clan y no mi abuelo, para llamar la atención de todos nuevamente y empezar a contar quiénes irían y qué necesitaba de cada uno.
En cuando quedamos solas en el pasillo y las voces de la reunión quedaron ahogadas, mi tía se cruzó de brazos y me observó perpleja.
—¿Qué es lo que pasa, bombón?
Yo exhalé bruscamente, la agarré de la mano y la alejé de todos. La llevé al jardín delantero, donde estábamos bien lejos de Hunter y asumí que, después de todo, tener esos poderes y conocer ciertas cosas con anterioridad, en situaciones así, me daba una responsabilidad que no podía ignorar.
Más allá de que la idea de Aleksi era la única opción que teníamos y que, al final, no había tiempo para pensar nada con calma, mi tía merecía saber en lo que estaba metida. Sí, definitivamente, tenía que decírselo. No se trataba solamente de los problemas que tuvo con el hermano de Hunter. No se trataba solo de que aparentemente lo odiaba. No, Hunter no había dejado oficialmente su clan. Seguía siendo un Edevane, y si él la marcaba a ella, sería una Edevane también.
La solté cuando llegamos a una de las fuentes de agua. Mi tía, totalmente confundida, se sentó y me ahorró el tener que pedirle que lo hiciera.
—Que... conste que esta idea es de Alek y que no me agrada tener que pedírtelo, pero confío en que, si es por proteger a Bryony, lo pensarás como la mejor y única opción también —dije. Me pareció mejor empezar con lo más sencillo, porque no sabía si ella me escucharía después de que dijera lo otro.
Mi tía ladeó la cabeza.
—Por supuesto que quiero proteger a Bryony. ¿Tiene que ver con llevarla al "intercambio"? —murmuró.
Yo asentí. No era mentira, en realidad.
—La idea es que Aleksi pueda deslizarse en la oscuridad para alcanzar a los padres de Jane sin que ellos se den cuenta. Se supone que Aleksi y yo estamos atados de manos, pero aún así nos vigilaran. No nos van a sacar los ojos de encima. No saben bien de qué tratan mis poderes, tampoco que yo necesito todavía una distancia de un par de metros para meterme en la cabeza de alguien. Así que necesitamos una distracción...
Ahí, mi tía arrugó la nariz.
—De acuerdo —dijo, sin comprender—. ¿Qué necesitan que haga?
Yo miré el suelo fijamente y suspiré. Hubiera dado todo lo que tenía en mi vida para retrasar ese momento. O para huir... O para dejarle esa responsabilidad a Aleksi, pero era mejor soltar las cosas de una, rápido.
—Necesitamos que digas que marcaste a Hunter antes de que naciera a Bryony.
No sé qué esperaba realmente que ella hiciera, si enojarse, si razonar con calma, pero sin dudas no esperé que empezara a reírse hasta ahogarse y casi caerse del borde de la fuente. Si alguien la hubiera visto así, hipando, soltando lágrimas, jamás hubiera creído que era una vampira de doscientos años que era capaz de castrar y de matar solo con las uñas.
—¿Qué pasó? —me dijo, agarrándose del mármol para no caerse de nuevo—. ¿Tu novio de tres mil años se dio la cabeza contra algo?
No contesté. Por supuesto, ahora que lo pensaba, sonaba muy ridículo.
—Nadie, en la vida... se creería algo como eso —siguió riendo, agarrándose el estómago.
Sí, era rebuscado. Que se hubiesen marcado antes de que hubiese nacido o sido concebida Bryony implicaba que ellos hubiesen tenido sexo hacia como tres años. Pero no necesitábamos que tuviese mucha lógica, solo necesitábamos incitar al debate. Después de todo, ninguno de esos vampiros estaba marcado ni conocía la naturaleza real de la marca, ¿cómo podían decir que algo así no podía pasar?
—Si les decimos que solo estuvieron juntos una vez, y que no sabían siquiera de que clanes eran y que luego tú te fuiste de viaje como realmente hiciste, y que él estuvo con la madre humana de Bryony a los días y también se fue de viaje...
Alice dejó de reírse abruptamente.
—Por favor, bombón, eso no tiene sentido. La marca no funciona así...
—La marca no es totalmente inmediata —la interrumpí—. No es amor al instante que terminas de cogértelo, créeme.
Mi tía se cruzó de brazos y enarcó una ceja.
—¿Así? ¿Cuánto te demoró? ¿Tuviste que cogértelo más para estar segura?
Sabía que me estaba provocando y ya solo porque en realidad nunca habíamos hablado de mi aventura secreta con Hodeskalle. Y también sabía que, aunque ahora mi familia estaba obligada a aceptarla, si él no hubiese sido mi marca, probablemente lo hubiesen cuestionado todavía más. Porque sí, las relaciones con diferencias grandes de edad eran normales entre los vampiros. Pero quizás no tanto como tres mil años, ¿o sí?
—No voy a ahondar en eso —bufé—. Me refiero a que no amas desesperadamente a esa persona de la nada. Se va creando el sentimiento, mucho más rápido que un enamoramiento común. Pero crece exponencialmente. Fácilmente podrías haber dicho que estuviste pensando en Hunter muchísimo estos tres años, él en ti, pero que literal no sabías quien eras... y luego mataste a Howard y luego pasó todo esto...
—Nadie va a creerse eso —repitió ella, seria por completo ahora—. No sé cómo es que cree Skal... Aleksi que esta es una grandiosa idea.
—No tiene que ser una coartada perfecta —expliqué—. Solo necesitamos distraerlos con las dudas suficientes. Y es super importante que ellos crean que tú lo marcaste.
—Por dios, Kay, nos pedirán pruebas —se ofuscó ella.
—Te pintaré la estúpida marca con maquillaje —retruqué—. Tampoco van a acercarse tanto como para comprobarlo. Y, además, es hasta que Aleksi llegué a los padres de Jane. Los tome, mate a todos los que estén cerca y tú te encargues de sacar a Bryony de ahí.
Con eso, ella se quedó callada. Me observó a través de sus negras pestañas con un montón de cuestionamientos que le afloraban por todos lados. Eran tan poderosos que, aunque no quisiera hurgar en su mente, los hilos de sus pensamientos chocaban contra mi piel como si me suplicaran que los tomara. Me hubiese gustado poder apartarlos.
—Sé que Bryony es mi responsabilidad por el pacto, pero Aleksi y yo tenemos la prioridad matar a tantos Edevane como pueda. ¿Crees poder hacerlo?
Ella exhaló lentamente ante mi pregunta. Se mordió el labio antes de alzar el mentón y responder:
—¿Que si puedo destruir verbalmente a un grupo de estúpidos Edevane, lo suficiente para que duden? Sí, puedo.
Me agarré las manos delante del pecho y me las retorcí, nerviosa. No era eso lo que yo estaba preguntando.
—¿Y puedes tolerar... la idea de haber marcado a Hunter?
Alice siguió mirándome con seriedad. Sus pensamientos estaban prácticamente azotándome. Eran demasiado gráficos. Estaban llenos de frustración, furia y algo más que sabía agridulce. Tal vez un poco más dulce que agrio.
«Vaya», pensé.
—Creo —respondió—. Por proteger a Bryony, está bien.
Por supuesto, sí se trataba de la niña, ella diría que sí. Pero el sub tono dulce que había en sus pensamientos, en sus sentimientos, no estaba precisamente ligado a ella.
—El tema es que creo que él dirá que no —me dijo, poniéndose de pie, casi como si disfrutara que fuese él el que posiblemente rechazara todo ese plan. Y, en realidad, por la forma en la que Hunter la miraba a veces, o como se quedaba callado a su alrededor, me daba la sensación de que él no se negaría para nada. Y no solo por Bryony, si no por ella.
La marca ya se estaba manifestando. Ya había una atracción entre ambos que, aunque alguno de los dos estuviese intentando negar, no se podía evitar.
Mi tía comenzó a caminar de vuelta hacia las galerías y el vestíbulo para volver al comedor, donde todos nos esperaban, pero yo la detuve porque no se podía dilatar más esa gran verdad que me pesaba y que, sobre todo, le pesaría mucho a ella.
—El tema con las marcas es bastante complejo —le dije y ella, de espaldas a mí, se detuvo—. Cuando conocí a Aleksi lo primero que pensé era que era terriblemente atractivo, ¡y ni siquiera le había visto la cara! Lo que su mirada me hizo sentir fue algo que no puedo explicar y... creo que me enojé tanto por lo que le hizo a Elliot y que el abuelo lo invitara aquí, porque no sabía cómo explicar eso que me hizo sentir y me asustó. Estar enojada con él era más fácil que darle vueltas a la manera tan retorcida y extraña por la que me sentí atraída.
Me tía se giró lentamente hacia mí. Me escuchaba con atención, pero todavía no tenía ni idea de porqué le estaba diciendo eso y me pareció, entonces, que lo estaba haciendo bien.
—Nunca le dije esto a nadie, pero a nadie —seguí, dando unos pasos hacia ella y apuntándolo con el dedo índice—. Pero el día en que marqué a Aleksi, todo pasó de una manera aún más loca y cuando él me propuso tener sexo... me di cuenta de que estaba totalmente dispuesta a cogérmelo una y mil veces por cualquier excusa. Si tuviera que aceptar mil pactos para terminar en su cama, lo haría.
Mi tía parpadeó.
—¿Te acostaste con él por un pacto? —masculló—. ¿Tengo que ir a golpearlo o qué?
Puse los ojos en blanco.
—Me acosté con él porque quería. Lo quería. A él. Pero hasta ese momento no hubiese sido capaz de enfrentarme a esa idea. Si él no me lo hubiese dicho, no me hubiese dado cuenta de cuánto lo deseaba —repliqué.
—No sé si quiero saber qué mierda pactaron —murmuró y yo le puse las manos en los hombros. Sabía que con semejantes confesiones estaba distrayéndola, pero no me dejaba llegar al punto.
—A lo que voy —dije, levantando la voz—, es a que la marca se manifiesta incluso desde antes de que se haga. Porque en realidad es un vínculo que ya existe.
Ella no parpadeó esta vez.
—¿Eres una experta en marcas porque ya estás marcada o porque tienes poderes extraños?
Me hubiese gustado sacudirla, pero era una pregunta súper válida.
—Ambos —admití, porque si la alusión a mis poderes me daba alguna clase de autoridad ante una vampira como ella, que era tan viaja como conocedora del mundo, tenía que aprovecharla—. La marca no es algo que pasa de la nada cuando te acuestas con alguien y ya. La marca es lo que te lleva a acostarte con alguien y ahí se manifiesta de forma física. Es decir... que, aunque no tuvieras sexo con tu pareja, igual te terminarías enamorando de él. ¿Me entiendes? Porque esos sentimientos están ahí. Ese deseo, esa preocupación por él. Esa necesidad de estar cerca... igual ya está presente solo que no... la comprendes ni la ves. Ni tampoco estás lista para admitirla. A veces, crees que estás tan enojada, que lo detestas tanto, que cuando siquiera empiezas a considerar lo que él te provoca, lo apartas de tu mente. Pero está ahí, reptando por el fondo de tu mente, tiñendo todo con algo dulce que te apresuras a ocultar con algo agrio. Porque es más fácil odiarlo y pelear que dejarlo ser...
Alice se quedó dura debajo de mis manos. Por unos cuántos segundos, casi un minuto, no dijo nada. Entonces, despacito, moviéndose milimétricamente, se alejó de mí. Mis manos quedaron flotando en el aire.
—¿Por qué me estás diciendo todo esto ahora? —musitó, rígida como una estatua. De nuevo, sus pensamientos, ahora agónicos, preocupados, sumamente alarmados, me golpearon en todas las direcciones. Me dieron latigazos que no pude ignorar más. Se metieron prácticamente dentro de mí. Mi tía estaba pensando en Hunter y en cuanto lo notó, lo apartó rápidamente de su cabeza. Y en cuanto se dio cuenta de que hacia exactamente lo que yo decía, tembló—. Es para que tenga más labia que utilizar contra los Edevane... ¿no?
Tragué saliva. Aunque ella se lo estaba imaginando, por donde venían mis palabras, me dolía igual tener que decirle que su mayor enemigo, el vampiro al que le debía la vida de su hermano, era su pareja destinada.
Negué, lentamente.
—Uno de mis nuevos poderes implica no solo leer los pensamientos o sentimientos ligados a ellos —expliqué, con suma delicadeza. Mi vos salió como una seda, cuidadosa. Mi tía ya estaba bastante alterada como para una voz chillona le dijera la verdad—. Y también ciertas conexiones...
Mi tía retrocedió un paso. Aunque una vocecita en su cabeza le tiraba ideas y sugerencias, ella las bloqueó todas. Trató de apagar cada pensamiento que le pudiese adelantar lo que yo estaba a punto de decirle. Ella lo sabía, realmente sí, pero no lo quería. No todavía.
—Hunter y tú tienen una muy especial. Una que reconocería en cualquier lado porque es igual de fuerte que la mía y la de Aleksi —confesé—. Es difícil de explicar si no puedes sentirlo de la forma en la que puedo sentirlo yo, pero jamás te mentiría o te diría esto si no estuviese totalmente segura... —Ella siguió callada, muda. Muy, muy pálida. Ni el sol de la mañana pudo arrancarles color a sus mejillas—: Hunter es tu marca.
¡Bombazo para Alice! Llegamos al fin a uno de los capítulos que la mayoría estaba esperando con ganas, así que ahora les pregunto: ¿Cómo creen que va a reaccionar ella? ¿Cómo creen que va a reaccionar Hunter en el próximo capítulo cuando le propongan este juego?
Sigan de cerca esta historia porque hay un montón de implicancias sueltitas por ahí que van a ir completando el mapa de las relaciones entre los personajes, sobre todo, lo que significa un clan vs lo que significa familia. Se las dejo así ;)
Y como siempre, les pido que le den todo su amor a este capítulo y a la historia <3 Si pasamos los 1.5k comentarios, tendré otro capi esta semana misma! (Estoy tratando de subir una vez cada 10 días por la cantidad de trabajo que tengo, pero si se llega, me esforzaré para terminarlo para el viernes o sábado!)
Hoy, venimos con estos memes!
Espero que les hayan gustado y que estén esperando el próximo capi con muuucha ansiedad!
Los amo!
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