8.
Nunca esperó que alguien le ayudaría tanto, todavía no podía creer que el pago fuera simplemente tener relaciones con él. Cuando el doctor le dijo que iniciarían la cirugía se sintió muy ansioso, iba a ser larga y tediosa la espera. Cinco horas después el doctor regresó con una sonrisa, le dijo que todo había salido bien, que sólo quedaba esperar a que DongHae despertara de la anestesia, lo pasarían a piso y podría visitarlo. Quería esperar a ese momento, no podría estar tranquilo si no veía a su hermano con los ojos abiertos.
—Entonces esperemos a que despierte—JongIn había permanecido alrededor, no le hablaba mucho, pero había prestado atención al doctor cuando le dijo que era lo que su hermano iba a necesitar. —Estar parado y mordiendo tus uñas no hará que despierte más rápido, así como tampoco aceleró el proceso de la cirugía.
—No puedo hacer otra cosa— le arrugó la nariz con disgusto.
—Sí puedes, siéntate a mi lado, descansa un poco, estoy seguro de que si duermes todo pasará más rápido— se sentó en uno de los sillones de la sala de espera y palmeó su costado.
—No creo dormir.
Se sentó, miró el pasillo frente a él, tenía que esperar a que el doctor apareciera de nuevo para que le dijera que su hermano ya había despertado, sintió algo de frío, su piel se erizó, quedarse sentado hizo que su cuerpo perdiera calor, la seda de la bata y las grabas de encaje no eran lo más cálido del mundo. Subió sus piernas al sillón para hacerse bolita y ganar calor. Recordó que el frío en las calles era peor, pero siempre encontró calidez en el regazo de su mayor, solían abrazarse fuerte, si tenían suerte tendrían periódico para cubrirse, eso hasta que activistas les dieron una cobija para cada uno, entonces pudieron pasar mejores noches. Sus ojos comenzaron a pesar, dormiría cinco minutos y entonces estaría más repuesto para seguir esperando.
El frío dejó de sentirse en algún momento, se sumió en un sueño profundo que no sabía que podía tener, tan perdido estaba en el mundo de los sueños, que no se dio cuenta cuando JongIn lo acomodó en el sillón y le cubrió con su chaqueta y la de HanBin.
En sus sueños SeHun volvió a ser un niño, aquel que se apretaba contra el pecho de su hermano cuando tenía frío, su sueño cambió al día en que la pesadilla comenzó, era un recuerdo que vivía como si hubiese retrocedido en el tiempo, había días en los que tenían que ir a la basura de los restaurantes algo de comida, su hermano solía escoger la comida, trataba de darle buena comida a su hermano y él se quedaba con lo que estaba podrido, las veces en las que tenían suerte de encontrar buena comida para los dos, era glorioso. El día en que su hermano y él fueron llevados al hospital fue uno tranquilo, estaban saqueando la basura de la central de abastos, se le había antojado comer fruta, mientras rebuscaban en el contenedor DongHae comenzó a sentirse mal, sentía las ganas de vomitar, sudaba un poco y temblaba también. "Hae, ¿todo bien?" con tan sólo quince años supo que algo iba mal desde hace un mes, su mayor vomitaba con frecuencia, era evidente que su vida en la calle no permitía que tuvieran un físico de primera, pero ahora parecía estar en los huesos, algunas veces podía ver como sus pantalones se manchaban con sangre o líquidos extraños por la parte de atrás. Sabía que algo andaba mal, pero no tenía idea de qué. Por ello aquel día en el que su hermano vomitaba frente a él en un contenedor, supo que todo ya estaba empeorando.
DongHae se desvaneció sobre las bolsas de basura, el miedo recorrió el cuerpo ajeno, corrió hasta uno de los puestos y logró pedir ayuda para que llamaran a emergencias, fue ahí cuando se dio cuenta de que las cosas iban a cambiar para siempre. Despertó cuando llegó a la parte en la que entra por las puertas del hospital aferrado al cuerpo de su hermano en la camilla. La luz del sol de la mañana se filtraba por las ventanas del hospital, se dio cuenta de que estaba tapado con dos chaquetas y que JongIn estaba sentado frente a él en un sillón individual.
—No te preocupes, el doctor no ha venido a decir nada sobre tu hermano—se incorporó, conservó sobre sus piernas la chaqueta que reconocía. —Te ves bonito cuando duermes, cuando me pagues esto, quiero que duermas un poco a mi lado.
—Claro— le sonrió, porque sentía que lo menos que podía hacer era complacerle.
El doctor apareció por el pasillo, se veía muy feliz, era entendible, DongHae había estado por muchos años bajo su cuidado.
—Despertó— anunció—Pueden pasar a verlo ahora.
SeHun se levantó con prisa, comenzó a caminar tras el doctor sin esperar a JongIn, quien obviamente le seguía a su propio paso. Cuando llegaron al cuarto sintió como su alma regresaba a su cuerpo, su hermano parecía un poco atontado, pero era por la anestesia que recién pasaba.
—DongHae— le acarició el rostro—Creo que ahora podrás recuperarte mejor.
—Me emociona más poder hacer del baño sin una manguera.
SeHun soltó una carcajada, su hermano parecía estar mejor que antes, realmente se sentía muy feliz, los curiosos ojos de su mayor se dirigieron a la entrada, brillaron con curiosidad.
—¿Quién es el hombre que te acompaña? — preguntó— ¿Es la razón por la que vienes en bata?
—Es la persona que me ayudó para pagar esto.
DongHae frunció su entrecejo, miró atentamente el rostro de su hermano, sus ojos se pasearon por lo que podía ver de su cuerpo, como si buscara algo.
—Luego te explico— le susurró. —Dejaré que descanses más, volveré en la tarde y veré si puedo quedarme contigo durante la noche— le besó la frente—Te amo.
—Yo también te amo.
Mientras se marchaba vio como JongIn hablaba con el médico, este último le estrechó la mano y le miró agradecido.
—He corrido con los gastos de las medicinas— informó— Es hora de ir a pagar— le tomó los la cadera—Después podrás olvidar que existo.
Aunque ahora SeHun no estaba seguro de poder olvidar lo que estaba haciendo por él.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro