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7.

JongIn se sentía confiado, esta vez estaba seguro de encontrar a aquel prostituto que tanto quería probar, absolutamente nada iba a impedírselo. Se arregló con ropa casual, dejó de lado el traje de negocios para tener mayor comodidad, seleccionó una llave de los tantos departamentos que tenía y salió de su habitación.

—Señor— JunHoe apareció frente a él con una tablilla en la mano— Oh, no sabía que iba a salir— detrás de él apareció HanBin con las llaves del auto en la mano.

—Sí, voy a salir con HanBin— su jefe de seguridad se giró para ver al nombrado—A un prostíbulo— Frunció el entrecejo durante unos segundos y luego relajó su expresión.

—Bien, diviértanse— se dio la media vuelta para marcharse, al pasar por el lado de HanBin le empujó para que se quitara.

HanBin estuvo tentado a seguirle, pero se resistió.

—Bueno es una prueba de que tienes oportunidad de estar con él— se acercó y le palmeó la espalda.

—Después de tu nada pedida intervención, lo veo lejano.

—Tonterías, ya luego le diré que no estuviste con ningún prostituto.

HanBin sabía que la palabra de su jefe era de confiar, con eso en mente partieron rumbo al prostíbulo, al mal paso darle prisa, lo mejor era que su jefe se quitara la picazón del pene para que todo volviera a la normalidad, esta vez iban de noche, para que fuera más seguro encontrarlo, el lugar estaba lleno y todos parecían disfrutar de los muchachos que tenían enfrente o en sus piernas.

—No lo veo, creo que iré a pedirlo directo con BaekHyun— JongIn andaba con pasos rápidos entre las mesas y sillones del lugar, sus manos picaban por la anticipación, cuando llegó frente a Baek esta rodó los ojos.

—Cariño, ve a buscar a SeHun a su camerino, dile que ya tiene un cliente. — palmeó la pierna de su chico y este acató la orden.

—¿Me perdí su espectáculo? — se sentó a su lado y esperó a que le sirviera algo.

—Sí, así es— fue hasta su mini bar y sirvió un vaso de wiskey—Debo pedirte que trates bien a mi niño, es mi favorito.

—Seguro— sacudió la mano con desinterés.

—Y tráelo devuelta, no quiero que salga solo.

—¿Se lo pides a todos los que pagan por sus servicios? — tomó el vaso y bebió—No soy taxi, puede regresar solo.

—Pues bien, entonces no permitiré que te lo lleves, simplemente deber ser un buen hombre y traerlo sano y salvo.

—Bien, lo traeré sano y salvo— dejó salir un suave gruñido.

—Nunca había hablado con ninguno de sus clientes, eres el primero, además de que eres un amigo, me gustaría que lo traten bien por lo menos una vez— meneaba el contenido de su vaso con una expresión de tristeza—No hagas algo que no le pueda gustar.

—Suenas como una madre preocupada.

—Cállate, JongIn.

Al momento llegó JongDae, detrás de él estaba el chico que lo cautivó, vestía con una bata de seda negra y sus pies tenían unas pantuflas de conejo, atenuaba lo sexi que se veía.

—SeHunnie— BaekHyun se acercó para pellizcarle una mejilla—Te presento a tu cliente de esta noche— lo tomó de la mano y lo llevó hasta el frente de JongIn—Él va a ser esplendido contigo.

—Así que SeHun— sin escalas su mano fue directo a la cadera ajena para atraerlo—Tenemos que ir a otro lugar.

—Muy bien— no era tímido por lo que dirigió sus manos a su pecho para acariciarlo y sonreírle coqueto—Vamos.

Comenzó a andar dejando su mano en la cadera que había hechizado a su pene la primera vez que lo vio, HanBin le miró casi con orgullo, como si hubiese hecho un logro, les abrió la puerta del auto para que entrasen y pudiera conducir hasta el departamento donde se acostarían.

—¿Llevas algo bajo esa bata? — preguntó coqueto.

—Descúbrelo— cruzó sus piernas de forma atrevida, acercándolas a él.

JongIn llevó su mano a la pierna de SeHun, la comenzó a subir lentamente sintiendo la tersa y lampiña piel.

—Eres como un muñeco de porcelana.

—La porcelana es fría y yo soy caliente— tomó la mano y la adentró un poco más— Así como tú.

—Mierda— sus dedos pudieron rosar encaje—Acelera HanBin.

—Necesitas estar vivo para coger, JongIn— presionó un botón que hizo que una ventana polarizada subiera y les diera privacidad.

—Ya sé que nombre gemir— volvió a subir una de sus manos hasta el pecho.

—Sabes cómo poner caliente a alguien.

—Yo sé muchas cosas, JongIn— su nombre sonaba tan bien en esos labios que ya quería devorarlos.

El auto paró, HanBin les abrió la puerta y regresó a su puesto de copiloto. La pareja se adentró en el edificio y cuando entraron en el elevador se apresuraron para acercarse y besarse. Los labios llenos de JongIn combinaban a la perfección con los delgados de SeHun, sus manos iban de un lado a otro por el cuerpo ajeno, al menor le urgía deshacerse de la chaqueta de mezclilla de su cliente, a juzgar por el precioso color de su piel, el interior de sus prendas escondían un tesoro. Llegaron al piso correspondiente, fue cargado como un princesa para poder llegar más rápido, el hombre que le sostenía era hábil, pudo abrir la puerta sin problemas, cerrarla y llevarlo hasta una habitación, donde le acostó.

—Muy bien, Sehun es hora de ver lo que tienes bajo esa bata— deshizo el nudo y abrió la tela con cuidado, así se revelaron unas bragas de encaje negro, no hacían lucir femenino al cuerpo del menor, pero le daba un toque sexi y hasta artístico.

—Sólo vas a ver o vas probar.

La forma en la que le hablaba le excitaba mucho, descarado pero sin ser burdo.

—Oh, cariño, voy a hacer más que probarte.

Se inclinó de nuevo para besarle con pasión, disfrutando de su sabor dulce, como si hubiera comido una gomita. Sus manos comenzaron a acariciar los lados de cuerpo, quería tocar cada milímetro de esa tentación que se retorcía con su toque. Le cubrió con su cuerpo, bajó sus besos a su cuello, quería marcarlo un poco, le nació hacerlo. Llevó sus manos a su cinturón y comenzó a quitarlo cuando el sonido de un celular le interrumpió.

—Lo siento, es el mío— dirigió sus manos a la bolsa de la bata y lo sacó— Oh mierda— se reincorporó en la cama y contestó—Doctor Park ¡¿Qué?! —JongIn frunció el entrecejo, al verlo tan asustado—Voy para allá, por favor manténgalo con vida— colgó—Tengo que irme, só...sólo dile a Baek que me descuente de mi salario, lo siento mucho.

Le alejó con su pie, casi se va de espaldas, se sorprendió por la fuerza que tenía.

—No puedes irte.

—Puedo y lo haré, no me has dado dinero, por lo que no estoy en la obligación de quedarme— se ató la bata y buscó sus pantuflas de conejo—Y lo que tengo que hacer es mucho más importante que complacer a un hombre rico y mimado.

—¿Te irás en bata? — le cuestionó con burla.

—¿Crees que me da pena? — le miró con desagrado— Adiós.

JongIn se quedó sentado en la orilla de la cama, se cuestionó a sí mismo la razón por la cual quería salir corriendo tras él y llevarlo a dónde sea que quería ir. Después de un suspiro se levantó y corrió escaleras abajo, ya que SeHun estaría usando el elevador, como lo supuso llegó antes que él, cuando las puertas se abrieron, él estaba fingiendo que no corrió como un loco por las escaleras.

—Te llevaré al lugar al que necesitas ir, cuando resuelvas tu inconveniente entonces volveremos aquí— SeHun le miró molesto, pero al momento supo que era conveniente por cuestiones de transporte.

—Bien, hay más prostitutos en el lugar de BaekHyun, pero si eso quieres, lo acepto.

Caminó digno, pasó de largo a JongIn y salió del edificio. En toda su carrera de gánster ningún prostituto le había hablado así, ni por asomo, lo siguió de cerca, descubrió que le gustaba esa personalidad. Al llegar al auto, tocó dos veces en el cofre para que HanBin quitara los seguros.

—Bueno eso fue muy rápido— quiso ser bromista, pero al ver la expresión del chico observó a JongIn quien parecía divertido.

—Vamos, hay que llevarlo a...— y esperó a que SeHun dijera el lugar.

—El hospital general de la ciudad— dijo.

HanBin estaba confundido, pero de todos modos arrancó para ir a ese lugar.

—¿Puedes ir rápido? Necesito llegar antes de que se muera— Les miró por el retrovisor y JongIn asintió para que acatara el pedido.

Durante el camino movía su pierna con impaciencia, sentía un miedo enorme recorrerlo de lleno y quemarle más que sólo el corazón. Había posibilidad de que no volviera a ver a su hermano. JongIn se abstuvo de preguntar el motivo de su impaciencia, era algo que no debía saber o de alguna forma haría que se sintiera más atraído por él. Al llegar al hospital HanBin se paró en la entrada para que SeHun pudiera bajar y entrar más rápido.

—Gracias.

Salió corriendo del auto, atravesó las puertas como un rayo, al llegar a la habitación de su hermano pudo ver al doctor y dos enfermeras moviéndose como locas con un carrito de choques.

—SeHun necesitamos hacer la intervención ahora, negocié con un hospital privado y tienen un intestino que pueden darnos, tu hermano está muy mal, si no hacemos esto ahora va a morir.

—Pero no tengo el dinero para esto— su voz se quebró, las lágrimas salieron sin permiso y se sintió débil de nuevo.

—Entonces dígale adiós a su hermano.

Era cruel, pero cierto, si no lo podía costear, entonces su hermano moriría. Dirigió su vista a su mayor, estaba inconsciente, probablemente por anestésicos para aliviar su dolor, respiraba con ayuda de un respirador artificial.

—Yo lo pagaré— SeHun pegó un brinco tras la repentina voz, se giró para ver a JongIn detrás suyo.

—¿Qué? No, si no tengo para pagarle al hospital, evidentemente no tengo para pagarte a ti—agitó la cabeza en negación.

—Entonces quieres que tu hermano muera ¿no? — preguntó—Esto es lo que nos separa de la cama, entonces simplemente pagaré para resolverlo.

—Proceda, yo correré con los gastos— le dijo al doctor— No escatime, dele lo mejor.

—Prepararé el quirófano— El doctor Park aplaudió complacido— Te conseguiste un buen hombre, SeHun.

El doctor les indicó que esperaran en la sala de espera, cuando la cirugía comenzara les avisaría.

—Te voy a pagar— le dijo SeHun.

—Claro que lo vas a hacer, una vez que sepas que tu hermano está bien, nos iremos a ese departamento y abrirás tus lindas piernas para mí.

—¿Sólo quieres eso? — no se lo creía, era mucho dinero, seguro que era una trampa.

—Yo creo que vales más que eso.

Aquel comentario le sacó de lugar, nadie le había dicho eso, ni Chanyeol que juraba que lo amaba.

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¿Y qué pasará ahora? Chan chan chan chaaaaan

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