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YOONGI: Negué con la cabeza.
-Lo has propuesto muy mal, se supone que debería haber una pregunta -mi risa fue interrumpida cuando mi piel se puso de gallina.
Rodeé el cuerpo de Jimin, acariciando su espalda baja con mis manos mientras él se entretenía en mi cuello.
JIMIN: Apoyé mi mano en su pecho y empujé, obligándolo a recostarse por completo en el sofá, antes de acomodar en una mejor postura mis piernas a cada lado de su cuerpo y seguir besándolo con fogosidad.
-La única pregunta que pienso hacerte ahora es si van a venir tus padres a casa dentro de poco, Yoongi.
Susurré sobre su oído para luego morder con delicadeza su lóbulo.
YOONGI: Cuando me quise dar cuenta Jimin me tenía practicamente aprisionado contra el sofá.
Sus dientes mordieron me provocaron un leve gemido.
-Parece que quieres violarme -reí con suavidad antes de negar con la cabeza-. Mi padre sale tarde de trabajar, no te preocupes -respondí en un susurro.
Bajé las manos por su espalda, situándolas luego en sus muslos y apretándolos levemente.
JIMIN:
-Quizás es justo lo que parece. -sonreí juguetonamente antes de seguir besándole. -Pero...no ahora. No...no aún -dije nervioso- sólo quiero tocarte hasta aprenderme tu cuerpo de memoria. ¿Te parece bien? Si te parece bien por favor quítate ya la camiseta.
YOONGI: Me senté, con Jimin encima y una sonrisa en mi rostro. Hice lo que me pedía, quitándome la camiseta y llevando una mano a su nuca, para enterrar mis dedos entre sus mechones y acercar su rostro al mío.
-Te amo -susurré, rozando sus labios y dejando que inspeccionara mi cuerpo.
JIMIN: Sentí mi rostro arder al ver que obedecía.
Acaricié con mis yemas su plano pecho, tan blanco y suave...luego los deslicé a su vientre, dónde le miré interrogativamente.
-¿Puedo...puedo tocarte? Tú puedes tocarme -dije rápido. Yo seguía con mi camiseta, totalmente vestido. -¿Quieres que me la quite?
YOONGI: Cerré los ojos ante su lento y suave tacto. Asentí ante su pregunta.
-Tócame -respondí en un susurro antes de negar su segunda pregunta.
Hundí mi rostro en su cuello y lo besé lentamente, dejando pequeños mordiscos de vez en cuando sobre su tersa piel. Mis dedos apretaron de nuevo sus muslos antes de subir y sostener sus caderas, dejando que mis pulgares jugaran bajo el borde de su camiseta para después colarse por completo y acariciar su espalda.
-Quiero hacerlo yo -murmuré contra su piel.
JIMIN: Sonreí cohibido ante su confesión y estiré mis brazos para facilitarle la tarea.
YOONGI: Sonreí por la cooperación y enredé mis dedos en el borde de su camiseta para poder tirar de ella y quitársela.
Mordí mi labio inferior inconscientemente ante la vista que me estaba proporcionando y, tras arrojar la prenda a un lado, mis manos se aventuraron a su cuerpo, donde aún perduraban un par de moratones, probablemente los últimos que le provoqué.
-Me hacen pensar que no se irán nunca -comenté mientra los acariciaba con cuidado.
JIMIN: Tapé avergonzado los moratones que aún quedaban en mi cuerpo.
-Se irán. Siempre lo hacen. No los mires, son feos, mírame a mi.
Dije tomando su barbilla para que me mirase.
YOONGI: Lo miré a los ojos y asentí brevemente.
-Lo único que no se irán serán los recuerdos -suspiré. Jimin no podría olvidarlos si se quedaba conmigo.
JIMIN:
-Hey, ¿de qué recuerdos hablas? -dije sonriente, fingiendo no saber que decía.
Acaricié de nuevo su torso, despacio, con delicadeza, recordando cada centímetro con mis yemas.
-Eres hermoso.
Susurré sin mirarle, antes de depositar un suave beso en su hombro.
YOONGI: Un jadeo escapó de mis labios ante la delicadeza de sus dedos y sus labios besando mi piel.
-Eres perfecto, Jimin -susurré en su oído. No lo merecía.
Apoyé la frente en su hombro mientras mis manos continuaban trazando dibujos invisibles sobre su cuerpo.
JIMIN: Negué con la cabeza.
-No, no lo soy, pero me alegra que lo pienses.
Las manos de Yoongi recorriendo mi torso eran como una descarga eléctrica, mi pecho cada vez subía y bajaba con más fuerza.
Cambié mi posición, levantándome de la cadera de Yoongi y le obligué a tumbarse a lo largo del sofá.
Me apoyé con los brazos a ambos lados de su cuerpo para no aplastarle, y besé con mimo todo su torso mientras él jugaba con mi pelo y de vez en cuando arqueaba su espalda, cuando mis labios besaban algún punto sensible.
De nuevo había llegado a sus pantalones. Le miré desde abajo.
-¿Puedo quitártelos? Quiero...quiero seguir besándote.
Dije totalmente avergonzado.
YOONGI: Podía notar cómo la sangre corría por cada vena de mi cuerpo, mis latidos eran frenéticos, y estaba seguro de que cada movimiento y cada beso me empezaba a afectar cada vez más.
Tomé la barbilla del menor para hacer que subiera su rostro, de manera que podía besarlo de nuevo, profundizando y mordiendo su labio inferior al separarnos.
-Eres jodidamente perfecto, Jimin -susurré contra sus carnosos labios-. Y tengo motivos para hacerte entrar en razón si no me crees.
Bajé mi mano por su torso nuevamente y colé los dedos por el borde de su pantalón, tirando del mismo para que se acercara a mí y pudiera atrapar la cremallera entre mis dedos para bajarla.
-Debería ser yo el que llenara tu cuerpo de besos -moví mi cabeza a un lado para besar su ruborizada mejilla.
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