YOONGI: Volví a poner los ojos en blanco y suspiré.

-Era simple curiosidad -contesté mientras continuaba siguiéndolo.

JIMIN: Me encaminé hacia la tienda  erótica orientada para gays que habían abierto hace poco. Nunca había entrado allí antes, pero cuando estás dentro del círculo, acabas enterándote de todo aunque no quieras, y yo tampoco era precisamente el tipo de chico que...bueno, digamos que no había entrado nunca a esa tienda, ni a ninguna parecida, pero la curiosidad de observar la reacción de Yoongi al ver la tienda me comía por dentro. Él se había reído mucho de mí, asi que no me parecía mal si ahora era mi turno.

Caminamos en silencio todo el camino, y realmente lo tenía pegado a mi como una sombra.

Tras unos veinte minutos andando, divisé la tienda e intenté no sonreir ni hacer nada que me delatase.
Cuando estábamos ya a penas a unos metros del escaparate, pude notar a mis espaldas como Yoongi iba deteniendo su paso.

Me giré y puse cara seria.

-¿Ocurre algo?

YOONGI: -No estarás llevándome a donde creo, ¿no?

Jo-der. A pocos pasos de mí tenía una tienda de gays, una con juguetitos y prendas adornando el escaparate.

Mis mejillas se pusieron rojas a más no poder, y el calor subía hasta por mis orejas. Me acerqué a él rápidamente y lo tomé de la manga, tirando de ella.

-Vamos a otro lado -dije tras aclararme la garganta.

JIMIN: -Pero dijiste que me seguirías, qué pasa, ¿no puedes cumplir tu palabra? ¿Te da vergüenza? ¿Miedo?

Ahora sí, no pude evitar sonreir. Yoongi estaba como un tomate.

Observé como me tomaba de la manga, y toqué su mano para apartarle.

-Yoongi, te dije que me dejases en paz, creo que es mejor para ambos.

YOONGI: Suspiré. No había estado detrás de él estos meses para rendirme por una simple tienda erótica para gays.

-Está bien -susurré antes de coger su mano y tirar de él hacia la tienda-. Vamos a la tienda, puedes mirar todo lo que quieras e incluso comprar, me da igual -contesté, aproximándome a la puerta junto a él.

JIMIN: Sonreí. Puede que yo estuviese algo nervioso, ¿pero él? podría desprender electricidad en esos instantes.

Abrí la puerta y una campanita sonó, avisando al dependiente de nuestra llegada.

-Buenos días, ¿en qué puedo ayudarles?

Creía que veníamos juntos, lo que era lógico, pues habíamos entrado a la vez, con Yoongi practicamente pegado a mi, y vi la oportunidad perfecta de avergonzarle lo suficiente como para que me dejase en paz.

-Eh, si, verás...mi novio y yo queríamos probar algunos juguetes para animar nuestra relación, pero no tenemos ni idea de que comprar ¿podrías aconsejarnos algo?

YOONGI: Me quedé en silencio, observando sus movimientos. Quería patearme el culo mentalmente por la vergüenza que sentía en esos momentos.

Lo miré de reojo y, mientras el dependiente salía de detrás del mostrador para enseñarnos algo, aproveché para acercar mis labios a su oreja y susurrar.

-Novios, ¿eh? -pasé el brazo por su cintura y lo pegué más a mí mientras caminé hacia donde se había parado el dependiente-. Mi novio es algo goloso en la cama -comenté con la intención de que se avergonzara hasta el punto de querer irse-.

JIMIN: Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo cuando Yoongi me susurró aquello en la oreja, sin duda, no me esperaba eso de su parte, ni que me siguiese el juego tan bien.

-Si ehh...lo soy.

El dependiente alzó una ceja, no muy convencido y siguió buscando, cosa que aproveché para enfrentarme a Yoongi.

-¿A qué mierda juegas ahora? Pensé que eras un puto homofóbico.-dije susurrando para que no nos oyesen.