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Extra 5 - Mis Hermanos Menores

Mis padres han salido y me ha tocado hacer de niñera, no me molesta ya que eso quiere decir que confían en mí, pero en ciertos casos me provoca decirles que NO QUIERO, porque mis hermanos se vuelven un tanto quisquilloso, revoltosos y gritones. Kirara se encontraba conmigo, ella me ayuda a vigilar los alrededores, Reiji y Rinji se encontraban jugando a las vencidas en el patio mientras que yo los observaba desde la puerta.

Cuando cumplí 10 años, papá y mamá decidieron que ya era hora de que tuviese un cuarto propio, dicen que necesito privacidad, así que han estado haciéndole unas mejoras a nuestra casa y en eso andan, solo que por el trabajo no han podido terminar, pero hoy los escuche hablando de que estarán buscando en esta semana lo que hace falta para terminar... ¡ME HACE TAN FELIZ! El tener mi propio espacio, así mis hermanos no van a estar con el fastidio de querer tocar todo lo que tengo.

Estaba hundida en mis pensamientos, no paraba de pensar en como quedará mi cuarto nuevo y en qué cosas le colocaré para decorarlo, cuando de repente... Escucho un barullo y en seguida pongo toda mi atención en mis hermanos menores:

— ¡Rayos! — Dije y corrí a separarlos — ¿Qué creen que están haciendo ustedes dos?

— Reiji me golpeó muy fuerte — Dije Rinji enfadado.

— ¡Pareces nena! — Le saco la lengua — Sabes pelear casi tan bien como yo... ¿POR QUE NO SE LO DEVOLVISTE?

Rinji intentó tumbarme al suelo pero no lo consiguió, así que lo cargue y colocándolo sobre mi hombro, le dije de una tónica divertida y alegre:

— Ya sé que están buscando — Me reí — Pero no tienen que finjir así.

— Es que ya no juegas con nosotros como antes — Dice Reiji quien observaba como le hacía cosquillas a su gemelo — Como ahora te la pasas con aquel niño en la pradera.

— ¿Están celosos de...? — No pude evitar reírme de ese comentario, no espere que mis hermanitos fueran así de celosos.

No me extrañaría que ellos hayan sido los que le comentan a mi abuelo cuando voy a la pradera a ver a Hiroshi, yo voy a dejarlos tranquilos, cuando ellos estén en una situación similar les haré lo mismo, a ver si les va a gustar.
En fin simplemente me puse a jugar con ellos, creo que me extrañan un poco ya que casi no les tomo en cuenta sus juegos, lo que pasa es que yo ya no soy una niña y a decir verdad, los juegos de niños me aburren un poco.
Me cansé y decidí entrar a casa un momento, Kirara se encontraba conmigo y me ayudaba a buscar mi espada, estaba decidida que fuese  el día en el que voy a descubrir cómo se usa, ha pasado mucho tiempo desde que me la dieron y todavía no descubro cómo usarla bien, eso me frustra demasiado.

— Sayuri — dice Reiji mientras me observaba — ¿Otra vez vas a intentar usar la espada?

— Así es — Dije mientras la tomaba entre mis manos.

— Pero el abuelo dijo que no podías hacerlo sin él — Alegaba mi hermano — Se enfadara y se lo dirá a mamá.

— Mamá no me dirá nada — Dije mientras intentaba mantener la compostura — Total, es mi espada.

Mis hermanos se dispusieron a no dejarme utilizar la espada, dicen que es muy peligroso y que no debería hacerlo si mi abuelo no está, ha decir verdad, en cierta parte ellos tienen razón ya que mi abuelo ha manejado una espada similar a la mía durante muchos años, pero tengo entendido que él aprendió por su propia cuenta... O al menos eso es lo que dice él, yo también quiero hacer lo mismo pero mis hermanos no me entienden, así andamos, están tirando de la espada para quitarmela de las manos pero yo apretaba con fuerza no iba a dejar que me ganaran dos niños.

— Cuando papá venga te voy a acusar — Dice Reiji enfadado.

— No me interesa — Le saco la lengua y luego de dar un último jalón, logré quitarles la espada, pero justo cuando fui a salir de la casa, Kirara se interpuso en mi camino y de inmediato sentí un aroma conocido... Demasiado conocido diría yo.

— ¿Qué está haciendo aquí? — Mascullo. Luego de dar un suspiro, dejé la espada a un lado y me asome a la puerta para así ver al sujeto que se encontraba en el jardín.
Hiroshi nunca había venido a mi casa ya que no quería tener problemas con mi padre y mucho menos con mi abuelo, por eso me sorprendió el encontrarlo parado frente a mí, supongo que para estar aquí, debe tratarse de algo muy urgente.

— Kirara, no dejes salir a mis hermanos — Le dije a la minina quien respondió a mi orden con un rugido.

Salí cuidadosamente y me acerque a él de una forma un tanto nerviosa, aun seguía con la intriga de saber porque estaba ahí, así que una vez estando cerca, le dije con una expresión de confusión en mi rostro:

— ¿Qué haces aquí? — Olfateo el lugar para asegurarme de que no se acercara nadie que pudiese regañarme por estar con Hiroshi — Sabes que no es conveniente, si mi padre te ve aquí...

— Lo sé — Dice mientras ríe un poco — Pero eso no importa, solo quería saber como estabas ya que tienes tiempo que no vas a la pradera.

— He tenido que cuidar a mis hermanos — Miro hacia la casa — Ser la mayor es algo complicado.

— Entiendo — Sonríe — Pero bueno, siempre que vas, terminamos conversando a medias.

— Así es — Suspiré — Pero, esta vez, como estás aquí, podemos hablar un poco más.

Asintió ante mis palabras y acercándonos un poco más a la casa, nos sentamos a conversar, cosas básicas, pero a su vez son interesantes.

— Así que eres experta en artes marciales — Me mira de reojo — Eso tengo que verlo, se ríe un poco de lo que le dije.

— Cuando quieras te demuestro de lo que soy capaz — Trueno mis dedos.

— Bueno — Se coloca de pie — Estoy listo.

— Perfecto — Me coloco de pie en un solo salto para luego colocarme en frente de él — Ya verás.

Pero justo antes de que pudiese hacer algo, Rinji corrió y apartandome de Hiroshi me dijo muy enfadado:

— Hermana sabes que papá no quiere que hables con extraños — Me empujaba hacia atrás — Vamos, hay que ir adentro.

— Sabes que ya sé cuidarme sola hermanito — Dije zafandome de él por un momento — Además Hiroshi no es un extraño, es un amigo mío.

— ¡SÍ LO ES! — Gritó — Vamos antes de que papá llegue y nos regañe.

Rodé los ojos y procedí a regañar a mi hermano por la escena que estaba armando, no es la primera vez que me hace estas cosas, parece ser que no quiere que ningún niño se me acerque y es molesto.
Una vez que convencí a los gemelos de quedarse tranquilos, volví a donde estaba Hiroshi y justo antes de llegar, me tropecé, terminé cayendo tendida en el suelo... Y en seguida, el chico con un aroma indefinido corrió a ayudarme.

— No es necesario — Dije mientras me sonrojaba toda — Yo puedo sola.

— No seas orgullosa — Dijo mientras se acercaba a mi talón para ver como estaba — Déjame ayudarte... ¿No somos amigos?

No sabia que decir ante eso, me puse tiesa como un palo mientras Hiroshi me cargaba en brazos hasta adentro de mi casa, mis hermanos se apresuraron a hacer que mi amigo me bajara y lo sacaron de inmediato de la casa lo cual me dio mucha molestia.

— Gracias — Le dije y este agitó su mano para despedirse con una sonrisa en el rostro.

Rinji se apresuró a traer unas vendas para envolver mi pie en ellas, me causaba mucha gracia porque no se ponían de acuerdo para hacerlo bien. Me duele mucho el tobillo y mamá no se encuentra cerca... Ella siempre sabe que hacer en estos casos.

— Nosotros te vamos a curar hermana — Dijo Reiji mientras me abrazaba.

— Gracias hermanito — Le dije mientras intentaba contener el dolor — Gracias...

Mia hermanos pueden ser molestos a veces, puede que quiera agarrarlos a coscorrones, pero si hay algo que valoro de ellos, es que siempre que los necesito están ahí, siempre están dispuestos a ayudarme y demostrarme lo mucho que me aprecian, justo como en este momento... Aunque me duele, se que no lo hacen por maldad sino porque me quieren ayudar.

— Solo por esta vez, no le diremos a mamá — Dice Rinji mientras se reía.

— Es que de todas formas iba a negarlo — Me sonrojaba — Pero igual gracias por no decirlo.

— Será mejor que te bañes — Se ríe Reiji — Si mamá te huele, sabrá que estuviste con él, recuerda que mamá tiene buen olfato.

Asentí e intentando ponerme de pie, me recosté de la pared y cojee lentamente hasta llegar a la recamara a buscar una toalla, era demasiado tarde, así que no podía ir al río y menos cuando mis padres no están, así que tocaba bañarse en el tinajón qué está afuera, el cual hicieron para esta clase de situaciones, así que procedí a bañarme... Espero que mamá no se de cuenta de que Hiroshi estuvo aquí o me irá muy mal.
Estuve largo rato metida dentro del agua mientras me frotaba el cuerpo, según mi olfato, ya no se sentía tanto su olor, pero no era suficiente...
Así que me quedé más tiempo y mientras que estaba ahí, escuche llegar a mis padres.

— Espero que sea suficiente — Mascullé.

Escuché como mis hermanos corrían a saludarlos, de inmediato notaron mi ausencia y enseguida preguntaron por mí, mis hermanos les dijeron que estaba bañándome y mi madre dijo que vendría a verme.
Mi corazón latía al 1000% ya que no sabía si se había desvanecido por completo el olor a Hiroshi, Le ruego al cielo que por favor no permita que se note el olor o estoy perdida.
Me hundí en el agua, dejando solamente visible, la parte superior de mi cabeza, mi madre al verme se rió y me dijo a modo de broma:

— ¡Vamos ya sal de ahí! — Alborota mi cabello — Tus hermanos ya me dijeron que llevas rato ahí.

— No quiero salir todavía mamá — Dije luego de erguirme un poco.

Mi madre insistió tanto qué decidí salir, la verdad ya me da un poco de vergüenza que ella me observe, mi cuerpo ha empezado a cambiar y me da un poco de pena, ella tomó la toalla y me envolvió enseguida para evitar que me resfriara.
Caminamos por el otro lado de la casa para evitar que mis hermanos y mi padre me vieran en este estado. Estaba apoyada en el hombro de mi madre puesto que todavía me duele el tobillo, ella me preguntó porque estaba así y la verdad no sabía qué responderle.
Mi madre me ayudó a vestirme y luego de sentarnos empezó a revisarme el tobillo, mis hermanos le comentaron que estábamos jugando y me tropecé, no esperaba que ellos fueran a hacer eso, creí que les dirían a nuestros padres que Hiroshi estuvo aquí, pero por lo visto no van a hacerlo, al menos no por ahora.

"Gracias muchachos — Pensé. "

Dicho eso, simplemente nos dispusimos a esperar que estuviese la cena para luego irnos a dormir.

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