cuando le digo que no estoy buscando alojamiento, la señora del hotel me mira con desconfianza. en ese momento me doy cuenta de que no puedo contar la verdad. ¿qué le digo? ¿qué soy un romántico empedernido que se ha obsesionado con dos muertos de hace un siglo?

decido adoptar mi personalidad de carmen sandiego.

“estoy haciendo un trabajo de investigación sobre la i guerra mundial en la zona. me han dicho que aquí solía vivir la familia hanemiya, ¿es así?”.

la mujer me dice que sí. que el edificio ha pertenecido a su familia desde hace generaciones.

WAIT.

¿su familia? ¿me está diciendo que ella es descendiente de los hanemiya?

la señora se llama emma sano, hija de yushiro sano y karen hanemiya, que a su vez fue hija de shuji hanemiya, el hermano mayor de kazutora.

en ese momento le cuento lo de la tumba intentando que no me tiemble la voz. se supone que soy una investigadora fría como el hielo, no te salgas de personaje, (n). y ella asiente con la cabeza: “sí, los enterraron juntos, pero no sé por qué.”

“me han dicho que kazutora y keisuke eran amigos,” aventuro yo. ella asiente de nuevo: “sí, iban juntos al instituto, como la mayoría que están enterrados allí.” otro escalofrío. me viene a la cabeza el instituto al lado del cementerio.

está claro que kazutora y baji se conocieron cuando eran adolescentes. o quizás antes. y que su amistad se forjó en los pasillos de ese edificio, una amistad que se truncó cuando kazutora se fue a la universidad de munich hacia 1912 y keisuke se quedó en sighisoara.

por eso keisuke pintaba la ventana de kazutora. porque le echaba de menos. incluso un año después de su separación él aún le dedicaba sus cuadros.

¡solo ellos dos están enterrados juntos, señora! emma piensa un poco y acaba diciendo que desconoce el motivo. “¿quizás la familia de keisuke baji no tenía dinero para una tumba propia?” la explicación no me convence nada.

seguimos hablando de los hanemiya un buen rato, de cómo kazutora y su padre murieron pero shuji sobrevivió, quedándose con la casa. también lamenta que kazutora muriera soltero y sin descendencia.

en ese momento señalo la ventana que está justo encima de nosotros: “esa era su habitación, ¿verdad?”. ella abre los ojos como platos. “¿cómo lo sabes?”. le enseño la foto del cuadro y me lanzo: “¿me la podría enseñar?”.

ella asiente y me hace pasar. entro en la antigua casa de kazutora casi de manera reverencial, pero se me pasa de golpe al ver que la han reformado por completo y por dentro es TERRIBLEMENTE FEA. los frescos de las paredes son para arrancarse los ojos (perdón, emma).

camino de la habitación, uno de los frescos en la pared llama mi atención. es una representación de un molinero (hanemiya, en alemán, el símbolo de la familia de kazutora). decididamente estoy en el lugar correcto.

la habitación no está ocupada, así que puedo visitarla sin problema. emma me abre la puerta y se me corta la respiración. delante de mí está la habitación de kazutora.

me dirijo a la ventana y desde allí adivino el lugar en la calle desde el que keisuke pintó su cuadro. y levanto la mano, como si yo mismo fuera kazutora, despidiéndome de keisuke, que acaba de salir de mi casa con una sonrisa en sus labios y se gira para saludarme con una sonrisa.

en ese momento siento que no me puedo ir. a la mierda el bus a târgu mures que sale en un rato. a la mierda todo. me giro y le suelto a emma: "creo que me voy a quedar a dormir aquí esta noche".

la mujer sonríe, como si ya sospechara que iba a decir eso: “me alegro, porque tengo algo que enseñarte. y vas a necesitar tiempo para examinarlo."