No había dicho que fuera sencillo quererme, aún así, no lo obligué a quedarse. Si lo hizo, es porque vio en mí algo que yo no he logrado identificar.

¿Hasta qué punto el ser humano se reconstruye de la mirada ajena?

—JungKookie, apaga esa luz ya, quiero dormir —Me dice, sin abrir los ojos, pero con el rostro orientado hacia mí—, y deja de observarme así, me siento acosado —Suelta luego, y sonríe tanto que juro que dentro de mí se escucha el aleteo de un millar de luciérnagas.

Porque no sirven las mariposas para crear la metáfora del amor que siento por él. Si su sentimiento me ilumina en la oscuridad de mi propia inseguridad, entonces, las brillantes vidas de unas luciérnagas son las que recorren mi interior ante su presencia. Y ausencia, porque supera la necesidad de cercanía física.

—¿Vas a quedarte? —No quiero romper el momento siendo tan frío, pero es la realidad que me dicta que debemos guardar la distancia, al menos, hasta que sea nuestro periodo libre. Veo que su boca se frunce y me apresuro a decir atemorizado de que cambie de idea y se vaya, tal como debería ser—; no es que me moleste, pero...

—Pon seguro a la puerta y dame un abrazo, hace tiempo que me han dejado de afectar sus regaños —contesta tranquilo, y ahora sí abre los ojos y me observa risueño—. Y pronto nos iremos de vacaciones, da igual si adelantamos los instantes juntos ¿no?

Y sin tardar demasiado corro hasta la puerta a trabar con llave para que nadie tenga el descaro de interrumpir nuestro momento especial. Tal como lo ha dicho, el secreto puede ser asfixiante, pero sigue siendo real en tanto así lo queramos.

Y yo lo quiero. Corrección:

—Te amo, TaeHyungie —Doy un beso brusco a su boca para que no tenga más remedio que probar mi cariño y él responde sin demora.

—También te amo, mucho, JungKookie.

Y nos acurrucamos en la oscuridad, sin más preocupaciones que no aplastar a Tannie.

:)