El sonido queda aislado y atrapado dentro de un estudio de música tan impresionante como es el Genius Lab y aunque hay mucha intriga por entrar en él y ver el lugar mismo de composición del talentoso Min YoonGi, pocos han tenido la oportunidad de hacerlo.

Sus amigos, esa familia que se construyó en torno a un sueño en común, pueden ingresar al estudio, claro. Aunque en pocas ocasiones lo hacen, porque saben que no deben abusar del permiso del productor. Mucho menos, interrumpirlo cuando está en plena tarea creativa.

—¿YoonGi-ssi? —murmura el hyung del grupo, y ya YoonGi deja lo que está haciendo y presta total atención al otro—. ¿Puedo hablar contigo un momento?

Y entonces, el dueño del Genius Lab siente vértigo, tal como si se encontrara ante un abismo del que o salta o se enfrenta a la verdad. Esto último lo espanta: intuye a qué ha venido SeokJin y teme que no pueda controlarse.

Está indefenso ante la mirada con cariño que le da SeokJin, quien no entiende lo que terrible que es enamorarse de un amigo. Alguien que lo hiere sin la intención siquiera, pues ignora que YoonGi hace tiempo ha dejado de verlo como a los demás.

—No tienes nada de qué disculparte —contestó con voz ronca, sabiendo que a eso ha venido Seokjin, a decir «lo siento, no puede ser»—. Dejemos todo tal cual está y haz de cuenta que lo de hace unos minutos no ha ocurrido... por favor.

—Entiendo —SeokJin mira el suelo y se muerde los labios, labios que YoongGi se muere por volver que probar, mientras piensa qué más decir para que no se genere entre ellos una incómoda grieta—. Me has tomado por sorpresa —comenta sin mirarlo a la cara—. No sabía que te sentías así por mí.

—No tenías por qué, jamás quise que se dieran las cosas de este modo —Incómodo en su silla, YoonGi se pone en pie y camina hasta la puerta entreabierta donde SeokJin permanece asomado-. Simplemente he callado porque no pretendía que te pusieras así en mi presencia. Si sabes lo que siento por ti inevitablemente creerás que debes actuar en consecuencia y no, Jin hyung, no te sientas presionado. Puedo amarte aún cuando sé que tú no lo haces... o no del mismo modo que yo.

Un amor fraterno, que cimentó bases fuertes para la banda, no el que tanto anhela Min YoonGi.

—¿No estás molesto? —El hyung sin proponérselo podría hundirlo en más miseria al preocuparse por su corazón en vez de culparlo de haberlo besado antes cuando conversaban en el coche tras su vuelta del ensayo.

—Lo estoy —dijo YoonGi y se permitió una discreta sonrisa porque parte de su malhumor se iba al ver al otro-. Aunque no contigo.

Entonces, SeokJin lo observó fijo y puede que YoonGi haya dejado de respirar unos segundos. Aquellos brillantes ojos del hyung estaban tan cerca, sus respiraciones mezclándose y esta vez no fue el rapero quien dio el paso hasta que se fundieron en un beso.

Las mejillas de YoonGi se cubrieron de un tierno rosado y tuvo que resistir el impulso de profundizar el beso. De llevarlo más allá, de apoderarse de esa boca que le trae con los pies en el cielo y que se siente como besar nubes por lo suave. Esto no era por él, se trataba de una curiosidad genuina de SeokJin y por eso cedió el control.

No tardó demasiado en comprender qué ocurría en realidad, en descubrir que quizá no era tan indiferente, que su sentir no era unilateral como tanto le entristece pensar. Pero cuando quiso reaccionar a ello, SeokJin ya había retrocedido y se alejaba, dejándolo confundido.

YoonGi cerró la puerta del Genius Lab y volvió a aislarse del mundo. Una sonrisa que dejó ver sus encías fue plantada en su rostro y no se le quitaría tan fácil. Porque ese estudio al que va a crear y a destilar cada una de sus emociones, ahora tendría el recuerdo tatuado de un beso con SeokJin.

Y la naciente esperanza de que el hyung pueda amarlo también.

:)

Si alguien leyó o vio que hay otra historia publicada en mi perfil con este mismo nombre, ha de saber que una vez intenté hacer una versión más tierna y resultó quedar en un OS.

Esta historietita la encontré entre mis borradores y posta, ni recordaba que la tenía jaja