Kim Seokjin fue bastante Gryffindor cuando tomó los labios de la serpiente Park JiMin en un beso. El Slytherin no había hecho más que provocarlo al punto de que la seducción era casi un odio dulzón con el que se untaban los labios en el beso más desordenado, más atropellado, que incluso el «juro solemnemente que mis intenciones no son buenas» no bastaba para mapear el recorrido de las manos de ambos magos.

Cuando se distanciaron, sin embargo, el anterior estallido no es sino una certeza cruda de que era el inicio y no el fin que se prometieron:

—¿Eso es todo lo que tienes? —Siseó el sly, aun cuando sus labios estaban rojos y hormigueando.

Y el pobre Gryffi, que ya había agotado la cuota de valentía diaria, apenas pudo dejarse caer sobre esa boca impertinente, rendido a la voluntad de Jimin...

Brevemente se cuestionó si, dado que su mundo daba vueltas en tanto saboreaba la lengua del Slytherin, este no lo había envenenado como se espera que una serpiente de su calaña. Pero se dijo, mientras luchaban por quitarse las túnicas del uniforme, que le daba igual. En ese punto, no podría detenerse.

:)

En algún momento de este año, terminaré el fic Jinmin que está en proceso jaja