En otro plano universal, las almas gemelas existían realmente y por desgracia. E inevitablemente todos tenían una.

Nadie, sin excepción, quedaba solo.

Cuando nacías, de inmediato el destino dictaba quién sería tu gemelar compañía y te condenaba a buscarla para estar completo.

¡Condenados sean los que esperan uniones idílicas e irreprochables! ¡Desgraciados los que nacen con su gemela mitad atada al alma!

El equilibrio de aquella unión no sería, como se cree en este plano universal, armonioso y de inmensa felicidad. Era lo contrario. Era, como requiere el equilibrio cósmico, de tal perfección que aterraba.

El alma buena no tenía asignada una alma de iguales condiciones generosas. ¿Cómo permitir tal inestable unión? ¿Cómo de chueco sería ese destino de amparos similares si se desecha el complemento?

Así, a un alma de pureza y blancura, se le obligaba a conjuntar con su perfecto opuesto de oscuras y corruptas intenciones. Era la justicia más correcta y poética, ¿no?

Por esta razón, Kim Seokjin no temió herir a Jeon Jungkook, ni sintió culpa alguna por hacerlo; y Jeon Jungkook lo amó incondicionalmente, pese a que la sangre manaba con soberbia del pecho destrozado y hueco.

Con jactancia, Jeon Jungkook sonrió al notar el modo en que se agitó su corazón en mano de Kim Seokjin y no evitó estremecerse de placer cuando este besó aquel palpitante órgano antes de arrojarlo a un lado y desmayarse sobre él.

El corazón rodó por el suelo, salpicando sangre y amor con impunidad y en impúdica ceremonia, hasta que alcanzó el sitio donde cayó el corazón de Kim Seokjin, que Jeon Jungkook mismo había extraído rato antes.

En un universo paralelo al nuestro, las almas gemelas existen. Desgraciadamente, traen consigo la condena de encontrarse y destruirse.

:)

Incluso aunque caigo rendida a los fics de almas gemelas, lo cierto es que la idea siempre me resultó perturbadora jaja