-No hay de que, señora. Además, yo no hice casi nada, la señorita sabe cuidar de sí misma.- Dijo Gray poniedo otra vez el brazo derecha en el hombro izquierdo.

-Sí, madre,- También afirmó Lucy: -Sé cuidarme a sí misma.-

Layla asintió con la cabeza y dijo otra vez a Gray:

-Señor Gray, tu padre también estaba preocupado por ti. es mejor que vayas a verle.-

-No, señora.- Al escuchar eso, Silver salió de la casa. -Yo sabía que lograría.- (Aunque se quitó el aparato que le puse en la mochila.) Pensó algo enfadado Silver.

(Bueno......) Pensó Layla: (Si crees al señor Gray, no entiendo por qué andabas por la casa todo el rato......¿Creo que estaba preocupado, no ? ¿Entonces? ¿Cómo se llamaba esto? ¿Tsundere? No me acuerdo.) Pero Layla no dijo la verdad, porque pensaba que Silver hacía esto era no preocuparse a Gray.

-Gracias por confiarme en mí, padre.- Dijo Gray mirando a Silver.

Silver asintió con la cabeza y se fue al lado de Gray. Puso otra vez el aparato en la mochila de Gray, sin que Gray se diera cuenta.

Después de enganchar el aparato como pudo, Silver dijo a Layla:

-Señora, como ya hemos cumplido nuestra misión, tenemos que irnos ya.-

-Señor Silveer, ya sé que no quiere agradecimiento, pero por lo menos, queda a comer la cena.- Dijo Layla ya levantada, enfrente de Silver.

Antes de que Silver pudiera responder, Lucy cogió la mano de Gray y le tiró para dentro:

-Sí, señor Gray, la comida que hace mi madre es muy rica. Estoy segura de que te escantará.- Dijo Lucy sonriendo dulcemente.

Y allí, Gray aceptó sin decir nada. Silver se sorprendió un rato, y al final, aceptó también, por su hijo.

Todos entraron en la casa de Lucy. Fue una cena genial.

Natsu ya se había ido cuando Lucy y Gray llegaron a casa. Gray también se dio cuenta de eso, hasta que le dijo un adiós, pero en el corazón.

Natsu también tenía que volver a casa, aunque Igneel le dejaba sin problema, lo que pasa es que Natsu tenía hambre. Entonces decidió volver a casa.

En el camino, vio pasar delante a un conejo blanco con ojos rojos como la sangre. Y, sin duda, Natsu lo cazó.

No fue tan difícil, sólo que corriendo un rato, y Natsu consiguió pillar al pobre conejo.

Cuando Natsu volvió al sitio donde Igneel le esperaba, Igneel ya había dormido. Natsu dejó el conejo en el suelo, y se puso al lado de Igneel, al lado de su oreja.

-¡Papá!¡Despiertaa!- Gritó Natsu más fuerte como pudo.

Igneel se despertó de un salto, y vio a Natsu a su lado, agachado.

-Ah, Natsu. Eres tú.- Dijo Igneel con pereza, todavía no se ha despertado del todo.

-Papá, tengo hambre. Cocina, he traído un conejo.- Dijo Natsu enseñando a Igneel el pobre conejo.

-¿Y la niña humana? ¿Dónde está?- Se bostezó Igneel, levantando de suelo.

-Ah, ¿Lucy? Está en su casa.- Dijo Natsu nada extrañado.

-Entonces......¡Has perdido, Natsu!- Empezó a reír Igneel, por fin su hijo ha perdido.

Cuando Igneel se partía de alegría, Natsu se pudo de repente como listo:

-No, papá. El trato era aprender a cazar. Y mira....- Enseña a Igneel otra vez el conejo.-Ya he aprendido, papá- Sonrió Natsu, con orgullo.

(Espera, ¿eso significa que no he ganado nada?) Pensó Igneel con boca abierta, pero al final aceptó su destino. (Bueno, por lo menos hoy no tengo que ir a cazar, ya tenemos para la cena. Qué pereza me da cuando tengo que cazar.)

Igneel de repente tuvo una duda, y preguntó a Natsu:

-Natsu, esto es demasiado pequeño para nosotros, ¿no?- Dijo Igneel pensando cómo repartir para que sea justo.

-No papá.- Pero, Natsu se negó otra vez con la cabeza.- Esto es mío, tienes que cazar el tuyo.- Dijo Natsu mirando a Igneel con sinceridad.

Ésta vez, Igneel se quedó en shock total.

-¡Corre, papá!¡Que se hace tarde!- Le gritó Natsu señalando el sol, que ya no se veía casi nada.

-Vale, ya voy......- Ya sin fuerza de discutir, Igneel se fue yendo para buscar presa.

(Qué pereza...)Pensó Igneel en el camino.

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Valennchus  ya está terminada esta parte por fin :3 espero que te guste

Y la próxima será mucho más corta que esto