La gorgona de bellas mejillas.
Recuerdo ese par de suntuosos ojos negros que se adueñaron de mí alma.
Me derrotaron, por medio de ese rostro tan angelical como demoniaco.
Asesinado sin dolor, mi cuerpo siguió en pie.
Intentó consolarme inútilmente, pues, ya no podía aceptar su calor.
Ella me mato, el amor de mi vida...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro