Romance químico
Se había despertado esa mañana, ya con una sonrisa iluminada por la luz del sol, que insistía en hacerle abrir los ojos. De repente sintió un peso sobre su cuerpo, pero al mirarlo se llenó de alegría y éxtasis; sus manos acariciaron su cabello desordenado, y encendiendo un cigarrillo, recordando a su difunto sensei, recordó la noche anterior.
Tomado por el deseo y embriagado por la pasión, Shikamaru no pudo resistir la tentación y penetró en ella, tomándola por completo, dejando huellas de amor, explícito en los ojos de la dueña de los hilos dorados. Cada aullido, cada gemido encerrado en su cerebro y apuñalado en su corazón. La reciprocidad era tan grande, que a pesar de estar domado por el más insano placer, nunca se había sentido tan seguro de ser correspondido como esa noche. No era solo pasión, o una simple atracción, era necesidad, complicidad, una química que existía entre ellos, un fuego que lo dominaba, era amor.
_ "El amor me parece tan poco inteligente..." - pensó, miró al techo y sonrió al contemplarlo - "Todo lo que tienes que hacer es obedecer a tu corazón" - resopló - "Inevitable".
Se deleitaba con el peso y el cálido aliento de su amada sobre su cuerpo; él la miraba con una mezcla de malicia y pureza, ella lo estaba afectando seriamente. Pasó los dedos muy lentamente por la espalda lisa y desnuda, al darse cuenta de que se había encogido en respuesta, sonrió.
_ "La luz que hay en ti mi amor, se derramó por los caminos de mi alma,..." - pensó, y al poco rato resopló, soltando el humo de su cigarro - " Qué molesto me estoy poniendo... " - se rió.
En un movimiento lento, pero astuto y seductor, la joven se levantó y comenzó a mirarlo de frente, cuestionando el motivo de la risa.
_¿Qué sucedió? – como estaba desnuda, se sonrojó, y estando a punto de cubrirse, fue atraída en un cálido abrazo y un ardiente beso-
El joven la miró y pasó su mano por el cuerpo color nieve de la pequeña, besando su cuello en consecuencia; colocó su mano en la intimidad de la joven masturbándose, haciéndola gemir.
_Bom, todo empezó cuando te conocí, la mujer más hermosa que se cruzó en mi camino. Los ojos azules y la piel clara me conquistaron enseguida...- dijo besando sutilmente la boca de su amada, bajando hasta su cuello, y luego, chupando el pezón rosado y tieso- gracioso, pero era la primera vez que podía olvidar cómo problemáticas son las cosas... - manoseando y apretando el seno izquierdo de la chica mientras él penetraba con un dedo en su ya húmeda cavidad, haciéndola gemir aún más - nos conocimos por casualidad, eso sí, las posibilidades de ser elegidos para el mismo equipo eran mínimas, llamémoslo destino. – Besó bruscamente la boca pequeña y redondeada de su chica, penetrando el segundo dedo; continúa – En la primera semana éramos completos extraños, sin embargo, se nos había olvidado que somos imanes, no quería perder el tiempo,
_Shika-a... Shikama-a-aru... Te amo, te amo mucho mi amor – sintió lágrimas correr por su rostro al escuchar esas palabras – ''si es un sueño, no Ya no quiero despertar...'' -pensó-
Alcanzando la cima junto con la joven, se tumbó exhausto en la cama, abrazándola y besándola olvidándose por completo del resto del mundo.
_Shika... ya no se como vivir sin ti, te amo... Puede que no sepa como demostrarlo con palabras, pero... - la interrumpió con un beso, y dijo:
_Todo silencio fecundo ya sabe a palabras, es decir, siento en tus demostraciones tanta reciprocidad hacia mis sentimientos - acarició su rostro sonrosado y continuó - El poeta se encarga de verbalizar entre líneas del alma, te amo mi pequeña.
_Shika, quiero estar contigo toda mi vida y muerte, siempre seré tuya, y te quiero solo para mí…- lo besó y decidió devolverle el placer, comenzó a chupar la parte de él cuerpo que, en ese momento clamaba atención - Te amo - lo besó, reiniciando el momento del amor -.
_Siempre seré tuyo, mi ángel, ¡te amo! La besó y se entregó a su pequeña amada. –
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