"Siempre en mi Corazón"
Habían pasado ya muchos años desde el día en que Cristal y Lediam se conocieron en la primaria. Desde el primer momento, sus almas se entrelazaron, forjando una amistad inquebrantable que se convertiría en el pilar de sus vidas. Cristal, una chica risueña de cabellos dorados y ojos entre pardos y verdes, encontraba en Lediam un refugio seguro. Él, alto y atlético, siempre fue su héroe de brillante armadura e inteligencia, capaz de enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara.
Durante la adolescencia, la amistad entre Cristal y Lediam se transformó en un amor silencioso y profundo. Ambos eran conscientes de que sus sentimientos habían cambiado, pero el miedo a perder la amistad que tanto valoraban los mantuvo atrapados en una constante negación. Se miraban con ternura y admiración, pero nunca cruzaron la línea de la amistad, temiendo que un paso en falso los separara para siempre.
Sin embargo, en lo profundo del corazón de Cristal, ella sabía que Lediam no era perfecto. Sus palabras podían ser duras y a veces él se mostraba distante. Había ocasiones en las que Lediam parecía más interesado en sus propios logros y ambiciones que en el amor que Cristal le ofrecía en secreto. Pero estos pequeños defectos solo hacían que Cristal lo amara más, porque ella veía más allá de sus imperfecciones.
A medida que crecían, Cristal enfrentaba sus propias inseguridades. Era una chica talentosa pero a menudo dudaba de su valía. En esos momentos oscuros, Lediam se convertía en su luz. Con su apoyo incondicional, la animaba a perseguir sus sueños, a escribir sin miedo al qué dirán. "Eres una narradora nata", le decía, "tienes una voz única que el mundo necesita escuchar". Sus palabras eran como un bálsamo para las heridas de Cristal, y aunque ella no siempre lo reconocía en ese momento, empezaba a creer en sí misma gracias a él.
Las noches de verano eran su refugio favorito. Se sentaban juntos bajo el cielo estrellado, compartiendo historias y sueños. A menudo, Cristal se perdía en la inmensidad del universo mientras Lediam hablaba sobre sus ambiciones y anhelos. Ella lo escuchaba con atención, admirando su pasión por la vida. Sin embargo, en su interior, anhelaba compartir sus propios sueños con él: ser escritora, viajar por el mundo y encontrar un amor verdadero.
Los años pasaron y sus caminos tomaron rumbos distintos. Cristal se convirtió en una escritora reconocida, mientras que Lediam, con su brillante inteligencia, se destacó como un exitoso ingeniero. Aunque sus vidas siguieron caminos separados, el recuerdo del amor no confesado siempre permaneció en el corazón de Cristal. De vez en cuando, a través del tiempo y la distancia, sabían uno del otro. Mensajes breves, llamadas esporádicas, pero nada que pudiera llenar el vacío que sentía Cristal. No había día en que no pensara en él, en lo que pudo haber sido y en el beso que jamás se dieron. Sus ojos verdes siempre la miraban en sueños, y sus labios gruesos eran un anhelo constante.
Con el tiempo, Cristal decidió transformar su dolor en arte y escribió una novela titulada "Siempre en mi Corazón". En sus páginas, narró la historia de dos mejores amigos que se amaban en secreto pero nunca se atrevieron a confesarse. En cada línea, vertió su corazón, con la esperanza de que algún día Lediam la leyera y comprendiera que él fue, es y siempre será el amor de su vida.
En su novela, Cristal imaginaba escenas que nunca ocurrieron pero que deseaba con todo su ser. Soñaba con noches estrelladas en las que Lediam la tomaba de la mano y la llevaba a bailar bajo la luna. Imaginaba besos robados en la lluvia, cuando sus labios finalmente se encontraban y todos sus miedos desaparecían. En su mente, escribía sobre los viajes que nunca hicieron juntos, las promesas que nunca se atrevieron a hacer y los abrazos que nunca compartieron.
A través de la escritura, Cristal encontró una manera de superar su sufrimiento y seguir adelante, sin perder la esperanza de que, en algún rincón del mundo, Lediam encontraría su novela y entendería el amor eterno que sentía por él. Aunque la vida los llevara por caminos lejanos y distintos, su amor siempre estaría allí, guardado en las páginas de un libro y en los recuerdos de su corazón.
Un día, mientras Cristal firmaba copias de su novela en una librería local, sintió una presencia familiar detrás de ella. Al volverse, se encontró cara a cara con Lediam. Su corazón dio un vuelco; sus ojos verdes brillaban con una mezcla de sorpresa y emoción. "He leído tu libro", dijo él con voz temblorosa. "Cada palabra resonó dentro de mí como un eco del pasado".
Cristal sintió cómo las viejas inseguridades volvían a asomar; sin embargo, esta vez había algo diferente. La confianza que Lediam había sembrado en ella años atrás floreció como nunca antes. "¿Y qué te pareció?" preguntó con un hilo de voz.
"Me hizo darme cuenta de lo mucho que me importas", respondió Lediam sinceramente. "Siempre he tenido miedo de perderte y no sabía cómo decirlo".
En ese instante mágico, rodeados por libros y recuerdos compartidos, Cristal comprendió que aquellos miedos e inseguridades que había enfrentado no habían sido en vano. Había aprendido a valorarse a sí misma gracias al apoyo incondicional de Lediam. Y ahora, frente a él, entendía que era hora de dejar atrás el pasado y abrazar el futuro.
Juntos comenzaron a hablar sobre todo lo que habían vivido: las decisiones que habían tomado y las oportunidades perdidas. La conexión entre ellos se reavivó como si nunca hubiera estado apagada. En medio de risas y lágrimas compartidas, Cristal sintió cómo su corazón volvía a latir con fuerza; esta vez no por el miedo a perderlo, sino por la esperanza de construir algo nuevo.
El sol comenzaba a ponerse mientras ellos se adentraban en una conversación sincera sobre sus sentimientos ocultos. Cristal tomó aire profundamente; estaba lista para dar ese paso hacia lo desconocido. "Lediam", comenzó con voz firme pero suave, "siempre has estado en mi corazón. Me ayudaste a vencer mis miedos e inseguridades incluso cuando no lo sabía".
Lediam sonrió con ternura al escucharla. "Y tú has sido mi inspiración", confesó. "Siempre quise protegerte y apoyarte porque eres increíblemente talentosa".
En ese momento decisivo, ambos comprendieron que no solo habían superado sus miedos personales; también estaban listos para enfrentar juntos lo que vendría. Con un nuevo brillo en sus ojos y un renovado sentido de propósito, se dieron cuenta de que su historia apenas comenzaba.
Así fue como Cristal y Lediam decidieron seguir adelante juntos; no solo como amigos sino como dos almas entrelazadas por el amor y la valentía para enfrentar cualquier desafío. Sabían que los miedos e inseguridades podrían volver a aparecer, pero ahora tenían el uno al otro para enfrentarlos.
La novela "Siempre en mi Corazón" no solo fue un reflejo de su pasado; también se convirtió en un símbolo del futuro brillante que juntos estaban listos para construir. Con cada página escrita y cada día vivido juntos, supieron que su amor sería eterno, guardado no solo en un libro sino también en los rincones más profundos de sus corazones.
▎Un Nuevo Comienzo
Con el paso del tiempo, Cristal y Lediam comenzaron a explorar juntos nuevos horizontes. Decidieron embarcarse en una aventura: un viaje por Europa para descubrir culturas distintas e inspirarse mutuamente. Desde las calles empedradas de París hasta los canales de Venecia, cada ciudad les ofreció nuevas experiencias y oportunidades para fortalecer su vínculo.
En París, mientras caminaban por el Sena al atardecer, Lediam tomó la mano de Cristal con delicadeza. "Este lugar es mágico", dijo con una sonrisa radiante. "Pero creo que lo es aún más porque estás aquí conmigo". Cristal sintió cómo su corazón se llenaba de felicidad; era como si todos los momentos pasados finalmente cobraran sentido.
Un día decidieron visitar un pequeño café donde los artistas locales solían reunirse para compartir su trabajo. Allí encontraron una mesa junto a la ventana y pidieron café y pasteles franceses. Mientras disfrutaban de sus delicias culinarias, Cristal sacó un cuaderno y comenzó a escribir sobre sus experiencias: las risas compartidas, las aventuras inesperadas y el amor que había crecido entre ellos.
"¿Qué estás escribiendo?" preguntó Lediam curioso.
"Escribo sobre nosotros", respondió ella con una sonrisa traviesa. "Sobre cómo este viaje nos ha unido aún más".
Lediam se inclinó hacia ella con interés genuino. "Me encantaría leerlo", dijo mientras sus ojos brillaban con emoción.
Cada día traía consigo nuevas historias para contar; cada rincón explorado era una página más en su historia compartida. Pasaron días enteros visitando museos, disfrutando de cenas románticas bajo las estrellas y perdiéndose en conversaciones interminables sobre sueños futuros.
Una noche mágica bajo el cielo estrellado de Florencia, mientras paseaban por el Ponte Vecchio iluminado por faroles antiguos, Lediam detuvo a Cristal suavemente. "Hay algo que quiero preguntarte", dijo con seriedad.
Cristal sintió cómo su corazón latía aceleradamente ante la expectativa. "¿Qué es?"
"¿Te imaginas construir una vida juntos? Quiero decir... no solo este viaje o unas vacaciones", continuó Lediam nervioso pero decidido. "Quiero saber si estás dispuesta a dar ese paso conmigo".
Las palabras resonaron dentro del alma de Cristal como una melodía hermosa. "Sí", respondió sin dudarlo ni un segundo. "Siempre he querido eso".
Con esa respuesta sellaron un pacto silencioso: estaban listos para enfrentar el futuro juntos.
▎El Regreso
Al regresar a casa después de su travesía europea, ambos sabían que había llegado el momento de dar un nuevo paso en su relación. Decidieron mudarse juntos a un pequeño departamento lleno de luz natural y vistas al parque cercano donde solían jugar cuando eran niños.
La convivencia trajo consigo desafíos inesperados: desde las diferencias sobre cómo organizar los espacios hasta las pequeñas manías cotidianas que cada uno tenía. Sin embargo, cada desacuerdo era una oportunidad para crecer juntos; aprendieron a comunicarse mejor y a valorar las diferencias del otro.
Cristal continuó escribiendo mientras Lediam trabajaba en proyectos ingenieriles desafiantes. A menudo se sentaban juntos al final del día para compartir lo aprendido: ella le contaba sobre sus personajes ficticios y él hablaba sobre innovaciones tecnológicas.
Una noche fría de invierno decidieron organizar una cena especial para celebrar su primer aniversario como pareja oficial. Cristal preparó una cena romántica con velas encendidas y música suave de fondo; mientras tanto Lediam sorprendió a Cristal con un regalo especial: un collar con un pequeño colgante en forma de pluma.
"Es para recordarte siempre que sigas escribiendo tus historias", dijo él mientras se lo colocaba alrededor del cuello.
Las lágrimas brotaron de los ojos de Cristal al escuchar esas palabras; era como si Lediam conociera cada rincón de su corazón.
▎La Revelación
Con el paso del tiempo, Cristal decidió publicar una segunda novela basada en su experiencia compartida con Lediam. Esta vez no solo era ficción; era una mezcla entre realidad y fantasía donde capturaba cada momento significativo vivido juntos.
Cuando finalmente el libro salió a la venta, organizó un evento especial para celebrarlo junto a amigos y familiares. Durante la presentación hizo un discurso emotivo donde agradeció a Lediam por ser su inspiración constante.
"Sin ti", dijo ella mirando directamente a sus ojos verdes llenos de orgullo, "no habría podido escribir estas historias ni encontrar mi voz".
Después del evento, mientras todos celebraban alrededor suyo, Lediam tomó a Cristal del brazo y la llevó afuera al balcón donde podían ver las luces titilantes de la ciudad.
"Estoy tan orgulloso de ti", dijo él mientras tomaba sus manos entre las suyas.
"Gracias por estar siempre a mi lado", respondió ella sinceramente.
Fue entonces cuando Lediam dio un paso adelante y tomó aire profundamente antes de hablar: "Hay algo más que quiero compartir contigo".
Cristal sintió cómo su corazón latía fuerte; había algo especial en el tono de su voz.
"Desde el primer día que te conocí", comenzó él con seriedad, "supe que eras alguien especial para mí". Se detuvo por un momento antes de continuar: "He estado pensando mucho sobre nuestro futuro juntos... Y quiero pasar mi vida contigo".
Con esas palabras dejó caer una pequeña caja frente a ella; al abrirla reveló un anillo sencillo pero hermoso.
"¿Cristal? ¿Te gustaría casarte conmigo?"
El mundo pareció detenerse mientras Cristal absorbía lo que acababa de escuchar. Las lágrimas brotaron nuevamente mientras asentía emocionada: "¡Sí! ¡Sí quiero!"
Ambos se abrazaron fuertemente bajo las estrellas; era como si todos los momentos pasados finalmente hubieran llevado a este instante perfecto.
▎Un Amor Eterno
La boda fue íntima y hermosa; rodeados por amigos cercanos y familiares celebraron no solo su amor sino también todo lo vivido hasta ese momento.
Cristal lució un vestido sencillo pero elegante; mientras caminaba hacia el altar sintió cómo cada paso resonaba con los ecos del pasado: desde aquellos días despreocupados en la escuela hasta las noches estrelladas donde compartían sueños e inseguridades.
Lediam estaba radiante; nunca había visto tanta felicidad reflejada en los ojos de alguien como aquel día.
Al intercambiar votos prometieron amarse incondicionalmente: "Te prometo ser tu compañero fiel", dijo Lediam emocionado. "Y te prometo apoyarte siempre", respondió Cristal con voz firme.
Cuando finalmente sellaron su unión con un beso apasionado bajo el arco decorado con flores frescas, supieron sin lugar a dudas que habían encontrado su hogar el uno en el otro.
Los años siguieron fluyendo como ríos tranquilos; construyeron juntos una vida llena de aventuras e historias compartidas. Criaron hijos llenos de curiosidad e imaginación; cada noche les contaban cuentos donde los personajes principales eran ellos mismos: dos amigos convertidos en amantes eternos.
El amor entre Cristal y Lediam floreció con cada nuevo día; aprendieron juntos a enfrentar desafíos inesperados e incluso celebraron pequeñas victorias cotidianas como cocinar juntos o simplemente disfrutar del silencio acogedor al final del día.
Así fue como vivieron felices durante años; siempre recordando aquellos momentos cruciales donde todo comenzó: dos almas perdidas encontrándose bajo las estrellas brillantes del destino.
Y aunque la vida les presentó altibajos inevitables -como ocurre con todas las historias- ellos supieron mantener viva esa chispa especial; porque sabían que siempre estarían unidos por algo más grande: un amor eterno guardado celosamente dentro del corazón del otro.
Siempre en mi corazón, pensaron ambos al mirar hacia el horizonte lleno de posibilidades infinitas; sabiendo sin dudarlo que habían encontrado lo más valioso: el verdadero significado del amor.
💕
Espero lo hayan disfrutado. Realmente tenía necesidad de escribir todo lo anterior. Ahora puedo continuar aunque no prometo volver a escribir sobre el tema creo que es es un trauma personal. Vale aquí pueden dejar todos los comentarios que deseen.
Leeré cada uno y responderé lo más sincero de lo que sea capaz.
Y... no puede faltar....
Para Lediam
Nota: Corregiré en el primer chance. Necesitaba publicar ya jjjj sorry por eso.
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