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Veranos de Felicidad

Todo comenzó con el verano de hace tres años. Mis papás me mandaron un mes a la casa de mi tía Flor, cosa que ocurría cada año.

Aquel verano la tía Flor me recibió con un abrazo y dos besos. Inmediatamente me llevó al comedor y me sirvió un plato enorme de carne con pasta. Me preguntó cómo me iba en la escuela y pareció quedar satisfecha con la reforma educativa esta de que cada vez mis notas iban subiendo.

Subí a mi habitación para instalarme. Mi tía vivía junto a un parque y mi ventana me daba una perfecta vista del lugar. Podían verse desde los columpios, hasta la resbaladilla y el pequeño lago junto a ella.

Desempaqué mi maleta y guardé la ropa en el closet y los cajones. Eran alrededor de las seis de la tarde y yo no tenía nada qué hacer aparte de ver televisión o platicar con mi tía Flor. Y, entonces, escuché algo proveniente de fuera de la ventana.

I can't fight this feeling any longer

And yet I'm still afraid to let it flow

What started out as frienship has grown stronger

I only wish I had the strenght to let it show

Me acerqué a la ventana para ver de qué se trataba. Era una niña aproximadamente de mi edad, paseando a sus perros por el parque mientras cantaba Can't Fight This Feeling.

And even as I wander, I'm keeping you in sight

You're a candle in the window on a cold dark winter's night

And I'm getting closer than I ever thought I might

No era la mejor cantante, pero había algo en su voz que me animaba a seguir escuchando.

Su voz me tenía completamente hipnotizado.

Al día siguiente esperé sentado en mi cama a ver si la niña volvía. Y así fue.

Ahora pude fijarme que además de su voz adictiva, tenía unos preciosos ojos verdes.

No recuerdo si fue exactamente en ese momento o si fue tiempo después cuando me enamoré de ella. Algo un tanto estúpido, pues lo único que sabía de ella era que cada día sacaba a pasear a sus perros alrededor de las seis de la tarde y que tenía unos lindos ojos verdes.

De pronto, las visitas a la casa de mi tía Flor se volvieron la mejor parte del verano. Me pasaba el mes entero escuchando a la niña cantar y observándola desde mi ventana.

Y al regresar a la escuela lo único de lo que podía hablar era de ella. Una vez, Pablo, mi mejor amigo, se hartó tanto que no me dirigió la palabra en una semana.

Ahora, tres años después de haberla visto por primera vez, esperaba el verano con demasiadas ansias. Había decidido que por fin me acercaría a ella.

-¡Estás loco! -solía decirme Pablo-. ¿Cómo puedes perder tu tiempo en esas cosas?

Yo solo me encogía de hombros.

Cuando el verano por fin llegó, yo ya tenía mi maleta preparada y estaba más que listo para irme a la casa de mi tía. Pero mis padres parecían no tener prisa por deshacerse de mí. Así que yo tuve que apresurarlos.

Cuando llegué con mi tía Flor ya había oscurecido. Si mis papás se hubieran dado un poco más de prisa probablemente habría alcanzado a ver a la chica.

Mi tía Flor me mandó directo a dormir. Mi plan tendría que esperar hasta mañana.

Intenté ponerle la correa a Fluffy, el perro de mi tía, pero no se dejó. Fluffy estaba demasiado viejo y gordo como para querer salir a pasear, pero esta vez tendría que hacer un esfuerzo para que mi plan funcionara.

El perro me miró con odio cuando por fin logré ponerle la correa pero no me importó. Por más que jalé, Fluffy no se movía.

-¡Vamos, Fluffy! -le dije con desesperación. La hora en la que la niña de ojos verdes salía a pasear a sus perros ya casi llegaba-. ¡Ayúdame!

Fluffy soltó una clase de gruñido pero comenzó a levantarse y prepararse para caminar. Le agradecí en silencio.

-¡Voy a salir! -grité para que mi tía Flor estuviera enterada.

-¡No tardes mucho! -me respondió igual, con un grito.

Salí por la puerta y me dirigí al parque. Apenas había dado unos cuantos pasos y la voz de la niña ya se escuchaba.

Corrí hasta el parque y Fluffy me siguió de mala gana. Llegué hasta los columpios y me detuve.

Ahí estaba.

La niña estaba cantando una canción que yo no conocía, pero aún así era completamente hipnotizante.

Me acerqué a ella lentamente. Fluffy había decidido que ya no quería moverse, así que lo llevaba arrastrando.

Sus perros me vieron primero que ella y empezaron a ladrarme. Ella, al darse cuenta de la reacción de los perros volteó para ver a qué le ladraban.

Y quedé frente a frente con aquellos bellos ojos verdes.

La chica dijo algo que no llegué a entender por quedarme perdido en mis pensamientos.

-¿Hola? ¿Estás bien?

-¿Ehhh...? -pregunté confundido. Le contesté cuando por fin asimilé que me estaba hablando-. Sí, estoy bien. Este es Fluffy -fue lo único que se me ocurrió decir.

La niña se acercó a Fluffy y lo acarició. Para mi sorpresa, el perro no le gruñó, de hecho, parecía gustar de sus caricias.

-Estos son Tasha y Rufus -dijo, presentándome a sus perros.

Intenté acariciarlos como ella había hecho con Fluffy, pero los perros me gruñeron. Retrocedí, asustado. Pero la niña de ojos verdes solo soltó una carcajada.

-Soy Viana, por cierto.

-Eric.

Nos quedamos en silencio; sin embargo Viana me siguió sonriendo.

-Bueno, fue un gusto conocerte Eric -se despidió y siguió su camino.

Y yo me quedé todo embobado.

¡Había hablado con la niña de ojos verdes! ¡Incluso sabía su nombre! Viana... Viana, Viana, Viana.

Fluffy ladró exigiendo regresar a casa y me despertó de mis pensamientos.

Aquella noche me quedé dormido con la imagen de aquellos ojos verdes en mi mente.

Fluffy y yo salimos a pasear todos los días del verano. Incluso le agarré cariño. Nos encontrábamos con Viana y los dos paseábamos a nuestros perros mientras cada vez nos íbamos conociendo mejor.

A veces, Viana cantaba y yo la escuchaba con los ojos cerrados.

Los veranos fueron cada vez mejor. Algunas veces, a modo de despedida, Viana me daba un beso en la mejilla. Luego, en los labios.

Y yo no podía parar de hablar de ella con Pablo, que ya estaba harto del tema pero no me importaba.

Desde entonces, todos los veranos los pasé con ella. Y las primaveras, los otoños e inviernos.

Fueron veranos de felicidad.

¡Hola!

En multimedia les dejó la versión de Glee de Can't Fight This Feeling. Me encanta como la canta Cory ❤️

Espero les haya gustado la historia. Siento que es un poco diferente porque esta vez la narra el chico.

Quería avisarles que estoy pasando por un momento difícil, por lo qué tal vez no actualice en un tiempo.

¡Ah, casi se me olvida! Ni Historias Que Contar ni Un Piano, Una Vida pasaron a la siguiente fase de los Wattys :(
Pero está bien, será para la próxima.

Yyyyyy eso es todo >.<

Kamwe💙

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