Hoy me estoy despidiendo de mi familia. Es un día muy duro para todos.
Soy militar y me toca ir a la base ya que tenemos una misión.

-Hija cuidate mucho-madre

-Por favor mantente en contacto con nosotros.- padre

Mis hermanas son pequeñas. Así que les dije que iria a trabajar a otro país.

Con lagrimas en los ojos y dolor en el alma los dejo. Me monto en el taxi y voy directo al aeropuerto. Hay un chico que sigo en instagram y emos hablado; pues él al igual que yo tenemos la misma edad y entramos a la milicia juntos. Pienso que puede estar en la misma base que yo. Pero eso seria demaciada coincidencia. Nos queremos conocer.

Llego le pago al taxista y voy directo a mi vuelo. Ya montada me pongo los auidifonos y me pongo a escuchar música todo el vuelo. La gente me mira raro. Pero ya estoy acostumbrada a que me miren simplemente por llevar ropa militar. Me quedo dormida.

Me levanto por una turbulencia. Y nos avisan que ya vamos a aterrizar. Así que me pongo el cinturón.

Al bajarme del avión ya hay una camioneta militar en la salida del aeropuerto. Voy directo a ella.

-¡Muy buenas tardes sargento!- me dicen con un saludo militar.

-¡Igualmente!- les saludo igual.

De camino nos contamos de nuestras vidas. Porque estos muchachos han estado conmigo desde la academia. Son como hermanos para mí.

Llegamos y ya estaba el coronél y sus hombres en formación. Nos unimos a ellos no sin antes darle saludos al coronél Serta. Si raro apellido.

Nos empezó a decir el propósito de esta misión. Que conlleva atacar otra base. Se realizará por escuadrones. Así que estaré con mi equipo. Es decir con los que llegué.

Esto es serio. Porque no todos saldremos vivos de ahí. Y eso me preocupa. Saldremos pasado mañana por la mañana. Así que fuí con mi equipo a los camerinos. Dejamos nuestros equipos y nos preparamos para entrenar.

Durante esto. Me puse a pensar en el chico al que sigo. Me encantaria saber en que base está. Porque en esta lo dudo. No lo he visto.

Salimos en fila. Y nos formamos para hacer lagartijas con los demás. Nos toca 200 lagartijas. 100 abdominales y una hora correr alrededor de la base. Luego van la carrera de obstáculos. Diran que es demaciado. Pero ya estoy acostumbrada. Esto nos ayuda a seguir en combates.

Comenzamos y miraba a mi alrededor pero a él no lo veia. Perdí mis esperanzas.

Acabamos la jornada. Y nos fuimos a bañar. Cuando acabé. Me senté en mi litera a escribirle una carta a mi familia diciendo que si están leyendo esto es que no logré volver. Pero que siempre estaré ahí con ellos en sus corazones. A mis hermanas que las amo con todo mi corazón. Igual a mis padres.

Y terminé en un mar de lágrimas. La verdad es que uno nunca sabe si va a volver. Me acosté a dormir pensando en ellos.

Al otro día le dije a mi coronél que si no regresaba a casa que le diera la carta a mi familia. También les hice una a cada uno de mis amigos del equipo.

Hoy tocaba práctica de tiro. Con rifles, pistolas y cuchillos. Practicamos batallas cuerpo a cuerpo y todo bien. Recibí varios golpes pero siempre pasan. Acabamos y nos dieron la oportunidad de llamar a algún familiar. Y llamé a mi madre. Le conté para donde hibamos. Traté de convencerla de que se calmara. Pero era en vano.

Colgamos y nos fuimos a bañar y a dormir. Mañana nos teniamos que ir a primera hora.

Nos levantan a gritos uno de los sargentos. Nos paramos y hacemos saludo militar. Alistamos las camas. Nos ponemos el equipo protector. Vamos al armamento. Agarramos lo que siempre usamos. Y nos vamos en helicóptero. Son las tres de la mañana. Según el jefe. Los de la otra base no esperan nuestra emboscada.

En el aire se notaba la tensión, los nervios. No dudo que saben disimularlo bien. Pero yo sé que todos están nerviosos.

Ya encima de la bace. El coronél y todos los demás. Nos ponemos en posicón de desenso. Caemos sobre el techo de la base.

Y como toda base los guardias se dieron cuenta de nuestra entromición a su terreno. Empiezan los disparos y el corre, corre. Yo y mi equipo nos adentramos y matamos a todo el que se nos cruce. Escucho explociones de adentro y afuera. Nosotros llegamos en aire. Pero el resto llegaron en tanques, camionestas, foltrack, etc. Llegamos a un sitio donde parecen ser los camerinos de varias personas. Lanzamos granadas. Y salimos de ahí. Bajamos al siguiente piso. Y habian un montón. Les di la orden de separarnos.

Llegué a un lugar paresido a un pasillo. Todo estaba oscuro. Hiba con cautela. No sabía quien estaba aquí.

Mucho más al fondo oigo una respiración. Pero está tan lejos que no logro entender que es exactamente.

Me acerco y veo una silueta en el piso. Apunto a las millas. Y enciendo la linterna. Era un militar. De esta base. Le hiba a disparar pero él se voltea y me dice que no lo haga.

Lo miro bien. Y me es conocido. Miro su placa. Y es Brey. El sargento Brey al que sigo en mis redes. No puedo creerlo, pero va a matarme.

-Eres mi enemigo- lo miro apuntandolo.

-Por favor no lo hagas-

Me agacho junto a él y le quito el casco.

-Brey- digo. Cuando el me ve bien me reconoce.

-¿Sargento Scott?-

-shh-

Lo ayudo con su herida. Que por eso es que no puede casi moverse. Escucho pasos.

-Ahy no-

-Vete de aquí. Dejame.-

-No lo aré. Te queria conocer. Y ya que te encontré no te voy a dejar. Aunque seas mi enemigo.-

-No. Matame. Soy tu enemigo. Debes matarme no ayudarme.-

-No entiendes que me importas.-

Nos miramos y ahí llega alguien de mi base.

-¡No!-

-Ahy que matarlo.

-¡No dije!-

-Quedate con él entonces. Me iré. Si los matan no pidas ayuda.-

Se va y me quedo con él.

-Tienes que irte. Te matarán.-

-Que lo hagan. Quiero estar contigo.-

Y en eso. Llegan un grupo de hombres, amigos de él.

-No la maten-

-Es enemiga-

-Eres mi amor enemigo. Te quiero. Espero te ayuden.-

Y en eso escucho un disparo. Y cierro mis ojos. Todo por un amor enemigo.

Todo un drama no?. Aquí otra pequeña historia para que reflexionen. Espero les halla gustado. Hasta la próxima historia.

Chao!