Dedicado a AndrewAssassins.

La escena era la siguiente, campanas sonando, palomas blancas volando en los alrededores y una multitud de gente en el interior de una Iglesia, se podía observar a un chico de pelo castaño y una pelirroja frente a todos mientras el sacerdote daba el respectivo sermón referente a l momento.

La pareja estaba más que feliz en ese momento, tras varios meses de planeación de la boda, todo surgía como debería, en la primera fila de las bancas estaban las respectivas familias de cada uno de los novios, a su vez la madre de la pelirroja sostenía a un lindo bebé con el pelo castaño, sí era el hijo de aquella pareja que por fin estaban por finalizar su alianza en sagrado matrimonio.

— Y Andrew ¿Aceptas a Abby como tu legítima esposa... en la salud y en la enfermedad, en las buenas y las malas? — dijo el hombre con la sotana.

— Acepto — respondió el castaño con una sonrisa.

— Y Abby ¿Aceptas a Andrew como tu legítima esposa, en la salud y en la enfermedad, en las buenas y en las malas? — preguntó ahora a la pelirroja.

— Acepto — dijo con una gran sonrisa.

— Yo los declaro marido y mujer... felicidades ahora puedes besar a la novia — dijo mientras cerraba la biblia.

Una vez dichas esas palabras el castaño besó a su ahora esposa mientras todos los invitados celebraban el hecho del matrimonio, a excepción de la madre de la pelirroja y no por estar en contra del matrimonio, si no por intentar calmar al bebé que para ese punto estaba un poco inquieto por la cantidad de aplausos que lo despertaron.

Una vez que finalizó la ceremonia, empezó la fiesta de celebración, la nueva pareja de esposos bailaba al son de la música mientras todos disfrutaban del ambiente.

UNOS DÍAS DESPUÉS...

Nos encontramos en el aeropuerto, la feliz pareja estaba lista para irse a su Luna de Miel y sus familias fueron a despedirlos y ellos optaron por hacerse cargo del bebé mientras Andrew y Abby se iban de Luna de Miel y que la pudieran disfrutar lo mejor posible.

Después de varias horas de viaje al fin los dos tortolitos habían llegado a su destino, una vez que terminaron con sus respectivos trámites y protocolos en aduanas los dos muy felices por fin tomaron un taxi y fueron a unas aguas termales que Loon y Usagi les habían recomendado.

Una vez que llegaron a la villa en donde se encontraba las aguas termales los dos quedaron maravillados por la arquitectura tradicional que adornaba el lugar.

Una vez que hablaron en la recepción fueron a su habitación, una que tenía temática de amor, los dos se pusieron cómodos y se prepararon para ir a darse un causón en las aguas termales.

Los dos entraron en la sección de baños mixtos y se relajaron, abrazados disfrutaban de su tiempo en pareja, claro que, aunque querían poner un poco juguetones no podían ya que había más personas allí (esto no es un hentai).

— Cariño... oye qué tal si tú y yo vamos a nuestra habitación y nos divertimos — dijo la pelirroja.

— Si amor — dijo y ambos se prepararon para salir.

A pesar de la necesidad de darse cariño se tomaron el tiempo para disfrutar y conocer un poco más la villa, era un ambiente muy diferente a Hurricane (Pues es así imbécil porque están en otro país).

Una vez que llegaron a su habitación pusieron un letrero de no molestar y comenzaron los juegos de la noche, Abby saltó a su marido y comenzaron a besarse, Andrew la sujetó con fuerza mientras avanzaba hacia la cama, una vez que estuvieron en la cama, el castaño depositó a su esposa en la cama con mucha delicadeza.

Andrew se puso encima de la pelirroja, empezó a besarle el cuello, Abby empezó a gemir al sentir los cálidos labios de su esposo, a lo cual respondió soltando ligeros gemidos los cuales lograban aumentar el lívido de su esposo.

— Ahh Amor Ahh — gimió la pelirroja.

Andrew fue trazando un camino de besos a lo largo del cuello para después retirarle la bata y luego trasladarse a los senos de su esposa y empezar a besarlos para después colocar su boca en el pezón derecho mientras masajeaba el seno derecho.

— Ahh Ahh Andrew Ahhh p-por favor Ahhh no me hag-ahhhs esperar Ahhh — dijo un poco ansiosa.

— Lo que tú quieras amor — dijo el castaño.

Andrew colocó su rostro a la altura de la entrepierna y empezó a masajear la entrada de la pelirroja, a su vez que empezaba a lamer su vagina, Abby al sentir las lamidas que se estremeció del placer levantando su espalda y por ende acercando aún más su entrepierna al rostro de su esposo.

— Ahhh Ahhh Andrew Ahhh Ahhh sigue Ahhh no pares Ahhh Ahhh Ahh — gemía entregándose al placer.

Unos minutos bastaron para que la pelirroja llegara al primer orgasmo de la noche, Abby tuvo que poner sus manos en la boca para silenciar lo mejor que pudiera su grito de placer para no molestar a los demás huéspedes.

Abby liberó todos sus fluidos de amor sobre el rostro de su esposo el cual estaba muy feliz de poder complacer a su esposa y garantizar que él sería el único que podía hacerlo y nadie más... si nadie más.

— Ahh Andrew Ah Ah Ah — dijo con la respiración entrecortada y con sus ojos lagrimosos como resultado de ese placer indescriptible del cual era víctima.

— Sabes que por ti haría lo que sea — dijo — Nada cambia el hecho de que te amo y mi corazón siempre te pertenecerá.

Los dos se dieron y el castaño aprovecharía para introducir su lengua en la boca de su esposa, Abby correspondería a dicha acción, esta sólo era el inicio de una larga y maravillosa noche para los dos.

Sin dejar de besar a su esposa empezó a masajear sus pechos de nuevo.

— Ah Andrew — dijo.

— Que voz más erótica — contestó ante las palabras de su esposa.

— Sabes cómo complacerme... incluso con tus besos — dijo mientras cerraba los ojos y cedía el control de la situación a su esposo.

Abby por su lujuria empezaría a succionar la lengua de su esposo en un intento de complacerlo, y estuvieron disfrutando de los labios del otro hasta que el aliento se les acabó y tuvieron que romper su beso.

— Abre las piernas por favor — dijo.

— ¡No puedo más! ¡Mételo! ¡Quiero tenerte dentro de nuevo! — suplicó la pelirroja.

— Tus deseos son ordenes — dijo y poco a poco fue introduciendo su pene en la cavidad vaginal de su novia.

Una vez dentro Abby soltó un suspiro de alegría, este el sexo matrimonial y el inicio de una nueva etapa en sus vidas, Abby sacudió sus caderas indicándole a su esposo que empezara a moverse.

Andrew captó el mensaje y empezó a mover sus caderas adelante y atrás de forma sueve y lenta, Abby podía sentir como el pene de su esposo recorría cada centímetro de su ser.

— Ahhh Andrew Ahhh Ahh Andrew — gemía el nombre de su esposo.

— Ahhh Ahh Abby Ahhh — hacía lo mismo gimiendo el nombre de la contraria — No puedo contenerme — dijo.

— Ahh Andrew Ahhh démoles al pequeño Andrew Jr. Un hermanito — dijo con una sonrisa en su rostro mientras en las pupilas de sus ojos surgía unos corazones.

Andrew besó nuevamente a Abby para después aumentar el ritmo de sus embestidas, los gemidos de ambos eran ahogados por el beso y el único sonido en toda la habitación era el de sus cuerpos chocando, esto no era tener sexo por placer, era hacer el amor, mostrar sus sentimientos el uno por el otro.

— Andrew Ahhh adoro tus besos Ahh — contestó una vez que se separaron.

Andrew seguía moviendo sus caderas rítmicamente sin dejar de besar y complacer a su esposa.

— Andrew Ahh ¡córrete adentro! ¡Llena mi útero con tu semen! — dijo entre gemidos — ¡Dámelo todo en el interior de mi vagina! — dichas esas palabras Andrew soltó su primera carga de semen de la noche en lo más profundo de su esposa mientras ella tenía un orgasmo.

Andrew sacó su pene de la cavidad vaginal mientras intentaba recuperar el aliento, por su parte Abby se volteó para buscar algo, pero al hacerlo quedó de espaldas mostrando su enorme trasero mientras semen se desbordaba de su vagina, Andrew sintió que su esposa lo estaba seduciendo.

— Tu dijiste que querías un hermanito para Andrew Jr. — dijo introduciendo su pene nuevamente.

Abby soltó su gemido por la sorpresa mientras sentía como su esposo estaba tan duro como una roca, y el castaño volvió a mover sus caderas mientras sujetaba con fuerza las caderas de su esposa.

Abby sólo podía gemir, el ataque sorpresa no le permitía articular palabra alguna, pero para Andrew eso sabía que lo estaba haciendo bien.

— Ahhh Ahhh Ahhh Andrew Ahhh Ahhh esto se siente bien Ahhh Ahhh — dijo entre gemidos.

— Ahhh Ahhh Abby estoy por venirme otra vez Ahhh Ahhh voy a soltarlo dentro de ti — dijo mientras aceleraba sus embestidas.

— Ahhh Ahhh puedo sentir como mu útero está impaciente por ser impregnado Ahhh Ahh Ahh — dijo sin pensar — ¡Lléname lo profundo de mi útero con tu semen! ¡Fecunda con tu semen tus óvulos! Ah Ahh Ahhh — dijo y sus brazos perdieron fuerza hundiendo su cara en la cama.

— ¡Me vendré adentro! — dijo el castaño.

Finalmente, el castaño eyaculó otra carga de su esperma, el cual hizo que la pelirroja tuviera otro orgasmo.

A pesar de todo eso no significaba el final ya que ambos querían continuar, Abby se subiría sobre su esposo tomando la iniciativa esta vez y empezaría a dar sentadillas, el castaño entrelazó sus manos con las de su esposa y dejó que ella se hiciera cargo

— Ahh Andrew Ahh — decía entre gemidos mientras se sujetaba de los hombros del castaño, continuando, dando constantes y fuertes sentones por sí sola.

— Ahh Ann ahhh — respondió mientras cerraba sus ojos y soltaba algunos gruñidos por el gran placer que recibía por lo cual inconscientemente le dio una pequeña nalgada a chica a lo cual ella gimió de placer pobre el movimiento repentino.

El movimiento constante de las sentadillas provocaba que los senos de la rubia se movieron a la par de sus propios movimientos válgame la redundancia algo que llamó la atención del castaño e hipnotizado se le quedó mirando hasta que por fin no pudo contenerse y dirigió su boca hasta el seno derecho y comenzó a chupar del pezón mientras que al seno izquierdo lo masajeaba con su mano libre.

— Ahh Ahhh — gimió al sentir de los besos y caricias del castaño sobre sus mamas.

Con cada sentadilla que daba la pelirroja generaba que empezara a lagrimar del placer y satisfacción tan pronto como sintió que su vagina se estremecía, justo en ese instante otro orgasmo apareció y Andrew volvió a eyacular en el interior de su esposa quien al sentirlo era de esperarse volvió a tener otro orgasmo.

Los dos terminaron por quedarse dormidos abrazándose, a la mañana siguiente la pareja estaba hablando con la madre de Aby quien estaba cuidando a la bendición.

Y con esto llegamos al final... mi técnica está un poco oxidada además de que me estoy acostumbrando a la interfaz de la computadora.

Dir se encontraba reparando algunas cosas de su estación, tras mucho tiempo de inactividad los sistemas no estaban operando correctamente, después hacer que la instalación eléctrica volviera a funcionar como se debía una voz femenina le llamó la atención... Meli.

Los dos sentados comiendo una botana que había preparado junto con una Cocas bien frías.

— Me alegra que estés de regreso... el tiempo que te tomaste para ti te lo mereces... no estaría aquí si no fuera por ti — dijo mientras daba un sorbo a su refresco.

— Ah todos nosotros — dijo.

— No... primero tú... fuiste el que más lo sufrió — dijo la chica.

— Y el que lo provocó... si tan sólo hubiera mantenido mi maldita bocota cerrada — dijo.

— Aún así... eso no le daba el derecho a comportarse como un pendejo... lo que me hizo a mí... a Diego, History... esas chicas... no fue tu culpa... el lo causó y ahí están las consecuencias — dijo.

Dir solo tomó otro tragó un sorbo de su refresco mientras los recuerdos de Vietnam venían a su mente.

— No tengo tiempo para pensar en eso... hay mucho trabajo que hacer — dijo.

— ¿Necesitas ayuda? — preguntó con una sonrisa.

— ¿Podemos hacerlo? — preguntó con una sonrisa.

— Sí podemos — contestó la chica.

LA FELICIDAD DE UN HOMBRE EN POCAS PALABRAS