ABBY X OC II
Andrew dormía plácidamente al lado de Abby, los dos con una sonrisa después de la noche de pasión que experimentaron ambos; entre sueños el castaño escuchó un fuerte golpeteo a la par que alguien gritaba su nombre; con pesadez se puso un pantalón y fue a atender la puerta; una vez abierta...
—¡¡¡HIJO DE TU PUTAMADRE!!!— gritó su amigo Dirceu; quien se abalanzó sobre el castaño.
Andrew al estar adormilado no pudo reaccionar y no fue capaz de evitar un puñetazo en su cara el cual lo aturdió, entre forcejeos ambos cayeron al piso, la constante conmoción llamó la atención de la peli quién alarmada se preocupó, fue hacia donde provenía los sonidos de la pelea y quedó sorprendida viendo a Andrew en el piso mientras su amigo estaba tratando de estrangularlo.
—¡¡¡DÉJALO!!!— gritó mientras se ponía detrás del peli-negro y trataba de alejarlo del castaño.
El peli-negro al sentir las manos de la chica tratando de alejarlo inmediatamente soltó un golpe hacia atrás con su codo dándole en la cara cosa que provocó que la pelirroja cayera al piso aturdida.
Andrew en ese momento que se había distraído el otro chico y al ver que había golpeado a Abby aprovechó y le dio un fuerte golpe en la nariz a Dirceu el cual lo desorientó el tiempo suficiente para irse hacia atrás en ese momento también aprovechó para darle una fuerte patada en el abdomen para alejarlo.
Debido a su complexión bastante delgada causó que el chico saliera proyectado hacia atrás y se impactara contra una mesa de hecho golpeándose en la parte posterior a la altura de la nuca.
—Cof Cof Cof Cof— se reincorporó mientras recuperaba el aire —¿Abby?— preguntó alarmado mientras buscaba la pelirroja con la mirada.
En cuanto la vio la ayudó a levantarse y ambos buscaron a Dirceu el cual estaba tirado boca arriba cerca de la mesa completamente inconsciente.
—Mierda— dijo Andrew mientras se acercaba a su amigo y le daba un par de golpes en las mejillas para ver si reaccionaba.
Entre los dos lo cargaron hasta el sofá y lo colocaron cuidadosamente, Andrew solo se quedó mirando, algo que no pasaría desapercibido para la pelirroja no era una mirada de preocupación o de furia era una mirada de angustia como si algo lo atormentara.
Andrew tuvo un flashback en su tiempo en otra escuela.
Él se encontraba tranquilamente en el segundo piso dibujando, era la hora del receso, mientras disfrutaba haciendo esos pequeños bocetos que después se completaría su cuaderno fue retirado momentáneamente por uno de los matones.
—Vaya vaya qué es lo que tenemos aquí— dijo sarcásticamente.
Andrew frustrado se levantó sin decir mucho, lo encaró para decirle que le devolviera su libreta, pero por el contrario el otro chico queriendo ser un completo imbécil comenzó a burlarse de él, por su parte Andrew no tenía la fuerza mental para decirle algo, había tenido un día de mierda y lo único que quería era hacer un par de dibujos para desestresarse, mientras El imbécil se seguía riendo de él Andrew intentó quitarle la libreta, de pronto los dos empezaron a forcejear desafortunadamente para el castaño el matón le dio un empujón y cayó al piso, luego para echarle más sal a la herida agarró su cuaderno de dibujo y comenzó a romperlo, Andrew miraba con impotencia como ese método que usaba para desestresarse era destruido por un imbécil, sumado a las risas del otro y el constante palabrerío de qué vas a hacer ahora; Andrew tuvo suficiente, se abalanzó contra él y empujó con todas sus fuerzas, el otro se defendió igualmente comenzaron a forcejar y en una de esas cuando se separaron el matón soltó qué vas a hacer ahora marica, Andrew cerró su puño y con todas sus fuerzas le dio un fuerte golpe en la nariz al chico el cual lo desorientó, el chico aturdido se hizo hacia atrás desafortunadamente estaba cerca de los escalones y al llegar al borde perdió el equilibrio y bajó rodando por las escaleras; la conmoción atrajo la atención de un profesor quien al salir a ver qué sucedió solo pudo ver a Andrew en la cima de las escaleras mientras el otro chico estaba tirado en el piso al final de las escaleras.
Andrew... Andrew... Andrew
—¿Estás bien?— preguntó preocupada.
—Si lo estoy— dijo tratando de desviar el tema.
Con cautela se acercó hacia donde estaba su amigo, después de moverlo un poco para cerciorarse de que respondía de repente todo se puso negro, cuando recuperó la vista nada más vio a su amigo en la puerta el cual se dio la media vuelta y subió a su auto destrozado.
Andrew estaba sentado en el sofá mientras Abby le curaba las heridas, el castaño se sentía mal; por una parte, sabía que su amigo tenía la razón en estar molesto por destrozarle el auto, pero también le extrañó el comportamiento errático y casi psicópata matarlo por un auto era extremo tal vez agarrarse los golpes era lo más lógico en esta situación, pero no entendía ese comportamiento.
—Lamento haberte causado este problema... De no haber sido por mí tal vez no estarías con el ojo morado— expresó la pelirroja con culpabilidad.
—Andrew tú no tienes la culpa— dijo —Fueron esos malditos— dijo entre dientes.
Abby no entendió a qué se refería con eso, finalmente el castaño la acompañó hasta su casa.
Los días pasaron y se convirtieron en semanas y las semanas pasaron y se convirtieron en un mes, Melissa si bien trató de mantenerse al margen se puso más del lado de Dir; no por el hecho de darle la razón, sino porque sintió que fue mala onda de Andrew no haberle dicho desde un inicio aunque también se debía a que este último no le dijo sobre el comportamiento psicótico que había tenido el otro, por su parte Andrew había estado saltando en diferentes trabajos con el propósito de juntar el dinero suficiente y ayudarle a su amigo a costear las reparaciones, aunque no todo era malo para él después de todo su amistad con Abby se había reforzado.
Mientras regresaban a casa Abby no podía dejar de pensar en una cosa, cuando le dijo a la amiga de Andrew que todo esto se originó por defenderla de un matón era como si ella lo aceptará inmediatamente y ni siquiera lo cuestionó ni lo criticó por eso, por su parte miraba de reojo a Andrew y este tenía una mirada pensativa.
—¿Ya habías estado en esta situación antes?— preguntó la pelirroja.
Andrew la miró fijamente, esperaba una mirada juzgadora, pero por el contrario era cálida y trataba de ser tan comprensible, transmitía una paz y una tranquilidad que le dio la confianza de contarle lo que sucedió.
—Cuando estudiaba en otra escuela había un chico que le gustaba molestarme... Siempre me arrojaba cosas, escondía mi mochila o me robaba el dinero... Le dije a los maestros y no hicieron nada, así que solo lo soporte en silencio— dijo mientras la miraba fijamente a los ojos.
—¿Y qué pasó?— preguntó con curiosidad.
—Un día estaba dibujando para desestresarme cuando ese imbécil me quitó mi libreta, traté de recuperarla y forcejeamos entre los dos hasta que se rompió, no solo le bastó con eso también se burló de mi trabajo así que después de todo lo que le tuve que aguantar me dio un puñetazo en la cara... Con tanta fuerza que lo desoriente y como atrás de él estaban las escaleras cayó rodando... Para mejorar la cosa un profesor salió por la conmoción y ahí me vio en la cima de las escaleras mientras que el imbécil estaba en el piso retorciéndose del dolor— dijo.
Abby lo miro, no dijo nada solo sujetó su mano y la apretó un poco para darle un poco de confianza, Andrew esbozó una pequeña sonrisa por tener a alguien que comprendía, los dos continuaron con su camino de regreso a la casa del castaño.
Los dos estaban en el dormitorio de Andrew, Abby le había dado un beso al castaño, el cual era cálido y tierno; el castaño no lo dudó y correspondió; la temperatura en la habitación comenzó a subir, poco a poco las prendas fueron retiradas del cuerpo de cada uno hasta que quedaron desnudos.
—Te amo Abby— dijo mientras ponía sus manos sobre los hombros de Abby y ella se recostó en la cama de Andrew.
—Yo también— respondió la pelirroja.
Andrew la besó en la boca esta vez, y los dos estuvieron jugueteando por un rato, luego de un tiempo el castaño descendió hasta encontrase con la intimidad de la pelirroja; el castaño comenzó a lamerle los labios vaginales causando que Abby gimiera del placer.
—Ahhh Ahhh Andrew Ahhh Ahhhh— gemía —Ahhh S-sigue... Ahhh Ahhh t-tu lengua Ahhh— finalmente tuvo un ligero orgasmo.
Andrew alineó su miembro ya erecto, se sujetó de las caderas de la pelirroja, lentamente lo fue introduciendo en la cavidad vaginal de Abby, una vez dentro el castaño comenzó mover su cintura.
—Abby Ahh— dijo el castaño mientras movía sus caderas.
—Más rápido... más rápido —suplicó Abby en un susurro directamente al castaño y él obedeció amorosamente, acelerando el ritmo hasta que sus súplicas se convirtieron en gemidos apaciguados. —Ahh Ahhh A-ndrew—
Andrew no paraba de moverse, el ritmo era delicado, se afrraba a las caderas de la pelirroja acortando la distancia entre ambos, Abby podía sentir los jadeos de Andrew sobre su nuca, la vista de Abby se nublaba por el placer, mientras Andrew hacía todo lo posible para que su amada lo disfrutara.
Abby volteó su cabeza para verlo, él besó su boca abierta, su mejilla y su cuello mientras ella seguía gritando. Ambos jadeaban y gemían en voz alta, el calor en la habitación se disparó mientras ambos alcanzaban la absolución.
—Ahhhh— gimió Abby llegando al orgasmo
Andrew dejó de empujar cuando llegó a su final, dejando escapar un gemido ahogado mientras se hundía aún más profundamente dentro de la pelirroja mientras dejaba escapar una carga se semen en su vagina, haciéndola jadear.
Se detuvo allí; sus ojos, su respiración agitada por el esfuerzo, pero esto no había terminado. Agotado, pero no dispuesto a dejarla así.
Recuperándose de su orgasmo, Abby respiró pesadamente contra él, dándose cuenta de que todavía estaba dentro de ella. Ninguno de los dos quería separarse, pero ahora era el turno de que Abby hiciera sentir bien al castaño y ayudarle a olvidarse de sus penas, aunque sólo fuera por una noche. La apretó contra él, besando su rostro mientras ella jadeaba, sintiendo su corazón latiendo contra su pecho como un martillo neumático.
El más leve movimiento de él todavía desencadenó nervios que se dispararon dentro de ella y la hicieron latir. Andrew rio sin aliento, flexionándose dentro de ella como una respuesta, como una invitación para una segunda ronda.
Besándola en los labios otra vez, Andrew introdujo su pene nuevamente en la cavidad vaginal de Abby, ella empezó a moverse, con un sentimiento abrumador, se besaron a la par de los movimientos.
—Ahhh Ahhhh Ahhhh Andrew— gimió la pelirroja
Había hecho más de lo que se había propuesto hacer esa noche y ahora estaba demasiado excitada. Andrew observó como los pechos de la pelirroja rebotaban conforme a sus movimientos, colocó sus manos sobre las caderas de la pelirroja ayudándola a moverse. Ella jadeó recorriendo con las manos todo su torso antes de finalmente aferrarse a él.
—Ahhh Ahhhh Ahhhh— gemían ambos.
Ella cerró las piernas alrededor de su cintura, acercándolo más a ella mientras la cama crujía debajo de ellos, Abby gemía y gemías, su cuerpo ardía por el placer, Andrew aumentó el ritmo de sus caderas, más fuerte y más rápido, ella estaba tan relajada que pudo acercar su cuerpo al de Andrew.
Andrew envolvió uno de sus brazos alrededor de su cintura y movió el otro hacia su cuello, acariciando su espalda, Andrew envolvió sus manos alrededor de su cuello y, sosteniéndola firmemente contra él.
Abby se corrió gritando su nombre, con la cabeza apoyada en su hombro. Andrew siguió moviendo sus caderas hasta que él también se corrió, derramando su semen dentro de ella, los dos gimieron.
Se quedaron en silencio durante unos minutos, agotados finalmente se durmieron abrazados.
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