Extra "Un simple taxi"
Esa experimentada mente aun tenia pensamientos sobre su viaje, ese viaje que le ha tomado tanto tiempo de su vida, apretando sus manos sobre el volante, sabía que ya estaba bastante desgastado, se podía ver en el color de su cabello, en las arrugas de su piel, tenía que dejar ese trabajo, la melancolía había llenado ese caballo de metal amarillo que recorría las calles oscuras y mojadas por la lluvia incesante. Los recuerdos habían nublado su cerebro, aunque mantenía fija la mirada adelante, tenía pensamientos cálidos y horrendos sobre su trabajo, le habían dado una experiencia en esa ciudad rodeada por muros naturales de nieve y piedras.
Tratando de mantenerse firme y afrontando su despedida, iba dar otra mascada a ese alimento de comida rápida que había dejado en el asiento del copiloto. Parecía que está tranquila y ultima ruta, era más lenta de lo habitual, quería disfrutar, aunque sea un poco más, ese sentimiento de nostalgia, el viejo hombre recorría con su mirada de ojos grises como el cemento que el mismo pisaba con su vehículo de trabajo, hasta que un color rojo difería con las tonalidades grises. Era un vestido de un color cereza, el viejo hombre se detuvo al ver como esa mujer levanto la mano tratando de evitar que siguiera su travesía.
El duro golpe de la puerta abrirse y cerrarse en la parte trasera, era un sonido que de alguna forma le daba un golpe de energía cada vez que, hacia sus recorridos, el hombre trato de voltear en busca de ver el rostro de aquella mujer, por desgracia la oscuridad y la poca iluminación de las ya pobres calles, no permitieron ver alguna señal de un rostro.
-Un día bastante relajante, ¿no cree? Me gustaría seguir manejando toda la noche, pero a veces la vida simplemente les da fin a las cosas ¿no? -. dice el hombre mientras mantenía su mirada en al frente, su voz era áspera, aunque bastante agradable de oír, se asimila a la voz de un abuelo que cuenta una experiencia con melancolía, pero a la vez con entusiasmo.
La mujer mantuvo el silencio por algunos segundos, se sentía su respiración algo poco coordinada con su ser –¿Cuál es su nombre?, parece que ser de los que va a dar a una charla interesante en el viaje-. Dice la mujer, era un tono frio y poco coherente con cada palabra que daba, aunque se sentía la intención de darle algún tipo de conversación al conductor.
- James, La verdad le dio al clavo, este es mi último recorrido, siento que voy a dejar algo importante en mi vida-. Dice con un tono sabio, aunque melancólico. -pero sé que ahora podre pasar más tiempo con mi mujer-. dice con una voz un poco más alegre, había soltado una pequeña sonrisa al saber que cuando termine su turno, volvería con la mujer que amaba.
La lluvia seguía golpeando ese vidrio que separaba al conductor con el mundo de esas oscuras calles, el intento del agua de entrar era en vano. El hombre tras el volante sentía la necesidad de decir algo más, pero el sonido de la lluvia parecía mantenerlo distraído, sus ojos querían saber quién era la persona que lo acompañaba atrás de él, tal vez para contarle a sus nietos sobre la última vez que condujo ese viejo, pero leal taxi.
Al girar su cuello desgastado, seguía viendo esa vacía sombra que ocultaba a la mujer, pero la luz del exterior cruzo la ventana y llego al torso de esa mujer, los ojos del hombre se abrieron al ver esa escena, como si a un niño se le callera un helado sobre su ropa, un rastro de un líquido rojizo se mesclaba con el vestido del mismo matiz. El hombre freno en seco, trato de mantener la compostura, sin dudarlo ni un segundo hablo.
- ¿Se encuentra bien? -. dice con una voz preocupada, su pie estaba listo para volver acelerar, como si fuese un instinto sabía que en el momento de que la mujer diría una mala noticia, el vehículo iba acelerar en dirección a un hospital.
Para sorpresa del hombre, la mujer no emitió ninguna frase, palabra, oración, nada había roto el silencio por parte de la dama que se encontraba atrás, tras no recibir ninguna indicación, el hombre movió su hombro, paso su cabeza por el espacio de los dos asientos delanteros para ver mejor el estado de la mujer.
-Sí, si me encuentro bien, por favor siga conduciendo-. Dice la mujer de forma repentina.
El conductor obedeció, aunque aún con la curiosidad clavándose en su mente. El trayecto seguía igual de monótono, la lluvia demuestra su presencia con más fuerza, parecía que el cielo tenia las ganas de llorar desde hace mucho tiempo. Aunque el hombre se sintiera incomodo por no poder ayudar a la mujer, no podía hacer nada, aun si sentía la necesidad de ayudarla como un abuelo.
-James...- dice la mujer.
Su voz era diferente, había asesinado los pensamientos del conductor con ese cambio repentino de tonalidad en su habla, le provoco un miedo, esos miedos que recorren el cuerpo sin saber de su origen. El conductor había escuchado voces de gente que uno no se podía imaginar, los asientos de atrás eran testigos de la experiencia del hombre, desde proxonetas, boxeadores clandestinos, asesinos, incluso mafiosos, se habían sentado ahí, gente que pareciese que solo viven en la noche, individuos que de alguna forma sabían esconderse de día. Ya había perdido el miedo a esas personas, era costumbre en su trabajo, pero la voz de la mujer, fue algo que nunca había escuchado antes.
Movió su cabeza como la anterior vez, vio como la mujer acercaba su rostro, la oscuridad mantenía en misterio a la mujer, el chirrido de los neumáticos fue lo ultimo que escucho, pero la cara que descubrió fue algo que provoco la necesidad de que sus ojos cerraran de forma brusca y desesperada.
Un chico prende la radio como si de una rutina se tratase, saco una hoja de su desgastada mochila, su mano parecía que pintaba con cada letra que vomitaba en el papel.
"Esta calle era bastante tranquila, sigue siéndolo, pero no de la forma que me gustaría, encontré un viejo taxi, mostraba su amarillo con orgullo tratando de resaltar de las manchas rojas que lo pintaban, una bella mujer dormía de en el asiento trasero, en cambio el asiento del piloto estaba pintado con unas manchas secas de sangre, no había otro cuerpo, solo el de la mujer"
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