Las manchas de agua, grasa, salsas, reflejaban una cara desanimada, su mano recorría una pequeña bolsa con un logo llamativo, que, a comparación de esta, parecía que no encajaba ahí. Un pequeño taxi paso sigilosamente en aquella noche, al frente del autoservicio, paso su mano para entregarle la bolsa por la ventana. El chico vio al hombre que se encontraba en aquel taxi, una sonrisa y marcas de nostalgia en el rostro del hombre fue lo primero que vio el muchacho. El sonido del motor, fue lo que despertó del trance al chico, provocando que cerrara la ventana con fuerza.

-Eh Rick, recuerda que este lunes tenemos examen, no quiero meterme en problemas porque tu no quisiste estudiar- dice una voz femenina y algo seria.

-Está bien, me iría, pero tengo que quedarme a limpiar y cerrar todo-. Responde Rick

-De acuerdo, ¡que no se te olvide! -.

Tras el sonido de la puerta principal cerrándose, Rick procedió a empezar a fregar con tranquilidad, pues sus audífonos le permitían aligerar el aburrimiento. El agua recorría el suelo como si fuese una pintura abstracta, era una especie de combinación de la grasa, salsas, y alguna que otra lechuga en el suelo.

- ¿Acaso la gente no sabe comer? -. Dijo Rick mientras seguía fregando.

Su mirada recorrió al suelo, subiendo lentamente hasta llegar a una vieja, pero aun funcional dispensador de bebidas, rápidamente llevo su mano hasta unos vasos de plástico, deleito sus oídos con el sonido de la bebida cayendo en el vaso. Seguía sumergido en la música y en sus pensamientos, hasta que algo lo saco a flote, era el ruido chirriante de la puerta abrirse.

-Estamos cerrando-. Dijo Rick sin despegar la mirada de su vaso.

La música de sus desgastados audífonos no le permitieron escuchar los pasos que se acercaban al de forma lenta pero persistente. Su mirada quedo petrificada al ver de quien eran esos pasos.

El silbido del viento, el líquido de la bebida y la sangre, se impregnaban en la ropa del chico, tendido en el suelo, contemplando el sucio techo, abrazado por los dientes que perforaban su carne.

Tras dejar atrás ya el viejo taxi, el chico vuelve a prender la radio, de forma ya automática saco el pequeño cuaderno de sus bolsillos, ya desgastado y con hojas faltantes procedió a escribir mientras sus pies avanzaban adentro del establecimiento de comida rápida.

"Recuerdo haber venido aquí con mi abuelo, me da algo de pena ver como está ahora el local. Dejando de lado eso, los vidrios están completamente destruidos, algunos tienen sangre seca, pero el olor de la carne podrida casi hace que me desmaye, el cuerpo de un chico bastante joven estaba tendido en el suelo. Tuve que acercarme a su camisa, la cual está completamente hechas trizas, resaltaba el nombre de "Rick",la falta de su piel y pedazos de carne me permite ver algunos huesos. Aun con su aspecto fuese terrible, me di cuenta que tenía algo en los oídos, eran unos audífonos intactos, me los llevare, aunque actualmente no me sirvan."