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Siempre será mi maestro....

Era un día normal en el castillo de Peach, el anciano maestro Kinopio se encontraba paseando por uno de los corredores del palacio, pensando en los asuntos del reino mientras se mesaba su tupido bigote blanco, en ese momento, su vista se posó en uno de los Toads del servicio que andaba buscando algo, el anciano se acercó.

Kinopio: Buenas tardes.

El mayordomo dió un respingo y vió al Toad de cabeza marrón frente suya, él era un Toad de cabeza roja, vestido con un traje del mismo color y pajarita negra, pelo rubio asomaba de su cabeza en forma de champiñón.

T. Asisto: Oh, buenas tardes maestro Kinopio, le andaba buscando.

Kinopio:¿Qué ocurre?

T. Asisto: La princesa quiere verle en sus aposentos.

Kinopio: Entendido, iré ahora a los aposentos de la princesa.

T. Asisto: Creo que no me ha oído bien.

Kinopio:¿Disculpa?

T. Asisto: Ups.... Perdóneme, no quería faltarle al respeto, pero quería decir que la princesa quería verle en sus aposentos, en los de usted.

Kinopio:¿En mis aposentos? Qué raro...

T. Asisto: Es lo que ella me ha dicho, ¿Irá?

Kinopio: Es poco ordinario, pero iré de todas formas.

T. Asisto: Entendido, vaya pues...

El anciano Toad asintió con la cabeza y caminó en dirección a sus aposentos, al cabo de un rato, llegó, está era una habitación decoradas con sencillez, además de la cama tenía un armario, una chimenea, una mesa con varias sillas y una butaca, lo más extraño era que había una estantería con varios juguetes viejos, pero muy bien cuidados, la princesa Peach estaba de pie mirando esta misma estantería con curiosidad, traía un muñeco muy viejo de un Yoshi rojo, el Toad carraspeó.

Kinopio: Ejem.... Princesa....

Peach: Oh, maestro Kinopio, Ehm.... Siento haberme metido aquí sin su permiso.

Kinopio: Jo jo, no se preocupe princesa, usted no tiene porqué pedirme disculpas.

Peach: Aún así.....

Kinopio: No se preocupe*Repara en Yoshi de peluche* Vaya.... Ese muñeco.

Peach:¿Este muñeco? Es muy bonito.

El anciano Toad se acercó a la princesa de rosa.

Kinopio:¿Me permite?

Peach: Claro, pero es suyo, no tiene porqué pedirme permiso.

Kinopio alargó la mano y agarró el muñeco, lo sostuvo en sus manos y lo revisó concienzudamente, tras eso, una sonrisa le apareció en el rostro, al igual que unas lágrimas en los ojos.

Kinopio: Oh.... Que recuerdos me trae este muñeco.

El anciano cerró los ojos y se vió a sí mismo más joven llorando y siendo regañado por una Toad vestida de criada, para luego ser ayudado por un chico con un parecido en sobremanera a la princesa, que además le regaló el muñeco.

Kinopio: Arthur.....

Peach:¿Qué ocurre?¿Por qué mencionó a papá?

Kinopio: Es una larga historia, princesa, pero quiero que sepa que este muñeco era de su padre.

Peach:¿De.... Papá?

Kinopio:*Asiente* En efecto, creo que es el momento de contarle algo.

El Toad se acomodó en la butaca y apoyó su bastón en el suelo mientras la princesa se sentaba en una de las sillas.

Peach:¿Qué me quiere contar?

Kinopio: Supongo, que lo mejor será comenzar desde un principio....

Narra Kinopio.

Recuerdo todo lo que ocurrió como si hubiese ocurrido ayer, fue hace muchos años, yo no era más que un churumbel, era un pequeño Toad, mis padres.... Habían sido asesinados por un desaprensivo, sólo yo pude escapar de mi hogar, vagué por las calles de Ciudad Toad, quería ir a la policía, pero, aún así lograr llegar en mi estado era imposible, estaba perdido, cansado, herido, con el corazón roto y completamente desamparado, al final, acabé dando vueltas, y a lo mejor, los Espíritus Estelares estuvieron de mi parte, porque acabé delante del portón de entrada al castillo.....

Peach:¿En serio?

En efecto princesa, con las pocas fuerzas que me quedaban, golpeé la puerta y caí al suelo, poco antes de perder el conocimiento, vi a una silueta femenina gritar a varios del servicio que vinieran a salvarme.

Cuando recobré el sentido, estaba tumbado en una cama de sábanas blancas,con mucho dolor de cabeza y un paño mojado en la frente, cuando me incorporé y ví a la misma mujer que me salvó, era una mujer igualita a usted, pero pelirroja y de ojos verde esmeralda, vestía un vestido rojo con un broche en el pecho y las mangas estaban unidas por un chal, era una mujer preciosa.

???: Oh.... Me alegra ver que despertaste.

Kinopio: ¿En..... Dónde estoy?

???: Estás en el Castillo Champiñón, te encontré en la puerta malherido y te llevé junto al servicio aquí, el médico real se ha hecho cargo de tí.

Kinopio:¿Q-quien es usted?

María: Me llamo Maria.

María, su abuela princesa, era la reina en aquel momento, así que me irguí de inmediato para rendirle tributo, pero con las justas me pude sentar en la cama.

María: WoW, tranquilo pequeño, aún estás algo débil.

Kinopio:¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?

María: Creo que una semana.

Kinopio:¿Una semana?

María: Te encontré en la puerta muy malherido, ¿Tienes hambre?

En ese momento, como si tuviese vida propia, mi estómago comenzó a gruñir, normal, llevaba sin probar bocado una semana, la reina se rió, una risa muy dulce.

Maria:*Riendo* Supongo que tú estómago ha hablado por tí, vístete y te acompaño a la cocina.

Kinopio: Eh....¡Sí señora!

En ese momento, me levanté de la cama con algunas dificultades y me vestí, me habían dado una chaqueta roja y una pajarita del mismo color, pues mi vieja ropa había acabado destrozada, tras vestirme me eché un vistazo al espejo.

Pese a sólo haber pasado una semana desde lo que me pasó, estaba bastante bien, supongo que el médico real tendría conocimientos de medicina mágica, en fin, salí de la habitación y seguí a Su Majestad por el castillo, a lo largo de los pasillos se veían a varios miembros del servicio: Limpiadores, mayordomos, guardias, etc.... Cuchicheando entre si, a saber que decían, tras un buen tiempo después, llegamos a la cocina, dónde nos recibió T. Taiss, la cocinera real, era una Toad amarillo de pelo gris y sonrisa amable, vestía un delantal, y se inclinó cuando vió aparecer a la reina.

T. Taiss: Oh, buenos días Su Majestad, ¿A qué debo su visita?

María: Buenos días T. Taiss, verás....

Yo en ese momento era muy tímido y estaba escondido tras la reina, la cocinera reparó en mí y me miró con curiosidad.

T. Taiss: Oh.... Hola pequeñín, ¿Cómo te llamas?

Kinopio:*Asomando* M-me llamo Kinopio señora.....

T. Taiss: Un placer Kinopio, yo soy T. Taiss, encantada.

Kinopio: Un placer señora.

María: Es el chico, ha despertado y tiene un poco de hambre, ¿Podrías cocinarle algo?

Kinopio: S-si no es mucha molestia.

T. Taiss: No, para nada, tranquilo, yo me hago cargo.

María: Perfecto, confío en ti T. Taiss, cuando esté satisfecho, llévalo por favor a la sala del trono, seguro que Walter quiere conocerlo.

T. Taiss: Como mande.

Cuando la reina se fue, la cocinera me sonrió y me pidió que tomase asiento.

T. Taiss: Una pregunta, ¿Por qué estabas tan malherido cuando llegaste?

Kinopio:*Se sienta* Mis padres.... Han muerto.....

T. Taiss:¿En serio?¿Quién?

Kinopio: N-no le vi bien.

T. Taiss: Así que tú eres el hijo de la pareja que murió, ¿No? Bueno, te prepararé la comida, y un pastel de tal calibre que se te quitarán las penas en un suspiro.

Kinopio:*Sorbe* Gracias....

Tras eso, T. Taiss preparó la comida, no por nada es y siempre será la cocinera nº1 de Ciudad Toad, todo estuvo exquisito, no me acuerdo bien que preparó además del pastel, pero estaba tan famélico que me lo comí todo, una vez hube saciado mi hambre, T. Taiss se echó a reír.

T. Taiss: Sí que tenías hambre, ¿Eh?

Kinopio: Eh..... Sí.... Muchas gracias, lamento las molestas señora Taiss.

T. Taiss: No tienes que disculparte de nada pequeño, bueno, acompáñame a la sala del trono.

Kinopio: Sí señora.

Acompañé a la cocinera por los pasillos del castillo, cuando entramos en la sala del trono, estaba toda la familia real, la Reina María, El Rey Walter, y su padre princesa, el príncipe Arthur, bueno, príncipe en aquel momento, el rey era un hombre de pelo rubio platino rapado al cero, con un poblado bigote y ojos azul océano, mientras que Arthur era un chico de mi misma edad con pelo rubio alborotado, y ojos azul cristalino, sería como usted, pero en chico, princesa, ante la visión, me incliné.

Walter: Así que....¿Tú eres el niño que encontramos en la puerta hace una semana?

Kinopio: Sí, su majestad....

Maria: Walt, él ha perdido a sus padres.

Walter:¿En serio?

Tanto el rey como la reina comenzaron a cuchichear, Arthur me sonrió desde el trono y alzó ambos pulgares, no me conocía de nada, pero bueno si él tenía esa confianza, al cabo de un rato, el rey Walter carraspeó y se acercó a mí.

Walter: Joven Kinopio....

Kinopio:¿Si su Majestad?

Walter: En vista de tu situación, creo que será mejor que te quedes en el castillo y seas educado por el servicio.

Kinopio:¿En serio?

Walter: Eso dije

Quería saltar de la alegría y gritar:

Pero mantuve la compostura y le di las gracias muy solemnemente al Rey, tras eso me dijo que me retirara, pasé las siguientes semanas aprendiendo como limpiar y los hábitos de los reyes, un día, tres meses después, estaba pasando el trapo para limpiar el polvo, cuando una sirvienta me dijo que limpiase el cuarto del príncipe Arthur, así que, cogí el Sanytol y el trapo y me dirigí allí, ya lo había visto de refilón, pero me embargó la emoción, pues era entrar en una juguetería para mí, pero recuperé la compostura y comencé a limpiar, pero.... Mi vista se posó en un muñeco de un Yoshi de color rojo, el mismo que está usted sujetando, lo agarré y pues.... Los instintos de niño se apoderaron de mí, lo siguiente que recuerdo es que una de las doncellas de la reina me encontrase jugando con el juguete del príncipe.

Doncella:¿¿Kinopio!?¿¡Se puede saber qué estás haciendo!?

La Toad irrumpió en la habitación y me arrancó el muñeco de las manos, fue tan de golpe que lágrimas brotaron de mis ojos.

Doncella:¿¡Se puede saber en qué estabas pensando!?¡No puedes jugar con los juguetes del príncipe!¿Tienes algo que decir en tu defensa?

En ese momento empecé a llorar, supongo que hice mucho ruido, porque Arthur, que pasaba por allí se detuvo.

Arthur:¿Qué está ocurriendo?

(Nota: Es el chico)

Doncella:¡Oh príncipe!¡No ocurre nada! Simplemente estaba....

Al parecer Arthur me vió llorando y quiso insistir.

Arthur: Insisto en saber que ha pasado.

Doncella: Bueno, lo he atrapado jugando con un juguete suyo sin permiso, pero no sé preocupe, aquí lo tengo en perfecto estado.

Arthur agarró el muñeco con el que había estado jugando, tras eso caminó hacia dónde estaba yo.

Arthur:¿Usted qué dice? Si en verdad, yo pensaba en prestarle el muñeco, tenía mi permiso de cogerlo.

Doncella: Pero....

Arthur:¿Sigue aquí?¿Quiere que informe a padre?

Doncella: No, disculpe.

Y la doncella se fue a regañadientes, tras eso, yo sorbí un poco y le pregunté.

Arthur: Ya pasó....¿Eras Kinopio verdad?

Kinopio:*Asiente* D-de verdad....¿Me lo iba a prestar?

En ese momento Arthur me colocó el muñeco en la mano.

Arthur: Digo más, te lo regalo, cuídalo bien.

Kinopio: Oh....¡Muchas gracias príncipe! Lo cuidaré como a un tesoro.

Arthur:¡Eh! Nada de príncipe, llámame Arthur, no necesitas formalidades conmigo.

Kinopio:¿E-en serio?

Arthur: Por supuesto, venga, alegra esa cara, vamos al jardín a jugar.

Y en ese momento el joven príncipe me agarró de la mano y me arrastró al jardín, la verdad, agradezco mucho a Arthur, él me trató prácticamente como a un hermano en lugar de como a un simple sirviente, pasaron los años, y un día el Rey Walter nos llamó a los dos.

Kinopio:¿Qué crees que querrá tu padre Arthur?

Arthur: A lo mejor alguna reunión aburrida con alguien de la nobleza.

En ese momento, puso cara de snob y se puso a hablar con un ridículo y exagerado acento inglés.

Arthur: Soy el conde Ron Von Champiñón, y yo creo que tú hijo se junta con demasiados plebeyos, ¡Si yo hubiera elegido a la institutriz esto no pasaría! Y bla bla bla, té, bla bla bla, vino y

Hay que decirlo, Arthur hubiera sido capaz de hacer reír a una Roca Picuda con sus ocurrencias, tras eso, entramos, y nos arrodillamos frente al Rey, en esa ocasión, él estaba sólo.

Walter: Disculpad que os haya llamado tan de repente.

Arthur:¿Qué querías decirnos padre?

Kinopio:(A lo mejor ha descubierto el escondrijo de chuches de Arthur)

Peach: Espera, ¿Papá tenía un escondite lleno de chuches?

Ya hablaremos de eso en otra ocasión el caso es que el rey se nos quedó mirando un momento y tras eso habló.

Walter: Tras lo acontecido en los últimos años, creo que el joven Kinopio...

Kinopio:*Traga saliva*

Walter: Cuando tu reines Arthur, quiero que se convierta en tu consejero de confianza.

Kinopio:¿Yo?

Arthur: Es genial, Kinopio, tú eres lo suficientemente listo para poder hacerlo de lujo.

Kinopio:¿Estás seguro Arthur?

Arthur: Yo confío en tí, para mí eso basta para estar seguro de algo, que otra persona confíe en mí.

Kinopio: Acepto....

Arthur:¡Genial!

Y se puso a hacerme cosquillas en la cabeza en forma de champiñón, que al menos por mi parte, tengo muchas cosquillas ahí arriba.

Arthur: Eres genial Kinopio, tú y yo juntos contra el mundo.

Tras esto, pasaron varios años y Arthur se casó con una bella mujer procedente del condado de Ciudad Musical, se llamaba Melody, era una mujer buena y bondadosa, como usted princesa, el problema es que era de salud muy delicada, estaba embarazada de usted, un día, Arthur me invitó al balcón para hablar, ya le había crecido bigote al igual que a mí, y se había cortado el pelo rubio, pese a que lo seguía teniendo alborotado.

Kinopio:¿Arthur?

Arthur: Oh, Kinopio, viejo amigo, toma asiento.

Me senté en el asiento junto a él y comenzamos a observar la Luna llena.

Kinopio:¿Qué querías contarme?

Arthur:*Sonríe* Voy a ser padre.

Kinopio:¿¡En serio!? Qué alegría.

Arthur: En efecto, el linaje Toadstool continúa.

Kinopio:¿Pero Melody podrá soportar el embarazo?

Arthur:*Suspira* No lo sé seguro.... Los médicos dicen que si podrá y ella está dispuesta.... Pero no quiero que ella muera, es el amor de mi vida.

En ese momento, comenzó a toser, ese ataque de tos no era normal en él, le serví un poco de agua, lo cual calmó un poco.

Arthur: Gracias viejo amigo.....

Kinopio: Esa tos cada día es más fuerte....

Arthur:*Asiente* Lo sé.

Kinopio: Arthur, como consejero y amigo, te recomiendo que vayas a que te vea el médico.

Arthur: Estoy bien Kinopio.....

Kinopio: Arthur..... Por favor hazme caso.

Arthur: Está bien, iré mañana por la mañana a ver al médico real, ¿Te importa venir conmigo?

No se lo cuente a nadie, pero a Arthur siempre le dió pánico ir al doctor, él era el más valiente para muchas cosas, pero a la hora de visitar al Dr Toad, habría que llevarle maniatado, por eso me pidió ir con él, en fin, a la mañana siguiente fuimos al ala médica del castillo y el médico real, nos vió, era un Toad vestido de médico, tras unas cuantas revisiones el nos pidió tomar asiento.

Arthur:¿Qué ocurre Doc?

Dr. Toad: Su Majestad, lamento decirle que padece una rara enfermedad muscular y terminal.

(Exacto, es el de:

Arthur:¿Disculpe?

Dr. Toad: Que..... Me cuesta mucho decírselo..... Pero tiene usted los días contados.....

Arthur:¿E-en serio?

Kinopio: Doc, si es una broma no tiene gracia.

Dr. Toad: Me encantaría estar de broma maestro Kinopio, pero es la verdad...

Arthur:¿Cuánto tiempo me queda?

Dr Toad: Más o menos 2 años, le recomiendo comenzar a redactar el testamento.

La verdad, fue muy duro para mí ver cómo Arthur se desmoronaba, el saber que no podría ver a su pequeña crecer le partía el alma, y a mí se me partía el alma verle así, tras la visita, él se fue al jardín, su rincón favorito cuando se sentía mal, me pidió que lo dejase sólo un momento, lo cual, comprendí, porque, evidentemente, no te vas a sentir muy animado cuando te dicen que te vas a morir dentro de poco tiempo, pasé los siguientes meses tratando de encontrar una cura, pero todos los médicos a los que hablé me decían lo mismo "Es incurable" lo cual, me hacía sentir peor.

Pese al deprimente panorama, al final nació usted, una pequeña niña de cabellos rubios y ojos azules, igualita a su padre, pero con las facciones de su madre, lamentablemente, Melody falleció en el parto, la enterramos con todos los honores, pese al golpe bajo que le habían dado, Arthur trató de mantenerse optimista y aprovechar el tiempo que le quedaba contigo, así me lo dijo.

Kinopio: Arthur.....

Arthur: No te preocupes Kinopio, le he estado dando demasiadas vueltas, pero.... Si voy a morir, por lo menos que la Parca me encuentre con una sonrisa en la cara.

Kinopio: Entonces....

Arthur: Todo lo que tengo pasará a manos de la renacuaja que tengo ahora en brazos.

Esto lo dijo mientras le daba a usted de biberón, pues el entierro fue 4 meses después del nacimiento.

Kinopio:¿Y eso quiere decir?

Arthur: Quiero aprovechar el tiempo que me queda con ella.... Mi pequeña Peach....*Dijo haciéndole cosquillas a la bebé*

Kinopio: Esa es tu decisión.....

Pasó bastante tiempo usted ya tenía un año, Arthur me llamó a su cuarto, él había empeorado de la enfermedad y tenía que quedarse en cama y guardar reposo, lo cual quería decir que sólo era cuestión de tiempo para que pasase a mejor vida, cuando entré en su habitación, estaba tumbado, respirando pesadamente, el médico se acercó a mí.

Dr. Toad: Le queda poco tiempo, él quería hablar con usted antes de fallecer maestro Kinopio.

Me acerqué a la cama y me senté en la silla a su lado, él alargó la mano y me revolvió la cabeza como solía hacer cuando éramos niños.

Arthur: Lo pasábamos bien, ¿No Kinopio?

Kinopio: Arthur....

Arthur: Ojalá poder decir que esto es sólo pasajero y que mañana estaré con la energía que me caracterizaba, pero posiblemente.... Ya no me haya un mañana para mí....

Su voz, pese a tratar de parecer risueña, estaba rota por dentro.

Kinopio: Arthur, todo saldrá bien....

Arthur: Eres muy optimista Kinopio..... Pero..... Mirando el lado bueno, me reencontraré con mi querida Melody.....

Kinopio: Ay... Estrellas sagradas....

Arthur: Quisiera pedirte una última cosa.... Un último deseo antes de partir....

Kinopio: Cuéntame viejo amigo.....

Arthur:*Tose* Quiero.... Que me recuerdes como el que solía ser, un muchacho alegre, risueño, que se iba a comer el mundo.... No como este tipo que se murió a los 30 por una enfermedad.....

Kinopio: Así lo haré....

Arthur: Y otra cosa..... Cuida de mi pequeña Peach, críala, edúcala, haz lo que yo hubiera hecho, haz que sea una reina sabia y buena para nuestro Reino.

Kinopio: Arthur....

Arthur: Prometelo por favor.....

Kinopio: Te lo prometo viejo amigo, lo juro.

Arthur: Muero tranquilo entonces.....

En ese momento, Arthur cerró los ojos y no volvió a despertar, murió como el quiso, con una sonrisa de oreja a oreja, ya le habían hecho la extrema unción así que, le hicimos un funeral, lo enterramos con todos los honores junto a Melody, con la esperanza de que ambos se reencontrasen ahí arriba, tras terminar el funeral, me dirigí a su habitación, usted estaba dormida como un angelito y me acerqué a su cuna, aún dolido por la muerte de Arthur.

Kinopio: .... Sigue durmiendo pequeña princesa.....

La arropé y en ese momento, su manita se posó en mi pecho.

Bebé Peach: Papá....

Quise echarme a llorar cuando escuché eso.... Destino cruel, su primera palabra y Arthur no estaba allí para escucharla, le agarré la manita, con los ojos llorosos y susurré.

Kinopio: Buenas noches.....

Y salí de la habitación hecho un mar de lágrimas.

Narrador omnisciente.

Kinopio ya había terminado de narrar la historia y la princesa Peach estaba estupefacta, lo único que puedo hacer fue levantarse y abrazar al anciano Toad.

Peach: Gracias por todo lo que hizo por mí Maestro Kinopio.....

Kinopio: No tiene porqué dármelas princesa, yo sólo cumplía....

Peach: Pase lo que pase, siempre lo tendré conmigo, en mi corazón, siempre será mi maestro...... Es como el padre que la enfermedad me quitó....

Kinopio: Ya, princesa, vaya a la sala de audiencias, que el Maestro Mario querrá verle, yo la alcanzaré enseguida con Toadbert.

Cuando la princesa de rosa se fue, Kinopio limpió un poco el muñeco y lo dejó dónde estaba, tras eso, agarró una foto de él y el rey Arthur cuando eran niños, y sonrió.

Kinopio: Si la pudieses ver Arthur, estarías muy orgulloso, es la monarca que este reino se merece.....

Y se acabó lo que se daba un capítulo bien hecho, es un capítulo feliz, creo, en fin, aquí está la historia del Maestro Kinopio y de la familia de la princesa Peach, que sepan que los reyes Walter y María son, creo, invención mía, sim me equivoco agradezco una corrección z Arthur y Melody son medianamente hechos en el fandom, salvo por los nombres, eso me lo saqué de la manga, en fin, ¿Os gustó? Soy PrimaYoshi 128 y nos vemos en otra ocasión chao 👋

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