El Bucle
Después de horas interminables de mantener la mirada fija en la nada y de dar miles de vueltas entre las sábanas, decidí que esa noche de insomnio era perfecta para salir a tomar una bocanada de aire. Después de todo, por mucho tiempo que llevara acostado no tenía sueño, y probablemente nunca lo tendría, y ya hace un largo rato que no salía de casa, o de mi habitación siquiera. El momento era perfecto
Cogí coraje, respiré hondo un par de veces, me cambié de ropa a algo más abrigado y me dispuse a salir. Agarré el pomo de la puerta con una ansiedad que hasta me sorprendió a mí mismo, y lo giré con suma delicadeza para evitar cualquier ruido innecesario.
Y ahí estaba, el no tan largo pasillo que desde otro ángulo llevaría a mi habitación y que desde donde yo estaba me llevaría al exterior. Repasé el recorrido una vez más. "Diez pasos al frente y tres pasos a la derecha", repetí para mí mismo tratando de convencerme de que no era tan difícil llegar hasta la puerta de calle. Y vaya que me equivocaba.
Primer intento. Tres pasos hacia el frente y al dar el cuarto estaba en mi habitación girando cuidadosamente el pomo de la puerta. Fracaso.
Segundo intento. Diez pasos hacia el frente, un paso a la izquierda. La pared. Fracaso. Vuelta al inicio. Yo girando el pomo de la puerta.
Tercer intento. Cinco pasos hacia el frente. Un tropiezo. La pared. Fracaso. Yo girando el pomo de la puerta.
Sexto intento. Ocho pasos. Un mal parpadeo en un momento inoportuno. Yo en mi habitación, mi mano en el pomo de la puerta. Fracaso.
Décimo intento. La puerta hizo demasiado ruido al abrirla. Fracaso.
Décimo octavo intento. Fracaso.
Vigésimo sexto intento. Diez pasos al frente. Tres pasos a la derecha. La puerta. ¿La llave? Fracas... No. No estaba con seguro. Giré el pomo. Atravesé la puerta. Yo en mi habitación. Acostado en la cama con la mirada en el vacío. Fracaso.
Se me cerraban los ojos. "¿Probablemente nunca lo tendría?" Puras mentiras. Ahora ya no podía dormir. Las ganas de salir ya no estaban. Pero tengo mi orgullo. Había decidido tomar aire esa noche y eso haría.
Vigésimo séptimo intento. Nueve pasos al frente. Tres pasos a la derecha. La puerta. ¿Con seguro? Fracaso.
Trigésimo quinto intento. Fracaso.
Cuadragésimo tercer intento. Fracaso.
Quincuagésimo primero, septuagésimo octavo, nonagésimo sexto. Fracaso. Fracaso. Fracaso.
Lágrimas recorriendo mi rostro. Lágrimas de ira. De impotencia. De frustración.
Centésimo intento. El pomo de la puerta. Yo acostado mirando el vacío. Fracaso. Las lágrimas me nublan la vista, las quité como pude. Tal vez muy brusco. Ahora me dolían los ojos. Los sobé con más cuidado, girando la cabeza.
Me voltee. La ventana. ¿Cómo podía haberla olvidado? La abrí. Un soplo de aire fresco golpeó mi rostro. Misión cumplida.
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