La cabaña del bosque de los susurros.
La cabaña maldita en el bosque de los susurros siempre había sido un lugar de misterio y leyendas. Los aldeanos cercanos hablaban de extraños sucesos que tenían lugar allí, y decían que cualquiera que se aventurara en su interior nunca regresaría.
Pero a pesar de todo esto, cinco amigos, Abby, James, Emma, Jack y Sarah, decidieron explorar la cabaña en una noche oscura y tormentosa. Pensaron que sería una aventura emocionante, algo que contarían durante años.
"¿Seguro que queremos hacer esto?" - preguntó Emma, mirando hacia la cabaña en la distancia.
"¿Tienes miedo, Emma?" - bromeó Abby, dándole un codazo.
"No, solo creo que es una mala idea" - respondió Emma, mirando a su alrededor nerviosamente.
Pero los otros amigos ya estaban avanzando hacia la cabaña, ignorando las dudas de Emma. Mientras se acercaban, comenzaron a notar un extraño olor en el aire, un olor a muerte y podredumbre.
"¿Qué demonios es ese olor?" - preguntó Jack, tapándose la nariz con la mano.
"Tal vez solo sean animales muertos en el bosque" - sugirió Sarah, tratando de sonar valiente.
Cuando llegaron a la cabaña, notaron que la puerta estaba entreabierta, invitándolos a entrar. Abrieron la puerta y entraron en la oscuridad.
"¿Hay alguien ahí?" - gritó Abby, esperando una respuesta.
"No creo que haya nadie aquí" - respondió James, encendiendo una linterna para iluminar el camino.
Pero a medida que avanzaban, comenzaron a notar algo extraño en la cabaña. Las paredes parecían estar cubiertas de moho y la madera estaba podrida. De repente, oyeron un extraño gemido que parecía venir del piso de arriba.
"¿Qué fue eso?" - preguntó Sarah, agarrando el brazo de Jack con fuerza.
"Tal vez sea solo el viento" - respondió James, tratando de mantener la calma.
Pero entonces, comenzaron a ver sombras moviéndose en la oscuridad, sombras que parecían moverse por sí solas.
"¡Eso es suficiente para mí!" - gritó Emma, retrocediendo hacia la puerta.
"Espera, tenemos que ver qué es eso" - dijo Abby, tratando de detenerla.
Pero antes de que pudieran avanzar, una figura oscura emergió de la oscuridad, con brazos y piernas retorcidos y un rostro distorsionado. Los amigos gritaron y corrieron hacia la puerta, pero algo los detuvo.
Abby sintió algo retorciéndose dentro de su cuerpo, algo que la hacía sentir como si se estuviera descomponiendo. Los otros amigos notaron algo similar, algo que les hacía sentir como si la muerte los estuviera tocando.
"¡Algo está mal aquí!" - gritó Jack.
Pero ya era demasiado tarde. Los amigos comenzaron a transformarse, sus cuerpos deformándose y retorciéndose mientras sus gritos se mezclaban con el sonido de huesos crujientes y piel rasgándose. - "¡Ayuda! ¡Por favor, alguien ayúdennos!" - gritó Sarah, con lágrimas en los ojos. Pero no había nadie allí para ayudarlos. Estaban solos, atrapados en la cabaña maldita, mientras sus cuerpos se transformaban lentamente en algo inhumano.
Abby se convirtió en un montón de huesos y piel desgarrada, mientras James se desintegraba en una nube de polvo y cenizas. Emma se retorció en el suelo, gritando en agonía mientras su cuerpo se deshacía en un charco de sangre y huesos rotos. Solo Jack y Sarah quedaron en pie con sus cuerpos deformados y cubiertos de sangre y vísceras. Mientras se miraban el uno al otro con horror, se dieron cuenta de que habían sido atrapados en la maldición de la cabaña, y que nunca podrían escapar.
- "No podemos dejar que esto nos suceda" - dijo Jack, tratando de mantener la calma.
- "Pero ¿qué podemos hacer?" - preguntó Sarah, temblando de miedo.
De repente, una voz profunda y gutural resonó en la cabaña. - "Ya es demasiado tarde para vosotros. La maldición de la cabaña los ha reclamado" - dijo la voz. Jack y Sarah se dieron cuenta de que estaban condenados, atrapados en la cabaña para siempre, transformándose lentamente en criaturas demoníacas.
- "Esto es una pesadilla. ¡Quiero despertar!" - gritó Sarah, con lágrimas en los ojos.
Pero no había escapatoria. La maldición de la cabaña era más fuerte que ellos, y habían sido atrapados en su oscuro y terrorífico interior para siempre.
Finalmente, los cuerpos de los amigos se transformaron por completo, convirtiéndose en monstruos retorcidos y sanguinarios que acechaban en las sombras la cabaña maldita, esperando a que alguien más cayera en su trampa mortal.
La leyenda de la cabaña maldita en el bosque de los susurros continuó por generaciones, y nadie se atrevió a acercarse a ella de nuevo. Los aldeanos cercanos susurraban historias de terror sobre los amigos que habían desaparecido en la cabaña, y de las criaturas que acechaban en su interior. Y así, la cabaña maldita permaneció en el siniestro bosque , esperando a que algún otro grupo de ingenuos amigos se aventurara en su interior para convertirse en su próxima cosecha.
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