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Título
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Sinopsis
Bajó la mirada y descubrió su ropa y piel cubiertas de sangre. Sangre que no era suya.

Cuando levantó la mirada confundido descubrió ante sí la peor escena que podía imaginar. Aquella fue la primera y última vez que Raven vio a Yuri llorar.

Aviso
Esta historia es muy fluff en temas románticos, pero aviso de que hay un poco de homoamor.
También hay escenas sangrientas no muy explícitas. Principalmente es drama.

Spoilers
Spoilers graves del Arco III

Extensión
2860 palabras

~•~•~•~•~•~•~

Abrió los ojos y miró a la muerte a la cara.

Ante él, Duke se levantaba como un muro irrompible, tan blanco que su presencia le cegaba. Arrodillado por las heridas, sin las fuerzas para levantarse o alcanzar la espada que le había lanzado varios metros atrás, ya no le quedaban opciones.

Miró atrás un instante y la escena no mejoró. El arco de Raven se había partido en pedazos y Estelle parecía tan herida que de intentar lanzar un solo conjuro moriría ella misma por el consumo de magia. Rita y Flynn estaban tirados de cualquier manera a sus laterales, fuera de combate. Podía ver como debajo de la maga se había creado un pequeño charco oscuro proveniente de una herida en su frente y cómo la armadura le oprimía tanto el pecho a su amigo que apenas podía respirar. Judith cargaba a Karol intentando apartarle, puesto que el niño también había caído ya, y Patty permanecía mirando con las manos temblorosas y la sangre cayendo por su rostro infantil.

Volvió la mirada a la espada contra su cuello y dejó salir todo el aire. Cerró los ojos y sintió a sus amigos ponerse en tensión. Todos morirían allí, si le mataba a él primero era solo por terminar aquel jaque mate.

—Salvaré el mundo.

—Lo condenarás —Contestó Yuri.

La espada se apartó de su cuello y esperó a que el dolor de su cuerpo desapareciese. Esperó a la oscuridad eterna. Al final.

Esperó y esperó, pero lo único que sintió fue un empujón que le apartó y le tiró en el suelo. Se rasguñó un poco los brazos, pero no era nada. Sobreviviría.

¿"Sobreviviría"?

Abrió los ojos y sintió su propio cuerpo empalidecer. No sabía cómo, pero Flynn se había logrado levantar para empujarle lejos del rango del corte. Sin embargo estaba débil. Mucho. Tanto que le había sido imposible repetir la maniobra para esquivarlo él también.
La sangre no fluyó al principio y el silencio fue sepulcral. La herida se extendió desde su tráquea hasta la base de la garganta y luego cruzó casi hasta el hombro antes de que el líquido rojo comenzase a brotar en cantidades exageradas. El cuerpo refulgente de Duke se ensució y el olor de la sangre de su amigo le llegó como una puñalada cuando comenzó a penetrar por su ropa.

La mirada de su amigo se vació justo ante sus ojos y vaticinó que su mueca fue lo más similar a una sonrisa que pudo articular.

Fue tan rápido y repentino que por unos segundos el tiempo pareció detenerse. Ni siquiera Duke movió un músculo en aquel intervalo corto de tiempo. Y quizás si lo hubiesen hecho, si alguien hubiera tenido el valor, la fuerza o siquiera la conciencia para caminar un par de pasos más, Flynn aún podría haberse salvado.

Pero en aquellos escasos segundos en los que su amigo se desangraba todo en lo que podía pensar desapareció. Su mente se quedó en blanco. Jamás había sentido algo como aquello.

—¡F-FLYNN! —El espeluznante chillido de desesperación de la princesa le sacó de su trance.

Levantó la mirada hacia Duke, quien bajó la espada unos instantes antes de volver a amenazar a Yuri con ella.
Quería decirle muchas cosas por tomar aquella decisión. Quería burlarse o gritarle a la cara cómo podía levantar la espada después de haber matado a alguien a sangre fría. Pero sus labios no se movieron y su cuerpo estaba temblando. De repente, el mundo entero se volvió borroso.

"Flynn está muerto."

Esa frase se repetía en bucle en su cabeza, pero no entendía que había pasado. No entendía nada. Su vista se nubló y se perdió en el vacío mientras esa frase seguía resonando en su cabeza.
Lentamente, el latido de su corazón rebotando en sus tímpanos la opacó. Ya no oía nada, no sentía nada.

Otro grito de la princesa fue lo que le trajo de regreso a la realidad. Cuando recobró la conciencia se encontró sobre el peliblanco, con los nudillos adoloridos y las manos ensangrentadas. Ensangrentadas por la sangre de la nariz de su contrincante y por la que le salía de la boca.

Hacía solo unos instantes apenas podía tenerse en pie, ¿de dónde había salido aquella fuerza? No le haría ganar. No mataría a Duke a puñetazos. No había sido un movimiento inteligente. ¿Cómo había acabado allí en primer lugar? No lo recordaba.

Con un gesto de su mano, Duke aprovechó su momento de despiste para atraer la Dein Nomos de vuelta, chocando la punta de la espada contra la espalda de Yuri. Sin saber muy bien cómo, logró arreglárselas para rodar sobre el peliblanco y dejarle sobre él, impidiendo así una agresión tan directa. Dobló las rodillas y colocó los pies sobre el pecho de su oponente, haciendo fuerza para rápidamente apartarlo y rodar lejos de su alcance. Logró ponerse en pie con dificultad y luego dio un último esprint para buscar su espada. En cuanto la tuvo en sus manos volvió a ponerse en guardia. Cruzó miradas con Duke, en un duelo que fue incluso más potente que el duelo de espadas que seguiría, mientras el cuerpo de su amigo permanecía en medio, aún desangrándose.

No podía contar con Rita ni con Karol, mucho menos con Flynn, pero no desaprovecharía aquella oportunidad que su amigo le había brindado.

—¡Estelle, Raven, Patty! —Llamó, y rápidamente los mencionados se pusieron en guardia.—Estelle, danos cobertura. Viejo, sin compasión. Patty, guarda distancias. Judy, Repede, poned a Karol y Rita a salvo

—¡V-Vale! —Gritó la princesa, agarrando su blastia bodhi mientras comenzaba a formular sus primeros conjuros de sanación.

—Como ordenes, jefe —Esa fue la respuesta del ex-capitán, que tomó un nuevo arco y comenzó a tensar la cuerda.

—¡Modo Intelectual, activado! —Chilló Patty, dando vueltas a su pistola y guardando su cuchillo entre la ropa.

Aquello no había hecho más que empezar.

~•~•~•~•~•~•~

Cuando todo se calmó al fin, tenía la vista borrosa y no sabía como había logrado tener el cuerpo de pie durante tanto tiempo. Ni siquiera sabía como se las había arreglado para poder tajar al Adephagos en aquellas condiciones. Sus brazos pesaban toneladas, la simple idea de abrirlos era demasiado para él.

Entre la niebla, podía vislumbrar imágenes.

El espíritu abandonó su blastia bodhi dejándole por unos segundos en blanco. Vio que lo mismo le sucedía a Rita, quien a duras penas aguantó aquel shock momentáneo, a Karol y a Patty. Estelle no se inmutó.

Vio reacciones variopintas, pero la que más se repitió en su cabeza fue la imagen del cuerpo de Flynn arqueando la espalda para dejar escapar el espíritu de la blastia de su pecho, para luego caer inmóvil sobre el suelo otra vez.

Dejó caer la espada sin más y luego permitió que el peso venciera su cuerpo, aunque alguien le abrazó antes para evitar la caída a plomo. En cuanto se dio cuenta de quien era, sacó fuerzas para rodearla con los brazos heridos.

—Es...telle... —Vocalizó, con dificultad, antes de que todo se volviese negro.

~•~•~•~•~•~•~

Despertó sobresaltado por una pesadilla, dando un salto brusco en la cama pero evitando gritar. El sonido de la lluvia fue lo primero que le inundó la audición, seguido de la visión de un Raven de aspecto desmejorado que le observaba desde la otra punta de la habitación. Había pétalos rosas en el suelo y las paredes eran de madera pura. Debía ser Halure.

—¿Viejo?

—Es bueno verte vivo.—Su voz sonaba ronca y devastada.

—Sí, lo mismo digo...

Miró a todos lados, buscando a sus compañeros, pero el único que encontró allí saltó rápidamente sobre su cama y le lamió la cara un par de veces antes de acostarse sobre sus piernas. Allí no había nadie aparte de ellos dos.

—¿Y el resto?

—En el funeral.—Contestó, apartando la mirada.

Aquello le atravesó como una bala. Sus escasos cinco minutos de feliz ignorancia habían terminado y la visión del cuerpo inerte de Flynn volvió a inundar sus sentidos. Repede se apartó de sus piernas cuando notó que su amo iba a levantarse y Yuri se acercó torpemente a la ventana para observar el suelo.

Conocía aquella ceremonia demasiado bien. La garganta se le enredó y su respiración se cortó de golpe.

Había bastante gente allí. No podía calcular a primera vista exactamente cuantos. La gran mayoría iban vestidos de azul y blanco, otros; de negro. Alcanzó a vislumbrar a Sodia y Witcher sollozando a pleno pulmón a pocos metros del resto de su brigada y a sus compañeros con expresiones abatidas. El sonido del llanto de Estelle le llegaba incluso a través del cristal.

El ataúd no se detuvo y él no bajó para alcanzarlo.

—Lo siento.—Pronunció Raven, con la voz rasposa y grave.—Era un buen chico. Habría sido un comandante excepcional...

No contestó. Seguía revisando la escena a sus pies. Incluso su majestad imperial se había presentado allí guiando al convoy funerario.

—Ese maldito bastardo sabía...—Su voz se rompió en ese mismo momento, no pudo seguir.

Llevaba un buen rato temblando. Era algo que no podía controlar. Cerró la ventana de un golpe, bloqueándola sin quererlo, y le asestó un puñetazo a la pared con todas sus fuerzas, estableciendo un silencio sepulcral. El calor de la sangre y la calma del dolor le llegaron enseguida en forma de un escalofrío en su columna vertebral.
Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba llorando a mares hasta que descubrió el ceño fruncido y la mirada confusa de Raven.

No solía llorar. Era cierto. Pero no porque contuviese las lágrimas. De hecho, nunca las había contenido, pero no solía mostrar sus emociones de aquel modo. Simplemente no le resultaba natural. Pero en aquella situación, brotaron solas. Y lo que en principio eran solo lágrimas se fueron tornando en sollozos cada vez más fuertes. Le dio otro puñetazo a la pared, aumentando el tamaño del desastre, y soltó un grito de frustración.

—¡No he podido hacer nada! —Gruñó, furioso, pero Raven no le dijo nada a pesar de su manera de perder los papeles.— ¡Estaba delante de mí y no hice... Nada! Yo debí- Debí...

Se derrumbó. Dio dos pasos hacia atrás y se dejó caer en la cama, permitiendo que su fiel compañero se acercase a él. Lo abrazó con fuerza, permitiendo que le secase las lágrimas con la lengua. Repede había sido siempre ese alguien que estaba ahí para él. Pasase lo que pasase, sabía que no le abandonaría. Y tampoco permitiría que el viejo le abrazase para consolarle, aún mantenía esa poca dignidad.

—Yo le quería, joder... —Murmuró, escondiendo el rostro entre el pelaje de Repede.

—Era como un hermano para ti, ¿cierto? —Preguntó el excapitán, volviendo la mirada al joven.—Como si fuese de tu familia...

—Sí.—Soltó, incapaz de cerrarse sin más. Se sentía débil. Incompleto.—Nunca me importó estar solo mientras él estuviera ahí. Aunque discutiéramos o nos gritáramos él me hacía sentir... En casa. Siempre. —Su voz temblaba. Abrazó con más fuerza a Repede, quien ya soltó un gritito por la presión y le obligó a aflojar el agarre.— Pero era un idiota... Un completo idiota...

—Estoy seguro de que él pensaba lo mismo de ti. —Le respondió, con una sonrisa de soslayo que Yuri notó muy falsa— Por eso hizo lo que hizo.

—Es solo un idiota... Nunca se preocupaba por sí mismo.

—Entonces lo mismo podemos decir de ti, ¿no? —Recibió una mirada molesta del pelimorado, quien de todos modos tampoco pudo rebatirle. Tenía razón, ¿qué sentido tenía desmentirlo?

Hubo un corto silencio extraño. Nadie dijo nada. Tampoco lo necesitaban.

—Raven. —Le llamó, haciendo que el mencionado levantase la cabeza. ¿Hacía cuanto tiempo que no escuchaba a Yuri llamarlo por su nombre?—Gracias.

—Tranquilo, Yuri.

Le dedicó una sonrisa cansada. Luego, se levantó y se marchó de allí, probablemente al piso inferior. Le había dejado a solas con sus pensamientos y, ahora, lo último que quería era pensar.

Se le vinieron a la cabeza imágenes de su infancia, de su tiempo en los caballeros, del funeral del capitán Fedrock, del inicio de aquel viaje y de cada una de las batallas en las que Flynn y él habían cruzado sus espadas. Recordó todos los buenos y los malos momentos y, antes de poder darse cuenta, estaba llorando de nuevo.

"Yo le quería."

Raven lo había interpretado mal, pero no le importaba.
Para Yuri, Flynn era lo más cercano a una familia que tenía. Podía contar siempre con él y podían comunicarse sin necesidad de ningún lenguaje conocido. Se sentían cómodos estando juntos y, por extraño que suene, se sentían cómodos con sus discusiones y molestias.
Pero, ¿un hermano? Nunca se lo había planteado así. No era el tipo de relación que se pudiera definir con palabras.

—¡Ah! ¡Yuri! —La voz infantil de Karol le llamó a su espalda.

Mierda, no quería que le viera en aquel estado. No le importaba que los demás lo hicieran, ni los muchos años que Judy pudiera estar riéndose por ello, pero no quería que Karol le viera devastado.

El niño se acercó un poco, pero rápidamente Repede saltó para gruñirle. Karol no estaba acostumbrado a aquel comportamiento tan agresivo del can y trastabilló hacia atrás, chocando con Judith en el proceso.
Definitivamente, le debía unos cuantos favores a ese perro.

Tomó aire y se secó las lágrimas con las manos. Cuando sintió que estaba más presentable se giró para ordenarle a Repede que se calmase y luego miro a Karol con una sonrisa de soslayo.

—Buenas, jefe. Disculpad por haberos preocupado.

—¿Preocupado? ¿Quién dijo nada de que estuviéramos preocupados? —Respondió Rita, con su amabilidad habitual.

—Oh, Rita, no seas así —Contrarrestó Judith, fingiendo una exagerada preocupación. —Por poco se nos va al otro barrio también, y eso ya no habría tenido tanta gracia...

—¡No bromeeis con eso! —Suplicó la princesa. Tenía los ojos rojos e hinchados y el camino de las lágrimas muy marcado en sus mejillas enrojecidas.

—Lo siento... —Se disculpó la krityan, volviendo a mirar a Yuri.— Pero, en serio, es bueno ver que estás bien. Llevas dos días inconsciente.

—Incluso te perdiste el...

—Lo vi desde la ventana. —Prefirió interrumpir a Estelle. No quería escuchar eso salir de su boca.—Está bien así. Tampoco iba a hacer nada ahí abajo, de todos modos.

—Pero...

—Estelle, ha dicho que está bien. Déjale —Ordenó Rita, causando que la pelirrosa asintiese tristemente con la cabeza.

—Flynn te dejó la mitad de... —Decidió cambiar de tema, aunque este tampoco agradó demasiado a su amigo.

—Que se lo queden. No lo quiero. —Gruñó, sin ganas de hablar de dinero en un momento como aquel.

—Sí, ya lo suponía... —Suspiró, triste.

Aquello era demasiado deprimente. Flynn nunca hacía mucho ruido. Nunca se metía con nadie. De hecho, usualmente estaba tan ocupado que apenas se hacía notar aún cuando iba con ellos, pero se sentía un extraño vacío.

Bajó la cabeza, aunque se vio forzado a volverla a subir cuando Estelle se acercó a él y le entregó un sobre sellado. Blanco e impoluto, con una pegatina en forma de corazón en la cubierta. Sin remitente. Era algo extraño para dar en un momento como aquel.

—¿Y esto?

—Es de Flynn. También te lo dejó. Ioder me pidió que te lo diera.

Tomó el sobre entre sus manos y lo observó unos segundos. Definitivamente, era extraño en aquella situación.

—Venga, chicos, dejadle solo un rato. Aún necesita descansar —Ordenó Raven, acomodando una espada en su funda mientras entraba en la habitación.

—¿Eh? ¿A dónde vas, Raven? —Preguntó Karol, extrañado por los movimientos del mayor.

—A presentar mis respetos por Schwann, ya que no bajé al funeral. Ese viejo me mataría si se enterara de que falté a algo así—Bromeó, con ese tono medio serio que utilizaba cuando hablaba del capitán.

—Voy contigo—Se adelantó Patty, muy seria.—El Don me mataría también si no voy por él.

—¿Por qué puñetas queréis ir en nombre de un muerto a un funeral?—Protestó Rita, que fue la última en abandonar la habitación.

En cuanto cerraron la puerta, Yuri se sentó en la cama y abrió el sobre. No sabía si debía leerlo tan pronto o no, pero la curiosidad le podía.

~•~•~•~•~•~

"Gracias, Yuri"

Cuando quiso darse cuenta, había vuelto a quedarse dormido. Las palabras de la carta aún rondaban por su cabeza y contenía las ganas de llorar de nuevo a duras penas. No se creyó capaz de conciliar el sueño hasta que se tumbó en la cama.

Cuando una extraña calma lo inundó en medio de la noche estuvo a punto de despertarse. Algo le oprimía el pecho con fuerza, pero no le bloqueaba la respiración. De hecho, parecía ayudarle a respirar. Una brisa fría le llegó de repente, le rozó la ropa, el cabello y la frente, se enredó en sus labios y luego se difuminó en la nada.

Gracias, Yuri...

Alarmado, se despertó por completo, pero allí no había nadie. Tranquilizó un poco su respiración y se levantó para cerrar la ventana, pero la sangre se le heló en el mismo momento en el que llegó hasta ella.

Él mismo la había bloqueado desde dentro horas atrás.

~•~•~•~•~•~•~

Sorry not sorry. No pude resistirme a escribir algo dramático, es de lo que vivo.

Umbra03

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