El suspiro de la perdida pérdida
Ocurre cuándo me pierdo a mí mismo. Las palabras no se leen con significados, se deletrean en una parsimonia trágica y nubosa.
No existen soluciones que vuelvan a deshumanizarme. Cuando me encuentro, cuándo vivo conmigo, no soy humano; veo la vida en abecedarios y escucho los pasos de la muerte con estructuras. Soy el dios de una robótica perenne y fija, absorta de las señales que le proporciona el ambiente y órganos de magia ancestral griega.
Mis pasos se arraigan al suelo y mis rodillas se quiebran, no llegan al porvenir; me arranca la evolución, los brazos que reman, el verde de lo natural y del acceso, de lo permitido.
Salgo al invierno, a derretir letras en mi teclado, rompiendo escarchados y acomodados falanges de una máquina de azar española, azotando con fantasías egoístas los sentidos más enclaustrados en calor, temiendo la verdad del tiempo y enfrentándome a la temeridad de mi holgazana mentira.
Compongo himnos en honor a mi búsqueda, a mis orlas, y mantengo firme el eco de las espadas por si alguien se bate en duelo y me clava una de las dagas en el estómago de la creación divina.
Cuando me pierdo, alguien me esconde. Penetra en mis líneas robustas, me diluye con somnolencia y eternidad calmada, acentúa mis tinieblas y encierra mis soles, actúa el desazón y rabia. Cuando me pierdo, me ahogo en las preguntas existenciales de un ahora que ya no existe.
Cuando me encuentro, me enciendo en brasas inhumanas de tinta negra y folio blanco; ying yang del equilibrio que profetiza. Navego entre renglones, izo las velas del arte, remo olas de imaginación, bebo trabajo alcoholizado y amo mujeres de piel fluida.
Cuando siento que estoy boca arriba, en el mar, y el don, el sentir del marinero, no me mece, siento que me pierdo, de nuevo, en desiertos de herrumbrosa parsimonia, flotando entre nubes desilusionadas, ásperas.
Cuando siento que no me mecen los demonios, aquellos con los que pacté el motor de mis latidos en mi nacimiento, los estupefacientes de lo que seré, aquello a lo que mi vida se debe y lucha, me veo obligado a escribir esto.
Antes de haberme perdido, las palabras ya no estaban.
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