Persecución
Fría era noche y en la avenida no había ningún ser todo estaba desolado,
en el ambiente se podía sentir notas de algo quemándose.
—¿una fogata? —dijo una chica saliendo arrastras de un cueva estrecha, que la noche anterior fue su escondite, la chica se encuentra semidesnuda, con su ropa hechas trizas, y sangre en la cara.
Se adentro en el bosque y observo a la lejanía una tenue luz azafrán, se acercó con temor, pero decidida a buscar ayuda, decidida a escapar de quien la estaba persiguiendo.
Cuando llegó de donde provenía la luz, no había nada solo sacos para dormir y.. —¡sangre, oh Dios.. Eso es sangre!—mascullo en un alarido pero tapándose la boca para que nadie la escuchara, pero no puedo evitar formar en su rostro maltrecho una sonrisa torcida.
a lo lejos logro escuchar pasos que rompían las frágiles hojas y ramas, a la chica se le puso la piel de gallina.
Cuando escucho esa aquella carcajada, la chica quiso correr pero las piernas no le respondían, sintió como algo caliente empezó a bajar por sus blancas y laceradas piernas, el liquido amarillento empezó a recorrer sus piernas chocando con heridas abiertas, haciendo que esta le arda y tome conciencia de lo que está sucediendo, —ya te encontré —dijo vacilante alguien a la oreja de ella.
A lo cual ella respondió con un grito y hecho a correr, no le importo el dolor, no le importo adonde se dirigía, lo único que quería era escapar, lo único que quería era un nuevo mañana, que quizás nunca suceda ya que sin querer la chica hacia justo lo que quería su perseguidor.
choco con una rama, haciéndola caer por una colina hasta llegar a la orilla de un río, con sus únicas fuerzas quiso meterse al río pero no lo consiguió, sintió algo penetrarle la espalda haciendo que ella expulse un grito ensordecedor, que hizo eco, en todo el lugar haciendo que una bandada de aves sobrevuelen en el cielo, haciendo la vista gratificante pero no para ella...
—que mal —dijo una voz de una niña.
—que mal Emilia, aparentemente yo gane —dijo la perseguidora la cual era una niña de aproximadamente 10 años, apoyándose en sus rodilla, y levantando el rostro de Emilia —parece que gane—
La niña quito sangre seca de los ojos de Emilia, para que esta la vea a los ojos.
—Dime, gane —dijo la niña, con un poco se sangre en la cara y con una cortadura en el cachete. —los vencí, aunque claro pusieron resistencia pero gane, estas orgullosa de mi —dijo la niña esbozando una gran sonrisa en su cara.- ahora están con el tío Ted.
—claro.. Estoy muy orgullosa de ti—dijo Emilia con dificultad.
—que alegría, oh cierto— la niña sacó un cuchillo y lo enterró en la nuca de Emilia.
—te quiero hermana, gracias por jugar conmigo —hablo la niña con delicadeza al cadáver frio de su hermana.
Fin..
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