No hagas enojar a mamá.

Todos los días mi rutina es la de siempre, levantarme, cepillar mis dientes y bajar a desayunar junto a mi familia, todos ellos son muy buenos, está mi papá que siempre que voy a dormir me lee un cuento y besa mi frente, está también mi hermana mayor que cuando estoy triste o me lastimó o raspó una rodilla siempre me lleva a comer helado y también está el abuelo, un hombre benévolo que nunca deja de sonreír y siempre me da buenos consejos.

Si toda mi familia es muy dulce, pero si debería hablar de alguien en especial es sobre mi mamá, ella... Es muy extraña, pero no extraña mala!, Realmente ella es la más buena de todos nosotros!, Siempre que nos despertamos o que llegamos a casa ella deja el desayuno listo y mi almuerzo para la escuela preparado, en ningún momento ha dejado que la casa se ensucie y además de todo ella nos cuida, nos protege.

Sin embargo, a mamá le molestan muchas cosas, por eso siempre nos encargamos de no hacerla enojar, qué la hace enojar te preguntarás?, Bueno pueden ser cosas simples como olvidar hacer nuestra tarea o cosas un poco más extrañas, cómo entrar a la casa con un crucifijo.

Pero si hay algo que a mamá realmente no le gusta es que entremos a su habitación, siempre está encerrada ahí, todo el día y todos los días, nunca sale para comer, ducharse o tan siquiera para ir al baño, según nos ha dicho papá sobre ella, mamá tiene una enfermedad que le impide salir del cuarto y solo el puede entrar a atenderla, me gustaría darle un abrazo a mamá para que se sienta mejor pero papá dijo que es peligroso para ella, no lo entiendo pero aún así le hice caso.

Parece ser que todo en mi familia va a estar bien por mucho tiempo... Qué fue eso?... Oh no...

Al parecer mi abuelo acaba de tirar un florero en la sala, lo puedo ver, temblando de miedo y suplicando perdón por lo que acababa de hacer mientras que papá bajaba las escaleras junto a mi hermana y los tres nos fuimos al sótano, el único lugar al que mamá no puede entrar.

Papá saca de un cajón una bolsa con sal y nos encierra a los tres en un círculo, nos pide que cerremos los ojos y eso hicimos, logramos escuchar fuertes pisadas que iban directo a la sala y simplemente me tape mis oídos, mi abuelo en serio grita muy fuerte.

Luego de un par de minutos los pasos regresaron hacía la planta de arriba y oímos como la puerta de la habitación de mamá se cerraba, mi hermana empezó a llorar en silencio mientras que se preguntaba por qué teníamos que seguir viviendo aquí y mi papá le dijo que no se preocupara, que dentro de poco nos iremos a un lugar mejor.

Pero... Yo no quiero irme!, Yo quiero mucho a mamá, ella es la mujer más maravillosa del mundo y siempre nos cuida, de esos hombres malos que llegan hablando de un tal Jesus y de un tal cristo, nos cuida de esos edificios peligrosos en donde están todos esos tipos que rezan a un demonio maligno mientras cantan en coro y alaban a un hombre crucificado.

Cómo sea, después de un rato salimos todos del sótano y vimos que la sala estaba limpia y en la cocina pudimos ver un gran festín de comida deliciosa, lo más resaltante era una gran olla de estofado de carne, oh viejo adoró el estofado de mamá y ahí se me escaparon unas palabras.

"El estofado de mamá siempre es el mejor, la última vez que lo comimos fue cuando la abuela se puso a leer ese libro raro que le dieron en la calle, oye hermana quizás deberías hacer enojar a mamá para que podamos comerlo de nuevo mañana!"

Mi hermana empieza a llorar, por suerte o mi mala suerte eso no hace enojar a mamá, lo único que me queda es disfrutar de está deliciosa cena... Curioso, esté pedazo de carne tiene el mismo tatuaje que tenía el abuelo en su mano izquierda.

Puede que muchos piensen que es raro que mamá actúe así, pero yo en el fondo se muy bien que lo hace por nuestro bien, ella siempre nos va a cuidar siempre y cuando... No la hagamos enojar...

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