¿Alguna vez conociste a ese niño que siempre lleva su computadora portátil a donde quiera que va? ¿Te gusta ir a clases, a la biblioteca, a la cama e incluso al baño? Sí, ese chico era yo. Digo que fue porque ahora casi tengo demasiado miedo de mirar la pantalla de una computadora.

Todo comenzó hace quizás tres meses cuando me compré una computadora portátil nueva. No lo compré para la reventa, no lo encontré al costado de la carretera con un letrero de "NO USAR" pegado. Entré en una tienda, dejé mi dinero en efectivo y compré el tonto. Funcionó bien, sin archivos extraños, sin ventanas emergentes parpadeantes, nada fuera de lo común. Demonios, incluso si lo hubiera sido, limpié todo el disco duro en unos pocos días para cambiar el sistema operativo. Nunca he sido fanático de ... a falta de una palabra mejor, sensación de tableta que tiene Windows 8. Así que lo cambié por un buen Windows 7. Una vez más, obtuve la copia de Windows 7 de una fuente confiable. Un viejo amigo mío de la familia hizo toda la instalación por mí. Siempre ha sido mi persona a quien recurrir para el trabajo con la computadora y tampoco me decepcionó esta vez. Mi copia de Windows 7 funcionó perfectamente. Tenía el conjunto completo de Microsoft Office, configuré mi Internet con Chrome y comencé a usar mi computadora portátil.

Nada parecía extraño, hasta un día hace dos o tres semanas. Mientras navegaba por la web, apareció una ventana emergente. Como alguien que almacenó muchos archivos importantes en mi computadora portátil (proyectos escolares, algo de escritura de ficción que había hecho y mi biblioteca de iTunes, por nombrar algunos), me asusté un poco. No fue uno de esos, "Usted es nuestro millonésimo visitante, haga clic para reclamar su iPad gratis". tipo de ventanas emergentes. Fue el peor tipo de ventana emergente. Uno que habla.

"¡Su computadora está infectada con malware!" Me dijo una voz bastante optimista. Mi sangre se congeló inmediatamente. Excelente. Jodidamente genial. Ahora tengo que lidiar con este estúpido virus de miedo. Para deshacerse de él probablemente se requeriría otra limpieza del disco duro, e incluso si no fuera así, mis archivos ya estaban dañados. Pero entonces, continuó la voz. "¡Así es! ¡Esta computadora ha sido infectada por una de las comedias más horribles conocidas por el hombre! "

No estaba realmente seguro de cómo reaccionar. ¿Este virus me estaba molestando? Observé fascinado cómo el falso "informe de malware" se desvanecía en una pantalla blanca. En letras mayúsculas de color azul oscuro, aparecieron las palabras "La hora de la comedia de Jason y Dan". Poco a poco, mis temores se aliviaron. Esto no era un virus, sino un marketing viral para un nuevo programa de comedia. Por curiosidad, me quedé y lo miré. Para ser perfectamente honesto, fue bastante divertido. La trampa fue que estos dos tipos, Jason y Dan, dirigían un programa de entrevistas ridículo. El primer boceto que vi fue que entrevistaban a Batman, quien en su verdadera forma Dark Knight Rises, era casi completamente incomprensible. Por supuesto, aquí también estaba masticando un cigarro y cambiando constantemente el tema de nuevo a fumar. Me atrapó. Y antes de darme cuenta, había terminado todo el episodio.

Me enganché. Todos los viernes, se publicaba un nuevo episodio para descargar, y yo estaba allí de inmediato para ver y guardar el archivo. Todos siguieron una fórmula similar, burlándose de las películas, las celebridades y la cultura pop. Ambos personajes también eran interesantes y realmente jugaban entre sí. Jason hablaba rápido. Su boca motora lo incitó a soltar chistes y chistes de una línea casi sin parar. Dan, por otro lado, estaba más relajado y tranquilo. Pero siempre estaba listo con un comentario sarcástico cuando llegaba el momento. Era divertido, a menudo fuera de lo común, absurdo y divertido de ver.

Luego vino el episodio que me llevó a donde estoy hoy. Llegué a casa de las clases del día, agarré mi computadora portátil e inicié sesión. Hice una línea recta virtual al sitio web de Jason y Dan y encontré su último episodio. Comencé la descarga y se guardó en mi computadora como Keep_Em_Laughing.wmv. Hice clic para comenzar el video y me regalé otro gran episodio. Nada parecía fuera de lo común, hicieron algunas bromas, hicieron algunas entrevistas, pero algo se sintió... mal en este episodio. Entonces me di cuenta. Dan no había dicho una palabra.

En medio de su boceto actual, en el que se habían estado burlando de las películas de Michael Bay. Dan acaba de salir. Jason parecía estar un poco confundido por esto y seguía pidiéndole que regresara. De repente, él también salió de la pantalla, todavía llamando a Dan. Entonces escuché el sonido que desde entonces he estado tratando de borrar de mi memoria. Jason gritó. Sin embargo, no sonó forzado o falso. Este fue el verdadero negocio. Cuando lo vimos a continuación, estaba corriendo a toda velocidad y se detuvo frente a la cámara. Su hombro rezumaba rojo a través de su camisa. Comenzó a llorar, a suplicar y, sobre todo, a gritar. Cayó de rodillas lloriqueando como un bebé, cuando Dan repentinamente regresó a la pantalla. En su mano tenía lo que parecía ser un cuchillo pequeño, del mismo tipo que se usa para tallar madera o pelar manzanas.

Sin una palabra, Dan agarró a su compañero por el cabello tomándolo con firmeza. Luego comenzó a apuñalar repetidamente a Jason, sus golpes rápidos y rápidos. Los gritos de Jason se habían convertido en un chillido espeluznante cuando el cuchillo descendía una y otra vez. Chorros de carmesí comenzaron a correr por su rostro, mezclándose con el sudor de su frente y las lágrimas de sus mejillas. Finalmente, con un gorgoteo bajo, el cuerpo de Jason cayó al suelo. Estaba tan conmocionado que no podía apartar la mirada de la pantalla. Al principio pensé que todo esto era una especie de broma enfermiza, una escena retorcida de comedia negra que salió horriblemente mal. Simplemente me quedé mirando la pantalla en un silencio sobrecogido.

Dan volvió su rostro hacia la cámara y sentí un escalofrío recorrer mi espalda. Sus ojos. Sus ojos estaban tan... mal. No eran vacíos desalmados de color rojo brillante o negro, estaban perfectamente tranquilos y normales. Eso fue lo que me aterrorizó. Estos no eran los ojos de un monstruo. Eran los ojos de un ser humano. Uno que se había convertido en un monstruo peor de lo que mi mente podía imaginar.

Dan miró a la cámara y dijo dos palabras, "Cody Stuart".

Sabía mi nombre. Mi mandíbula cayó en estado de shock. Intenté desesperadamente cerrar el video, pero fue en vano. El cursor de mi mouse estaba congelado e inmóvil.

"Te voy a hacer una pregunta". Continuó: "¿Qué sabes sobre los trucos de magia?"

Yo no respondí.

"¿No eres muy hablador? Bueno, déjame decirte algo. La magia tiene que ver con la mala dirección. Llevas semanas mirando esta pantalla, Cody. ¿Por qué no echa un vistazo por encima de él?

Mi corazón se salto un latido. Justo encima de la pantalla de mi computadora portátil, la pequeña luz LED verde al lado de mi cámara web estaba encendida. ¿Cuánto tiempo había estado encendido? ¿Había estado grabando todo este tiempo? ¿Cómo se enciende de todos modos?

Esos pensamientos fueron apartados de mi mente mientras la voz de Dan continuaba.

"Tu nombre es Cody Stuart. Mide aproximadamente cinco pies y seis pulgadas. Tienes cabello negro y espeso y ojos marrones. Vives en la dirección de la calle 15829 Palm Drive ".

Tiré el portátil al suelo y lo cerré de golpe. La voz de Dan todavía provenía de él.

"Sé dónde vives Cody. Espérame pronto ".

En ese momento, hice lo único que se me ocurrió hacer. Agarré esa computadora portátil y comencé a golpearla repetidamente contra mi escritorio. Seguí rompiéndolo mucho después de que la pantalla y la carcasa de plástico se agrietaran. No, golpeé esa cosa hasta que se partió por la mitad. Cogí mi teléfono y llamé a Dale, un viejo amigo mío. Prácticamente gritando en el teléfono, traté de explicar mi difícil situación. No creo que él supiera realmente lo que estaba pasando, pero de todos modos me dejó quedarme con él. Nunca volví a esa casa. No creo que pueda.

No hace falta decir que ya no uso mucho las computadoras. Rara vez puedo convencerme de que utilice una computadora de escritorio, y mucho menos una computadora portátil o tableta. Cuando me veo obligado a usarlos, siempre me aseguro de tener un trozo de cinta adhesiva sobre la cámara web. Todavía está ahí fuera. Todavía me está buscando. Y por lo que sé, todavía me está mirando.