obra, La leyenda de la Cochina, MAMÁ, SI UN DÍA DESAPAREZCO NO LES CREAS. etc
Obra Maestra
He estado acostado por horas ya. Son las 5:35 a.m. y no hay mucho que pueda hacer. ¿Saben cuál es la peor parte de mi situación? Estoy en el mismo cuarto que mis padres. Aún me ven, y no puedo hacer más que devolverles la mirada y tratar de no gritar. Sus ojos están concentrados en mí y sus bocas totalmente abiertas. Hay un fuerte hedor a sangre y me siento paralizado con terror.
….. Aquí está el problema. A la primera sugerencia de que no sigo dormido, estaré completamente arruinado. Será mimuerte y no habrá nadie para salvarme de ello. He intentado pensar en alguna salida, pero la única idea que tengo es correr a la puerta y huir gritando por ayuda, con la esperanza de que algún vecino me oiga. Es riesgoso, aunque si me quedo aquí, es seguro que moriré. Él está esperando a que despierte y vea su obra maestra.
….. Seguro se preguntarán qué esta sucediendo, tiendo a apresurarme a los hechos algunas veces.
….. Hace alrededor de 3 horas, escuché un grito del otro lado de la casa. Me levanté y fui a revisar de dónde provenía,cuando me di cuenta que debía ir al baño. En vez de hacer lo inteligente y continuar investigando, fui al baño. Habíasangre en la alfombra. Me preocupé mucho y corrí de vuelta a mi cuarto, escondiéndome bajo las sábanas como elcobarde que era. Traté de obligarme a volver a dormir, que aquello sólo era un sueño muy vívido.
….. Pero escuché la puerta de mi cuarto abrirse. Como un niño aterrorizado, di un vistazo por abajo de las sábanas para verqué estaba ocurriendo. Pude ver algo arrastrando los cuerpos de mis padres dentro de la habitación. No era humano, eso les puede asegurar. No tenía pelo; sinojos y sin ropa, se paseaba como un cavernario, con su espalda encorvada en lo que movía a mis padres. Pero esta cosaera más inteligente que cualquier cavernícola. Estaba consciente de lo que hacía.
….. Dejó a mi padre al pie de la cama con su cabeza sobresaliendo de una orilla, viendo en dirección mía. Después sentó ami madre en una silla apuntando de igualmanera hacia mí. Empezó a frotar sus manos contra la pared manchándola de sangre y luego trazó un círculo con el pentagrama del demonio en él. Esta cosahabía hecho lo que probablemente llamarían una pieza de arte. Para terminarla, dejó un mensaje en la pared que no podía leer en la oscuridad.
….. Se colocó debajo de la cama esperando hacer su siguiente movimiento; ha estado ahí desde entonces.
….. Lo que más me aterra en estos momentos, es que mis ojos se ajustaron a la oscuridad desde que eso ocurrió, y puedo leer el mensaje en la pared. No quiero verlo, porque es atemorizante pensar en ello. Pero siento la necesidad hacerlo, antes de morir.
….. Echo un vistazo a la obra maestra de la criatura…,
…..“Sé que estás despierto”. Compartido por Cristian
3:)
La leyenda de la Cochina
Cuenta la historia, que hace mucho, había un hombre muy celoso y mandón que no dejaba salir de su casa a su Mujer ya que, no gustaba de que la vieran otros hombres. Cada vez que su Mujer quería salir, él le replicaba que su trabajo era estar en casa y encima le decía, que como era "Fea", y ¿para que salir?. La Mujer solo reía porque la verdad, él no sabia un secreto: ella era una bruja.
Al llegar la noche, cuando su marido estaba profundamente dormido, la Mujer se convertía en una Cochina (cerdo) y salia de casa. Todas las noches ella repetía la misma rutina paseando por el pueblo tranquilamente.
Un día, la Cochina se le ocurrió ir a deambular por la casa de un vecino peor de gruñón que su esposo. Mientras ella hacia de las suyas, el vecino gruñón se percató de la intrusa y cogiendo un machete le cortó una nalga. La Cochina adolorida y herida regresó de inmediato a su casa muy asustada.
Al día siguiente, el Hombre al observar a su mujer, notó que le faltaba una nalga. Él le preguntó que le había pasado. Ella respondió que no sabia, y dijo que posiblemente le hicieron una brujería. El hombre salio en busca de ayuda y en su camino, se encontró con aquel vecino gruñón. Entre conversaciones, el vecino le dijo en la noche, un cerdo estuvo vagando por su hogar y como castigo, le cortó una nalga.
El Hombre, muy sorprendido por la similitud de historias, regresó a su hogar con intenciones de castigar a su Mujer. Cuando llegó, tiró la puerta de una patada y echando gritos, salió corriendo a toda velocidad una Cochina. El Hombre buscó y buscó por toda la casa, pero no encontró a su esposa nunca mas.
No se duerma en el Metro!
Leyenda.
Hay cosas en la vida, y eso incluye a esta Cd de México, que más vale que nunca averigüemos. La ignorancia nos permite dormir con placidez en la noche, y concentrarnos en nuestros respectivos trabajos. Por ejemplo: ¿Se ha preguntado usted qué les sucede a las personas que se quedan dormidas en el Metro, cuando éste llega a la Terminal de una línea, lo que causa que no escuchen la advertencia que les pide abandonar el vagón y sigan adelante en el mismo, adentrándose en un profundo túnel oscuro que aparentemente no lleva a ninguna parte? La verdad es que esa es una de esas cosas que en realidad no nos conviene averiguar, si es que queremos mantener la ilusión de que vivimos en un universo racional.
Sin embargo, no está de más tomar algunas precauciones sencillas, que bien pueden evitarnos experiencias en verdad lamentables. Una de ellas es la de no dormirnos nunca en el Metro; en especial, después de la puesta del sol. Para Arturo Marquina, periodista ya no tan joven, y autor ocasional de relatos de ficción científica, cuentos de horror y novelitas policiacas, ese descuido le produjo un extraño desarreglo que sus amigos califican casi de locura. Se niega Arturo, quien es una persona sensata, racional y de buen humor, a acercarse siquiera a las entradas al Metro. Se niega también a pasar por encima de las ventilas o registros del sistema de Transporte Colectivo de esta capital. En eso puede ponerse hasta agresivo y desagradable. Marquina se niega a hablar de esa extraña fobia que lo aqueja. Siempre logra desviar la conversación cuando se le interroga al respecto. Sólo una vez, en una cantina de Bucareli, después de varias horas de consumo y animada conversación, llegó un momento en que se puso serio e hizo una advertencia a uno de los amigos, que le dijo que usaba a el Metro cotidianamente y en especial a muy altas horas de la noche. “¿Llegas a alguna terminal a esas horas?, preguntó Arturo. Ante la respuesta afirmativa, nuestro amigo abandonó su discreción. “¿Tú has sabido qué le ocurre a las personas que se quedan dormidas en los vagones que siguen avanzando después de la última estación?-“La verdad, no”-repuso su compañero. “Yo sí lo sé”, continuó Arturo.”Esto que te voy a contar no es un cuento, te pido que me lo creas, por tu bien. Nunca lo repetiré ante ustedes”.
Fue hace justo un año. Serían cerca de las once de la noche y salía yo del trabajo después de un día durísimo. Tomé el Metro en la estación Hidalgo, y me dirigí hacia Tacaba. Ahí transbordé hacia Barranca del Muerto. Ya a esa hora, el Metro va casi vacío. Cerca de Tacubaya me quedé dormido. El tren llegó sin duda a la Terminal, sin que yo despertara. No oí la distorsionada voz de advertencia que sale del sistema del sonido, ni el insistente pitido del silbato electrónico que anuncia las paradas. Después, unos segundos después, cuando ya el vagón se dirigía hacia el inquietante túnel que continúa el trayecto, alcancé a ver el letrero y la insignia de mi estación de destino la cual quedaba atrás. Con preocupación y fastidio, pude ver que no iba solo. Unos asientos más adelante iba un tipo viejo y desastrado, en evidente estado de ebriedad que seguía dormido y cabeceaba con cierto ritmo. Pensé que quizá este tren cambiaría de vía y regresaría por el mismo trayecto en unos momento más. Pero no fue así.
“El vagón siguió adelante, se desvió hacia la derecha y después de avanzar varias decenas de metros, hizo alto en un lugar totalmente oscuro. El motor se detuvo y lo mismo la ventilación. El silencio más absoluto cayó sobre nosotros. Fue entonces cuando las luces se apagaron. Ahí, empecé a sentir algo de miedo. Había un poco de claridad, proveniente de la parte posteior del túnel. Por fortuna, traía mi linterna de bolsillo y además ésta tenía pilas. Me paré y me dirigí a mi aún dormido compañero de tribulación. Me acerqué a él y lo sacudí por el hombro. Me preguntó qué pasaba y rápidamente le expliqué nuestra situación. Respondió con una imprecación y puso su rostro contra la ventana para tratar de ver dónde nos hallábamos.
MAMÁ, SI UN DÍA DESAPAREZCO NO LES CREAS.
Mamá, si un día desaparezco,
no les creas.
No, no me escape con “el novio”
no, no vendía droga ni estaba metida en cosas ilegales,
no, no era novia, ni acompañante de ningún narco,
no, no me escapé para llevar una vida sin reglas.
Mamá, si ya no vuelvo a casa,
no creas lo que la gente dirá,
no creas lo que dirá la T.V,
ni la radio,
ni el internet,
todos me culparan a mí,
dirán que yo vestía de manera indecente,
dirán que me vieron tomando unas copas el Viernes,
dirán que yo me subí a un coche con varios hombres,
dirán que yo buscaba dinero estando con mayores,
dirán que yo salía de noche,
me culparan por haber ido a bailar,
por caminar sola,
por no llevar falda a los tobillos,
por usar maquillaje,
por ser extrovertida,
por ser mujer,
por no gritar,
por no defenderme ante 3 hombres,
todo el mundo dirá que
violaron,
golpearon,
mataron a “Una puta más”
porque “una mujer decente”
está en su casa siempre,
una “mujer decente”
no usa maquillaje porque puede provocar miradas,
“una mujer decente”
no habla con muchos hombres,
“una mujer decente”
no toma una copa,
“una mujer decente”
es sumisa,
cabizbaja,
no le vayan a ver la cara.
Mamá, la verdad es que si ya no vuelvo,
seguro estarán explotando mi cuerpo
como objeto de servicio,
seguro estaré lejos
como juguete de un depravado,
seguro estaré de incubadora
pariendo hijos para comercio,
seguro estaré de esclava en un sótano
realizando tareas abominables,
seguro estaré en una página de internet siendo subastada,
seguro estaré en un quirófano clandestino
apunto de perder la vida
para darle un riñón a un millonario con insuficiencia renal,
seguro estaré bajo tierra,
en una bolsa,
alguna caja,
como escoria,
como basura.
Mamá, escribo esto
para hacerte saber que yo jamás me iría sin avisar,
jamás apagaría el teléfono para evitar que me llames,
jamás me iría de ti dejándote con el corazón roto.
Mamá si ya no vuelvo, no les creas.
Autor: Gilraen Eärfalas
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