el verdadero Angel - en la tierra, Una niña perversa, RELATO
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el verdadero Angel - en la tierra
Cuenta la leyenda, que en el cielo, Dios tenía planeado enviar a un niño a la tierra, a lo que el niño le pregunta: Me dicen que me vas a enviar a la tierra, ¿cómo viviré tan pequeño e indefenso que soy?. Dios le dijo:
"Entre tantos ángeles que existen en la tierra, escogí uno para ti, que te está esperando, ella te cuidará."
El niño le pregunta:
"Pero dime Dios, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz."
Dios le responde:
"Tú ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás aun más feliz."
El niño nuevamente vuelve a preguntarle: Y ¿cómo entender, Dios lo que la gente me hable si no conozco el extraño idioma que hablan ahí abajo?. Dios le contestó al niño: -“Tú ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y cariño te enseñará a hablar.
Y nuevamente la pregunta del niño: A mi me gusta conversar contigo. Y ¿qué haré, Dios cuando quiera hablar contigo?. Dios le respondió:
"No te preocupes hijito, tú ángel te juntará las manitas y te enseñará a orar."
El niño le dice:
"He oído que en la tierra hay hombres malos ¿Quién me defenderá?"
"Tú ángel te defenderá aún a costa de su propia vida." - Dijo Dios.
"Pero estaré siempre triste, porque no te veré más Dios." - replicó el Niño.
"Tú ángel te hablará de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia aunque yo siempre estaré contigo." - Le dijo Dios.
mama el verdadero angel leyenda
Cuando seguían conversando, el niño escuchó voces terrestres y ya sabía que el momento ya llegaba para llegar a la tierra en la que realizó su ultima pregunta:
"Dios, no me has dicho el nombre de mi ángel, dime por favor como se llama."
Dios le contestó:
"Su nombre no importa….. Tú le dirás… Mamá."
Una niña perversa.
Esta tarde empujé a Arturo a la fuente. Cayó en ella y se puso a hacer gluglú con la boca, pero también gritaba y fue oído. Papá y mamá llegaron corriendo. Mamá lloraba porque creía que Arturo se había ahogado. Pero no era así...
Ha venido el doctor, Arturo está ahora muy bien. Ha pedido pastel de mermelada y mamá se lo ha dado. Sin embargo, eran las siete, casi hora de acostarse, cuando pidió pastel, y a pesar de eso mamá se lo dio, Arturo estaba muy contento y orgulloso. Todo el mundo le hacía preguntas. Mamá le preguntó cómo había podido caerse, si se había resbalado, y Arturo ha dicho que sí, que se tropezó. Es gentil que haya dicho eso, pero yo sigo detestándolo y volveré a hacerlo en la primera ocasión.
Por lo demás. si no ha dicho que lo empujé yo, quizá sea sencillamente porque sabe muy bien que a mamá le horrorizan las delaciones. El otro día, cuando le apreté el cuello con la cuerda de saltar y se fue a quejar con mamá diciendo: “Elena me ha hecho esto”, mamá le ha dado una terrible palmada y le ha dicho: “¡No vuelvas a hacer una cosa así!” Y cuando llegó papá ella se lo ha contado y papá también se puso furioso. Arturo se quedó sin postre. Por eso comprendió, y esta vez, como no ha dicho nada, le han dado pastel de mermelada. Me gusta enormemente el pastel de mermelada: se lo he pedido a mamá yo también, tres veces, pero ella ha puesto cara de no oirme. ¿Sospechará que yo fui la que empujó a Arturo?
Antes, yo era buena con Arturo, porque mamá y papá me festejaban tanto como a él. Cuando él tenía un auto nuevo, yo tenía una muñeca, y no le hubieran dado pastel sin darme a mí. Pero desde hace un mes, papá y mamá han cambiado completamente conmigo. Todo es para Arturo. A cada momento le hacen regalos. Con esto no mejora su carácter. Siempre ha sido un poco caprichoso, pero ahora es detestable. Sin parar está pidiendo esto y lo otro. Y mamá cede casi siempre. A decir verdad, creo que en todo un mes solo lo han regañado el día de la cuerda de saltar, y lo raro es que esta vez no era culpa suya.
Me pregunto por qué papá y mamá, que me querían tanto, han dejado de repente de interesarse en mí. Parece que ya no soy su niñita. Cuando beso a mamá, ella no sonríe. Papá tampoco. Cuando van a pasear, voy con ellos, pero continúan desinteresándose de mí. Puedo jugar junto a la fuente lo que quiera. Les da igual. Sólo Arturo es gentil conmigo de cuando en cuando, pero a veces se niega a jugar conmigo. Le pregunté el otro día por qué mamá se había vuelto así conmigo. Yo no quería hablarle del asunto, pero no pude evitarlo. Me ha mirado desde arriba, con ese aire burlón que toma adrede para hacerme rabiar, y me ha dicho que era porque mamá no quiere oir hablar de mí. Le dije que no era verdad. Él me dijo que sí, que había oído a mamá decirle eso a papá y que le ha dicho: “No quiero oír hablar nunca de ella.” Ese fue el día que le apreté el cuello con la cuerda. Después de eso, yo estaba tan furiosa, a pesar de la palmada que él había recibido, que fui a su recámara y le dije que lo mataría.
Esta tarde me ha dicho que mamá, papá y él iban a ir al mar, y que yo no iría. Se rió y me hizo muecas. Entonces lo empujé a la fuente.
Ahora duerme y papá y mamá también. Dentro de un momento iré a su recámara y esta vez no tendrá tiempo de gritar, tengo la cuerda de saltar en las manos. Él la olvidó en el jardín y yo la tomé.
Con esto, se verán obligados a ir al mar sin él. Y luego me iré a acostar sola, al fondo de ese maldito jardín, en esa horrible caja blanca en la que me obligan a dormir desde hace un mes.
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#ERM
RELATO
Carta de la chica que te vio crecer
Hola, la primera vez que te vi, estaba realmente sorprendida de poder hacerlo. Llevabas una pequeña tortuga en las manos a la que insistías en llamar Michelangelo, supongo que por el personaje de las Tortugas Ninja. Te recogiste el largo pelo castaño sobre la espalda y dejaste la tortuga en el suelo poniéndote de rodillas. Te emocionabas al verla desplazarse por el césped. Me recordó a mi gato y a la forma en que solía jugar con él cuando tenía tu edad.
Atestigüé toda tu infancia a través de mi pequeña ventana. Tu primera vez en una bicicleta. Tu primer día de escuela. Tu primera amiga de verdad, Brenda. Tu primer día en la secundaria y el lindo uniforme que portabas. Aquella ocasión en que ganaste la feria de ciencias y llevaste a casa ese trofeo con la forma de una célula. Parecías una niña muy feliz.
Te vi crecer. A tu cuerpo cambiar. Te volviste más alta, tu cuerpo se hizo esbelto y tu rostro más bello que nunca. Fui testigo de la forma en que los otros empezaban a verte de forma distinta. Las miradas de las chicas envidiosas. Los ojos acosadores de los varones. Mientras todo esto sucedía ante mis ojos, me di cuenta que yo también cambiaba. Me hice vieja. Me volví débil. Me quedé sin ilusiones. Herida. Perdí la voluntad por escapar de mi dolorosa vida. Lo único que me hacía continuar era esta ventana hacia tu vida. Viví mis días a través de los tuyos. Observarte era entretenimiento suficiente para mí. Jamás sabrás las incontables formas en que me salvaste de los malos pensamientos, los días horrorosos y todo ese dolor que estaba sufriendo.
Vi ese día que un atractivo joven pasó a recogerte en un convertible rojo. Tu madre no estaba de acuerdo, pero entendía que no tenía opción. En algún momento tendrías que desplegar tus alas y aprender a volar. Llevabas un espectacular vestido de flores que combinaba a la perfección con las flores del patio. Llegaste muy tarde esa noche. Cargabas un oso de peluche y los restos de un algodón de azúcar. Imaginé que habías ido a la feria y lo mucho que te habías divertido durante el paseo. Estaba realmente feliz de que disfrutaras tu primera cita. Y después llegaron esos besos mágicos. Él te inclinó, ruborizándote, y te plantó un beso. Tus mejillas se pusieron tan rojas que al instante supe estaba atestiguando tu primer beso. Cerré los ojos, intentando imaginar lo que estabas sintiendo. Durante un instante, me imaginé con aquel vestido, con una sonrisa enorme, mariposas en mi estómago y un beso en mis labios. Pero estaba feliz por ti.
Me hubiera gustado agradecerte por permitirme vivir una vez más. Por alentarme a soñar otra vez. Me habría gustado darte las gracias, pero no podía ir hasta ti. No podía hablarte. No sabía cómo. Si tan sólo supieras sobre mi ventana.
Pero entonces, un día, lo escuché hablando sobre ti. El hombre con el que vivía te había visto. Lo escuché quejarse de que las chicas lindas como tú no deberían mostrar sus piernas de esa forma. En el momento que mencionó tus piernas, supe que se había terminado. Sabía que te convertiría en su próximo trofeo. Tenía que alejarte de él. Esta era mi oportunidad para agradecerte. No permitiría que te convirtieras en mí.
Había tenido suerte. No sabía por qué me mantenía con vida. Las otras chicas llegaban pero jamás salían vivas. Y a través de todos estos años, él siempre me mantuvo aquí abajo. Creo que se debió a que todavía podía observar algo de luz en mí. Todas las otras chicas estaban muertas incluso antes de que les quitara la vida. En los ojos de estas chicas se distinguía una total falta de esperanza incluso mucho antes de que él las asesinara perversamente frente a mí, vanagloriándose de sus actos.
Pero a mí no me sucedió lo mismo. Tú me mantuviste a flote. Tenía mi pequeña ventana. Una pequeña grieta en las paredes de este sótano que llamaba hogar. No se sentía cómodo con el hecho de que no pudiera doblegarme. No sabía sobre la pequeña grieta. Así que me conservó para ver cuánto tiempo podía aguantar. Era un juego enfermo, una competencia que estaba ganando gracias a ti.
Pero entonces puso sus ojos en ti. Yo sabía el destino que te esperaba si llegaba a posar sus malvadas manos sobre ti. Reuní toda la fuerza que me quedaba, y finalmente me preparé para hacer algo al respecto.
Quería agradecerte. Porque si estás leyendo esto, significa que lo hice. Reuní todo mi valor, lo empaqué minuciosamente para la acción, y empecé a idear mi plan para escapar de una vez por todas. Le haría creer que había muerto. No sé si funcionaría. Pero si lo lograba, vendría por mí. Inmediatamente lo patearía lo más fuerte posible y en el lugar más sensible. Después, tomaría las llaves y correría lo más rápido que pudiera para dejar esta carta en tu buzón. Tengo la sensación de que me perseguirá y eventualmente terminará recapturándome pues estoy débil… muy débil. Desgastada. A duras penas todavía existe un ser humano en este cuerpo. De cualquier forma, desde hace mucho que estoy lista para dejar este mundo. No espero que nadie me vea o escuche. Esta calle es tan desierta. Pero tan pronto como recibas esta carta, sabré que hice mi parte y estarás segura.
Los monstruos son reales. Este se llama Ryan Morehouse. Es tu vecino de enfrente. Me ha mantenido cautiva en su sótano desde hace mucho tiempo. Ya perdí la cuenta de los años, pero ahora debo estar por llegar a los treinta. Tenía apenas 15 años cuando llegué. Mis padres seguramente me buscaron. Por favor, no les digas nada sobre mí. No quiero que sepan las torturas por las que tuve que pasar. No quiero que me vean así. Lo único que quiero es que des parte a la policía. Su naturaleza siniestra y mente perversa sólo pueden detenerse si está tras las rejas.
Encontrarán cuerpos colgados entre las paredes del sótano. He aprendido a vivir con el olor pero se darán cuenta en el instante que bajen aquí. Hay muchas chicas jóvenes en las paredes de mi habitación aquí abajo. Diles que las traten con delicadeza. Fueron buenas muchachas. Han sido mis compañeras. Mis amigas.
Pero sobre todo, quiero darte las gracias. Tú eres la única que me mantuvo a flote. Eres mi luz. Y ahora, estoy escapando gracias a ti. Escapando de este horrible encierro. Escapando de esta horrible vida, aunque eso signifique tener que morir.
Con cariño, la chica que te vio crecer.
Encontramos esta carta en nuestro buzón de correo. Tras contactar a las autoridades, la policía allanó la residencia de nuestro vecino al otro lado de la calle. En el transcurso de cinco días, localizaron un total de 15 cadáveres ocultos en diferentes partes de la casa. Planeaba secuestrar a nuestra hija, pero gracias a esta misteriosa extraña el plan fue interceptado. Todavía no encontramos a la mujer que escribió esto. Nos gustaría pensar que salió con vida, desafortunadamente no parece ser así pues Ryan Morehouse está fugitivo. Ni siquiera sabemos su nombre. Pero encontramos la pequeña grieta en la pared, esa pequeña ventana a través de la cual observó a nuestra hija crecer.
* Historia: MTLStoriesPaty,
* Edición: Marcianosmx
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