el crepusculo del demonio (fragmento)
La vasta llanura celeste se extiende bajo un cielo dorado y agrietado por rayos divinos. Frente a la majestuosa ciudad flotante conocida como la Fortaleza Divina, un ejército compuesto por las más puras criaturas celestiales y dioses de todos los rincones del universo se prepara para la batalla final. Por primera vez en milenios, las deidades han dejado a un lado sus diferencias para erradicar una amenaza común: Negrus, el demonio conocido también como M. Negra. Al frente de las filas angelicales está el hermano de Negrus, Spike, blandiendo su katana celestial con el filo gris y el mango blanco que brilla como la aurora.Negrus, de pie en el centro de un cráter ennegrecido, observa con calma cómo el cielo se oscurece a medida que se aproxima el ejército. Sus ojos, uno amarillo como un sol decadente y otro rojo como un amanecer sangriento, brillan con una intensidad que revela su naturaleza inhumana. A pesar de su apariencia imponente, Negrus siente el peso de la batalla que está por venir. Los aros que rodean sus brazos y piernas vibran ligeramente, respondiendo a la abrumadora energía celestial que llena el aire.Desde el frente del ejército, un dios con una armadura dorada alza su lanza y proclama con voz atronadora:—Hoy, Negrus, termina tu reinado de terror. Tus pecados no serán perdonados.Negrus sonríe con ironía, aunque su sonrisa no alcanza sus ojos.—¿Terror? Lo único que hice fue existir. Pero si quieren luchar... no voy a contenerme.Con un movimiento de sus brazos, una oleada de energía oscura surge desde su cuerpo y se expande como una marea, barriendo con la primera línea de ataque.El Plan de los CielosLos dioses y ángeles no han venido sin prepararse. Durante siglos han recopilado información sobre Negrus, sus habilidades y, lo más importante, sus debilidades. Han trazado un plan meticuloso para asegurarse de que este sea el día en que M. Negra caiga.Destrucción de la CapuchaUn dios del trueno, de enorme estatura y con ojos que destellan electricidad, es el primero en atacar. Alzando un martillo adornado con runas, canaliza un rayo que impacta directamente en la capucha de Negrus. El golpe es devastador, arrancando parte de la tela y dejando al descubierto el cabello azul brillante del demonio. La capucha vibra mientras su hechizo protector comienza a desmoronarse.—¡Negrus! —grita Spike desde el cielo, descendiendo con rapidez y blandiendo su katana. Su filo deja un destello plateado en el aire antes de alcanzar el torso de su hermano, dejando una herida imbúda con energía celestial.El demonio retrocede, llevando una mano a la herida que arde como si fuera lava. La sangre negra que brota de su cuerpo mancha la tierra, pero Negrus apenas pestañea.—Spike... —murmura Negrus con una mezcla de tristeza y furia—. Siempre tan obstinado.Encerrado en SalMientras los golpes continúan cayendo, un grupo de dioses trabaja en secreto para trazar un gigantesco círculo de sal alrededor de Negrus. La sal comienza a irradiar un campo de energía que lo atrapa. Cada intento de Negrus por atravesarlo es en vano; la barrera actúa como un muro impenetrable.—¡Es el fin, hermano! —grita Spike, avanzando hacia él. Su espada está lista para dar el golpe final.Negrus siente el sudor recorrer su frente. Las heridas, el campo de sal, la capucha desgarrada... todo se suma. Pero lo que más pesa sobre él es la voz en su interior, la voz de Sombra.—¡Ríndete! —ruge Sombra, su voz resonando en la mente de Negrus—. Dame el control y acabaremos con todos ellos.Negrus niega con la cabeza. No puede ceder. Sabe lo que ocurre cuando Sombra toma el control.El Descontrol de SombraCon su capucha al borde de la destrucción, Negrus comienza a perder el control. Sus ojos brillan con una intensidad peligrosa, y su cuerpo emite una energía que hace temblar el suelo. El poder desatado de Sombra crea un remolino de energía oscura que arrasa con gran parte del ejército, dejando un rastro de destrucción.Spike, de pie entre los escombros, observa a su hermano con horror. La figura que tiene delante ya no parece humana ni demoníaca. Es algo más antiguo y aterrador.—Negrus... ¿todavía estás ahí? —pregunta con un hilo de voz.La voz de Negrus, mezclada con la de Sombra, responde:—¿Acaso importa?La HuidaNegrus, consciente de que no puede ganar esta batalla, concentra toda su energía restante en un último ataque. La explosión resultante destruye parte del círculo de sal, permitiéndole abrir una brecha para escapar. Cojeando y con sus heridas ardiendo, se teletransporta lejos, dejando el campo de batalla devastado.El Refugio en el BosqueAparece en un bosque sombrío, donde los árboles son tan altos que bloquean incluso la luz de las estrellas. Su capucha cuelga en jirones de su cabeza, incapaz de contener completamente el poder de Sombra. Las heridas en su cuerpo lo hacen tambalearse, pero no puede detenerse. Sabe que necesita ayuda.Con pasos pesados, se dirige hacia una pequeña cabaña oculta entre las sombras del bosque. Allí vive la creadora de su capucha, una demonio anciana conocida como Mara, experta en objetos encantados.Cuando llega, Mara lo observa con una mezcla de preocupación y exasperación.—¿Otra vez te has dejado destruir esto, Negrus? —dice mientras examina los jirones de la capucha—. Sabes lo delicado que es su tejido.Negrus sonríe débilmente antes de desplomarse en el suelo.Reparación y AdvertenciaMara comienza a trabajar en la capucha mientras Negrus descansa. La anciana demonio le advierte una vez más:—Cada vez que reparo esta capucha, los sellos que contienen a Sombra se debilitan. No sé cuánto más podré mantenerlo bajo control.Negrus asiente, consciente de que está jugando con fuego. Sin embargo, también sabe que sin la capucha no tendría ninguna posibilidad contra el ejército que lo persigue.—Hazlo, Mara. Solo necesito algo de tiempo.Mara suspira y sigue trabajando, mientras murmura en voz baja:—Tiempo es lo único que siempre parece faltarte, Negrus.Un Nuevo CapítuloCon su capucha reparada, aunque más débil que antes, Negrus se prepara para lo que viene. Sabe que no puede seguir huyendo. El ejército de dioses y ángeles no se detendrá, y cada batalla lo deja más vulnerable. Pero también sabe que no está solo: Mara y, en cierta forma, incluso Sombra son parte de su lucha.En lo profundo del bosque, Negrus comienza a trazar un plan. No solo para sobrevivir, sino para enfrentar a quienes lo persiguen y, tal vez, encontrar un sentido a su existencia.La Decisión DifícilConsciente de que Mara no puede reparar la capucha infinitamente, Negrus empieza a buscar formas de reforzar su control sobre Sombra sin depender completamente de su accesorio. Esto lo lleva a explorar secretos demoníacos antiguos en el bosque, donde los susurros de las almas perdidas y las ruinas olvidadas ocultan conocimientos prohibidos.En una de sus exploraciones, encuentra un antiguo altar dedicado a un dios olvidado, un ser cuya energía emana un aura similar a la de Sombra. Negrus contempla si usar este poder para fortalecerse, pero sabe que esto podría tener consecuencias impredecibles.—Cada decisión que tomo solo me lleva más lejos de lo que era —reflexiona en silencio—. Pero no puedo quedarme quieto.La Resistencia del BosqueLa oscuridad del bosque se extiende como un manto impenetrable, ocultando a Negrus mientras sus heridas comienzan a cerrarse lentamente bajo el influjo de su energía demoníaca. Aunque la capucha reparada por Mara contiene momentáneamente el poder de Sombra, las advertencias de la anciana demonio resuenan en su mente. Sabe que su tiempo es limitado.Negrus encuentra refugio en las profundidades del bosque, donde incluso las criaturas demoníacas más feroces temen adentrarse. Los árboles, antiguos y retorcidos, forman un laberinto natural que parece responder a la presencia de su nuevo habitante. El demonio no está solo; el bosque mismo parece protegerlo, consciente de que alberga a una entidad cuya supervivencia desafía tanto a los cielos como al inframundo.El Consejo de los CielosEn la Fortaleza Divina, Spike se encuentra frente al consejo de los dioses, quienes discuten el siguiente movimiento tras la desastrosa batalla en la llanura celestial. Las bajas en sus filas son significativas, pero la determinación de los cielos no ha flaqueado.Un dios de barba plateada y ojos brillantes se levanta.—Negrus no es invencible. Hemos visto que sus debilidades pueden ser explotadas. El bosque puede parecer impenetrable, pero nada es imposible con la fuerza de los cielos.Spike, con su katana descansando sobre sus piernas, asiente.—Lo encontraré. No importa cuánto tarde ni cuánto deba sacrificar. Esta vez no escapará.Los dioses acuerdan enviar un escuadrón élite de ángeles, liderados por Spike, para invadir el bosque y terminar con Negrus de una vez por todas. Con armas imbuidas de energía celestial y sellos mágicos para contrarrestar las trampas naturales, parten hacia su misión.La Defensa del BosqueNegrus siente la aproximación de sus perseguidores mucho antes de que lleguen. El bosque susurra advertencias a través de las hojas y el viento. Cada criatura, desde los insectos hasta las bestias más grandes, responde al intruso. Negrus, debilitado pero determinado, decide usar el terreno a su favor.Concentrándose, extiende su energía demoníaca a través de las raíces y los troncos de los árboles. El bosque, alimentado por su oscuridad, comienza a transformarse. Los árboles se retuercen, sus ramas convirtiéndose en garras, mientras que los arbustos se llenan de espinas venenosas. Criaturas nocturnas emergen, sus ojos brillando con una mezcla de temor y lealtad hacia Negrus.Cuando los ángeles llegan, el bosque está listo. La primera oleada de soldados celestiales es recibida por una tormenta de espinas y ramas animadas que desgarran sus armaduras. Aunque sus espadas brillan con luz divina, los árboles parecen crecer infinitamente, regenerándose tras cada corte.Spike avanza al frente, su katana brillando con un resplandor que corta la oscuridad. Con un movimiento rápido, libera un corte de energía que despeja el camino frente a él, pero el bosque no se rinde. Una criatura gigantesca, formada por la unión de árboles y energía demoníaca, emerge para enfrentarlo.El ConfrontamientoMientras Spike lucha contra la criatura, Negrus observa desde las sombras. La presencia de su hermano es una mezcla de dolor y rabia. Aunque sabe que no puede derrotar al ejército completo, también comprende que no puede permitirles avanzar más.Finalmente, decide intervenir. Con un salto, aparece frente a Spike, bloqueando el golpe final que este estaba a punto de dar a la criatura.—¡Basta, Spike! Este lugar no te pertenece.Spike lo mira, su expresión endurecida por la determinación.—No descansaré hasta que pagues por lo que hiciste, Negrus. Por todo el dolor que causaste.Negrus aprieta los dientes, su mirada se oscurece.—¿Dolor? ¿Crees que yo no sufro, Spike? Lo que soy ahora es por culpa de los mismos que ahora lideras.Ambos hermanos intercambian golpes, sus armas chocando con una fuerza que hace temblar el suelo. Aunque Negrus está debilitado, su determinación y el apoyo del bosque le permiten igualar la fuerza celestial de Spike.La Decisión de MaraEn otro punto del bosque, Mara observa la batalla desde una distancia segura. La anciana demonio, aunque no interviene directamente, murmura hechizos para fortalecer las defensas del bosque. Sin embargo, sabe que esto no será suficiente. Los cielos son persistentes, y la capucha de Negrus no resistirá otro enfrentamiento prolongado.Finalmente, Mara toma una decisión drástica. Utilizando un antiguo artefacto mágico, lanza un hechizo que cubre el bosque en una niebla impenetrable. Los ángeles, incapaces de ver o sentir la energía de Negrus, se ven obligados a retroceder temporalmente.Spike, frustrado, grita:—¡Cobarde! Esto no ha terminado.Negrus, jadeando, mira hacia la niebla que ahora lo envuelve.—Gracias, Mara...Un Nuevo RefugioCon los cielos temporalmente repelidos, Negrus se retira más profundamente en el bosque, guiado por los susurros de Mara. La anciana lo lleva a una cueva oculta donde podrá descansar y recuperar fuerzas. Allí, Negrus reflexiona sobre su situación.—No puedo seguir huyendo para siempre, Mara. Esto tiene que terminar.La anciana asiente lentamente.—Lo sé, Negrus. Pero para enfrentarlos, necesitarás algo más que fuerza. Necesitarás entender el verdadero poder de Sombra y hacerlo tuyo sin depender de la capucha.Negrus mira la capucha reparada, consciente de que Mara tiene razón. Mientras tanto, en la Fortaleza Divina, Spike y los dioses preparan su siguiente movimiento, decididos a no permitir que M. Negra escape de nuevo.La batalla está lejos de terminar, y Negrus sabe que la única manera de sobrevivir será enfrentando no solo a sus enemigos, sino también a sí mismo y al poder que reside en su interior.
diganme si os gusto, es un pequeño fragmento de una historia nueva que are para negrus, donde el narrara todo desde su vista
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