• Daré todo por ti •
Su mano azotó contra la pared, provocando un golpe seco, apretaba sus dientes con fuerza, retenía el coraje y las ganas de golpear a su acompañante.
—¡¿Crees que a mi me agrada que mi delicada hija salga con tu hijo?! Sin embargo, a diferencia tuya.... ¡Yo si puedo dejar a un lado las diferencias y aceptarlo como a un hijo más! ¿Y tú qué hiciste? ¡Lo abandonas como si nada! ¡Me enfermas Derek!
—Helena... Soy más que consiente de lo que hice con Yuu, sí, lo abandoné ¿Y sabes por qué? Por que a Yuu lo puedo tirar a un río y se que volverá, puedo encerrarlo y él podrá salir... Por qué sé que él estará bien solo...
Hubo un silencio, la mujer golpeó al chico en la mejilla.
—No tienes corazón Derek, solo lo estás alejando, vas a arrepentirte de tus decisiones y-...
Vio al castaño llorar, una acción que la desconcerto.
—Sí te arrepientes de tu error...
Negó, el chico negó con seguridad y se deslizó por la pared donde estaba siendo acorralado.
—Lloro por que ni si quiera voy a poder verlo más adelante, por que cuando se case yo ya no voy a estar, cuando tenga a su primer hijo o hija yo ya no voy a estar, por qué fui idiota al creer que mi vida a iba a mejorar e iba a tener la familia que siempre quise...
—¿Entonces por qué lo alejas? ¿Por qué no puedes tragarte tu orgullo por una vez? Entiendo que tu y yo nos odiamos, pero no entiendo por que no puedes hacer una excepción...
—¿Y todavía lo preguntas? Minamoto Aoi no fue la única que me hizo daño, tú también lo hiciste Helena... ¡Tú también me dañaste! ¡¿Ya se te olvído?!
...
Años atrás, en el año del tigre, cierto chico castaño caminaba junto a su primo en dirección a la residencia Tachibana, hablando sobre sus planes de vida.
—Osea que quieres dejarle el puesto a tu hermana
—Sí Izar... Se que ella está más emocionada, por así decirlo, además, ¿No estas cansado de todo? Claro que no podré huír de la muerte... Pero he pensado que mejor me mantengo al margen, tal vez estudie algo que me guste o buscar un trabajo más tranquilo, no lo sé... Tal vez me gustaría enamorarme y tener una familia de ensueño—comentó con burla lo último—.
—¿Le estás sacando ventaja ahora que no estas en el templo y a Suga?
El chico iba a protestar cuando una llamada se hizo presente.
—Contesta, luego discutimos...
El castaño asintió y contestó sin mirar el número, se congeló al escuchar la voz.
"Regresa ahora, tenemos problemas..."
—¿Rigel?
"Te encontró, sino regresas ahora, no solo tú tendras problemas..."
—¿De qué hablas? ¿Qué problemas pod-...
El celular del chico cayó al suelo, frente a él estaba una persona a la cual podía admitir que le tenía un miedo inexplicable.
—¿C-có-cómo...?—tartamudeaba con miedo, volteó a ver a Izar, quien estaba siendo detenido por un hombre— I-izar... N-no... Yo...tú... N-.no
Fue tomado del brazo, avanzó sin problemas, era como si su cuerpo respondiera al hombre.
....
En la residencia Minamoto un chico castaño estaba sentado apretando sus puños con fuerza, al ver a su primo entrar, no lo vio a los ojos, vio al suelo, ambos estaban solos.
—Lo siento...
No hubo respuesta, el chico seguía asustado.
—Helena... Te vendió, mi tía fue a la residencia Tachibana y te vieron junto a Izar, Helena era de los pocos que sabían y ella... Nos entregó, por favor no te enojes con Helena, ella no sabí-...
El chico guardo silencio cuando vio al castaño llorar, pero fue más su sorpresa al verlo lastimado de la mejilla.
—Papá... Dijo que me porte mal, que cause muchos problemas... Meresco ser cadtigado...
Habló sin emoción alguna, como si el chico se olvidara de estar vivo.
....
La mujer de cabello castaño claro se sentó a un lado del castaño.
—Hay muchas cosas por las que nos odiamos... Pero... Quiero que me cumplas algo...
—¿Qué cosa?
—Vas a cuidar de Yuu, si él llegara a tener un hijo o hija con Odetta... Vas a cuidarlos con tu vida, no me importa si te amenazan a muerte, quiero que los cuides...
—Derek tú...
—Entiende que yo ya no voy a estar vivo, se acabó... Voy a morir, al fin voy a morir como tanto desean... Y sabes qué más... La diferencia entre tu y yo, es que yo aprecio a Odetta como a una hija más, la acepto sin problemas... Pero jamás usaria a un hijo mío para arreglar un error estúpido, prefiero morir a tener que usarlo...
El chico se levantó del suelo, comenzando a caminar a la salida, no sin antes despedirse.
—Por cierto, se vienen tiempos díficiles... Y como dije, voy a morir... Pero voy a morir por ver a nuestros hijos ser felices...
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