Josué detiene el sol
Este será un capítulo bastante corto. Solo quiero hacer una precisión sobre el pasaje en que Josué lucha contra los amorreos y y ordena que el sol se detenga para prolongar y terminar la carnicería.
Josué 10
10 Yahvé los desbarató ante Israel, que les causó una gran derrota en Gabaón: los persiguió por el camino de la subida de Bet Jorón y los fue destrozando hasta Azecá (y hasta Maquedá).
11 Y, mientras huían ante Israel por la bajada de Bet Jorón, Yahvé lanzó
del cielo sobre ellos hasta Azecá un gran pedrisco, que acabó con ellos. Y fueron más los que murieron por el pedrisco que los que mataron los israelitas a filo de espada.
12 Entonces, el día en que Yahvé entregó a los amorreos en manos de los israelitas, habló Josué a Yahvé, en presencia de Israel. Dijo:
«Deténte, sol, en Gabaón,
y tú, luna, en el valle de Ayalón.»
13 Y el sol se detuvo y la luna se paró hasta que el pueblo se vengó de sus enemigos. Como bien se sabe, esto está escrito en el libro del Justo. El sol se paró en medio del cielo y no tuvo prisa en ponerse como un día entero. 14 No hubo día semejante ni antes ni después, en que obedeciera Yahvé a la voz de un hombre. Es que Yahvé combatía por Israel.
Reparemos en primer lugar que el mismo Jehová se pone a combatir y mata con el pedrisco a medio ejército amorreo. No parece esto muy acorde con la idea del Dios amoroso que nos han inculcado.
En segundo lugar hoy sabemos que si el sol se detiene, eso significa realmente que la Tierra deja de girar. Y la tierra gira a una velocidad de 1674 km/h. Pensad en lo que sucedería si vas subido en el techo de un coche, sin sujeción, y tomas una curva a esa velocidad. Y pensad lo mismo si el coche frena bruscamente.
En el caso que nos ocupa, si la tierra deja de girar, igualmente todo lo que no estuviese fijado a ella saldría despedido tangencialmente. En aquel tiempo el espacio se llenaría de vacas, ovejas, cacharros de cerámica, calzones de lino, turbantes, y el mismo Josué se perdería en las profundidades cósmicas blandiendo su espada.
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