Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Energía

Allí, en el fondo del glaciar, la nave expulsaba sus últimas nubes de humo desde sus tuberías, mientras los tripulantes, Agnes y Robg, trataban de salir con un arma de calor que se dispararía en cuanto las baterías funcionaran y el computador dijese que era seguro usarla.
-¿Estás bien?-preguntó Robg
-Debes abrirte camino o morirás congelado junto a las baterías.

La perforación al costado del estómago de Agnes tarde o temprano terminaría matándola.
Robg entendió lo que quiso decir su compañera y llevó la última batería que quedaba y la conectó a un traje que lo mantendría lo suficientemente caliente para sobrevivir por un tiempo. Mientras su compañera se desangraba, él accionaba el arma de calor con forma de anillo en la compuerta.
El vapor de agua salió desde el agujero de hielo. Robg ahora caminaba para buscar un referente de señal electromagnética y así ubicar algo o a alguien. No podía ser tan malo, el caer en un planeta así no te ofrecía demasiadas posibilidades de sobrevivir, pero te daba vistas hermosas a su superficie nevada y completamente blanca.
La caminata había durado unas horas hasta que la batería empezó a agotarse y la calidez del traje de Robg también. Cayó en el suelo y pensó en algo que pudiese sacarlo de allí. Volver a la nave tal vez, pero sólo por un par de días hasta que la vida útil de la baterías se agotase, pero el motor era parte de lo que las recargaba, aunque éste también dependía de combustible. A parte de ello, la comida escasearía, y el agua...
Ambas eran muertes seguras, pero tal vez la opción de quedarse fuera no. Con la frecuencia adecuada, contactaría a alguien quizá asi que sólo debía ascender más y llamar a alguien que pasara cerca. Depende también de que planeta fuera ese, así sabría si era habitado por otros humanos, o si habían dejado algo. Las horas seguían pasando y Robg había vuelto a la nave por el tobogán de hielo que había dejado el arma calorífica. Era mejor morir caliente y con comida que buscando ayuda y morir con frío.
La primera opción era más cómoda, el cuerpo de Agnes se encontraba tirado un par de metros más allá. La sangre coagulada tenía un aroma de hierro. Había que enterrar el cuerpo.
-No hay que ser irrespetuoso-se dijo a sí mismo Robg.
Llevó los restos de su compañera con unos cables sujetó al torso y su cuello, y jaló los casi setenta kilos del cadáver.
Por unos momentos pensó en canibalismo si la comida se acababa pero decidió mejor enterrarlo todo en la nieve y dejar una placa de metal como aviso de defunción. Al entrar cogió uno de los manuales de navegación por si antes se le había pasado algo y aquello fuera causa del accidente. Pero nada, ni el movimiento diagonal, o propulsión con hazes de energía desde el motor.
Pudo ser una corriente de partículas cargadas en la atmósfera, pero tal vez no habían estado demasiado cerca. La energía de la nave se consumía en la calefacción y las luces. Robg recordó que había un reproductor que mostraba la trayectoria de la nave, si lo analizaba podía entender el fallo que llevó a la nave a caer en tal lugar. Apagó las luces pero no la calefacción, sacó las bolsas de comida y depósitos de agua que se empezaban a congelar cuando la calefacción estaba apagada. -Debo... encontrar.. Aquí está!
Un error en cuanto a uno de los propulsores y su sellado en las placas metálicas era el problema pero no había forma de comprobarlo, además de todas formas moriría allí.
-Un momento, sólo debo encender los demás propulsores.
Aunque uno hubiese fallado, la mayoría aún funcionaba de manera normal. Aún había un problema, todo podría hacer explosión y el pedazo de hielo se rompería en mil pedazos junto a Robg. ¿Pero y si no?

Derretir el hielo costaría energía, demasiada energía que la nave tardaría en generar desde el reactor. Y eso considerando que funcionase aún ¿Pero entonces como? Esperar a que la luz solar lo hiciese era ridículo pues si no lo había hecho en los millones de años de existencia del planeta ¿por qué lo haría para salvarlo a él? Antes de saber que hacer, debía ante todo saber como hacerlo.
Si hacía funcionar el motor de partículas cargadas entonces adquiría un brillo naranja al extremo del metal y la propulsión lo empujaría hacia el hielo aún más. Podría desarmar los contenedores de combustible y luego encenderlo, pero no es fácil tener un reactor nuclear en la palma de la mano a miles de grados. Aún así, tenía el combustible, un material inflamable para un bloque de hielo gigante. Lo irónico era no poder encenderlo, ni con los cables que conformaban la conducción de energía al igual que el funcionamiento de la red de nitrógeno para el enfriamiento. Ummm... nitrógeno.
Podría hacer un soplete frío para romper las válvulas de conducción interna y exponer el combustible como una manguera. Y luego hacer lo mismo con lo único que se interponía entre una chispa y él. Placas de metal para el sellado correcto del reactor en su propio segmento dentro de la nave, lo suficientemente aislado para no desintegrar a Robg si explotaba. Hacerlo exigiría cantidades de nitrógeno enormes para placas tan gruesas. Robg se tendió entre la entrada de la nave y el hielo, pensando en una solución.
¿Cómo derretir aquella gruesa capa de hielo, sin hacer explotar el combustible y sin arrancar el reactor de la nave? A Robg se le había ocurrido algo que quizá podría funcionar. Vapor de agua.
Había agua en las reservas de la nave. Si lograba separar el hidrógeno del oxígeno entonces tendría gases altamente inflamables. Pero el vapor era mejor para no volar en pedazos inmediatamente y podía esparcirlo con una manguera para reducir la temperatura del agua congelada que absorvería la energía del vapor haciendo que se volviese agua en su forma cálida, algo helada pero a comparación de su actual estado, sería caliente. La condensación del vapor y el derretimiento del hielo darían lugar a una cascada de agua pura abriendo paso a la nave, dejándola resbalar hasta dejarla en posición horizontal haciendo posible el despegue. Era el plan perfecto. Pues era eso o una electrólisis con el mismo líquido para una explosión apenas controlada de hidrógeno y oxígeno, y si hubiese sido con el combustible de iones, el riesgo era igual o mayor a ser afectado por la explosión recurrente de la oxidación del contenido de los tanques.
Pasó el resto de la noche con la extracción del hielo para calentarlo y volverlo líquido a parte de las reservas limitándose a dejar unos cuantos litros para su consumo personal.
La evaporación gracias a la reacomodación con válvulas y tubos apenas refrigerados con poco nitrógeno y evitar un recalentamiento, libró la nave del hielo, que no era una gran área que derretir ya que se podía abrir una entrada por el costado de la estructura cilíndrica de la nave.
Allí el hielo podría romperse por si sólo gracias el peso del vehículo. Entonces los motores se encendieron y las corrientes de energía salieron por los propulsores de la parte posterior derritiendo el hielo cercano, Robg impulsó la nave.... pero ésta no se despegó del suelo. Era como un movimiento hacia el lado derecho en vez de que los impulsores de ambos lados pudiesen hacer algo. ¿Qué rayos era eso?
La nave con más energía aún, se separó del suelo casi medio metro antes de caer. ¿A caso los propulsores fallaban? ¿O habría algún artefacto magnético gigante con suficiente fuerza para mantener pegada la nave?
La nave no indicó nada parecido a kilómetros a la redonda.
Robg recorrió los alrededores, no había nada. Sólo hielo y montañas oscuras más allá de eso. No había podido avanzar demasiado hasta que la batería del traje se agotó. Tal vez no había llegado a ver algo que en ese momento impedía el despegue.

Unas placas de hielo se rompieron hasta caer en un espacio vacío cerca de donde caminaba Robg. Era eso, un espacio vacío, uno que se extendía en forma de grieta lineal gigante como un cañón congelado. Se acercó para ver el fondo, no tenía uno al parecer.

Una fuerza lo atrajo casi al punto de hacerlo caer en aquel oscuro abismo pero logró quitarse antes.
No era posible. Lo más parecido que había a eso, según la clasificación, era un agujero negro pero no específicamente, pues cualquier cuerpo celeste con suficiente masa podría hacerlo. Un pozo de gravedad.
Pero era eso o un imán gigante.
Agarró un pedazo de hielo del borde de las placas que habían caído antes. Lo soltó a un costado del abismo para luego soltarlo ahí mismo, comprobando que había una fuerza aún mayor. Entonces.... la fuerza de atracción dependía de la masa obviamente. Y si una corriente de partículas cargadas había golpeado la nave de Agnes y Robg, la recuperación habría sido inmediata pero la atracción de aquel abismo había empeorado las cosas matando a su compañera y mandando la nave de Robg y a él directamente al infierno. Uno de donde no podrían salir nunca si no era con ayuda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro