Los personajes de Boku no Hero Academia no me pertenecen, sólo el amor que les tengo.

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Situación: Shinsou buscando el regalo de aniversario para regalarle a Monoma
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Con sólo ver los precios de aquél local, Shinsou siente que la hogareña casa de dos pisos donde vive es transformada en una choza en medio de un basural.

Era su primer aniversario, debía regalarle algo. Ya hace un par de días notó —por error— la habitación repleta de todos los regalos que su pareja le estaba comprando para la ocasión. En una situación ideal, teniendo una pareja normal, la contraparte no prestaría atención al valor monetario del regalo; sino que al esfuerzo puesto en elegirlo. Pero su querido novio estaba lejos de ser una persona normal.

Observa el precio de una camisa a rayas maldiciendo su suerte. Le alcanzaba, para eso y algo más; pero era sólo tras mucho ahorro de un pesado trabajo de medio tiempo, y estaba seguro que Monoma ya tenía camisas, pantalones y una copia exacta de cada vestimenta del local en su guardarropa.

Deja las prendas que había estado viendo en cada perchero de dónde las sacó y da una negativa de cabeza a una ayuda que le ofrecía un empleado del local. Sale a la calle y busca ideas en su celular, una cena también era una buena opción; el problema se encontraba en que Monoma ya lo había paseado por cada restaurante “fino” —aquéllos a los que aceptaba ir— de la ciudad y no se sentiría cómodo llevándolo a alguno dónde su pareja ya se haya gastado un dineral. Pero “Oh” sale de sus labios cuándo en medio de la búsqueda aparece un nuevo restaurante que no habían visitado, aún mejor, se concentraban en la comida francesa.

No podía perder más tiempo, entre todos sus horarios ocupados —su entrenamiento con Aizawa-sensei, las clases, el nuevo trabajo— se tuvo que dejar todo para el último momento.

Monoma se quiso fingir el desinteresado en el tema, así que sólo arreglaron el reunirse dentro de una hora para pasar el tiempo en su habitación de la Academia. Hasta el momento no sabía cómo haría para darle todos los presentes, así que esa sería su oportunidad. Sería él quien sorprendería a su novio que tendría las manos vacías, sacándole la oportunidad de lucirse tirando el dinero a montón. Cuándo se detiene en una esquina para marcar el número del restaurante, se sorprende del tipo de pensamientos que alberga su mente desde que había empezado a salir con su hermoso rubio.

“Buenas tardes, restaurante X. ¿En que le puedo ayudar?” —rápidamente le atienden desde el local gastronómico.

“Buenas tardes, yo… Quisiera hacer una reserva”

“Excelente, ¿Qué fecha está considerando? Debo avisar que las reservas están ocupadas hasta los próximos dos meses” Shinsou sintió que se le caía el alma el suelo.

“¿Es así? Yo…” escucha como la empleada se aleja del teléfono por un momento.

“Señor, es posible que podamos conseguir un lugar. Pero necesito saber su nombre para hacer desde ya la reserva”

“Yo necesito la reserva para hoy” responde no muy confiado en tener suerte.

“¡Mejor aún! Pero voy a necesitar su nombre para hacer la reserva”

“Shinsou Hitoshi” declara sin pensarlo demasiado, en medio de la emoción por haber tenido tanta suerte.

“Bien señor, su reserva es para las 20 horas ¿Está bien para usted?”

“Perfecto, gracias” Corta el teléfono, dejando soltar mucho aire que llevaba retenido.

Ahora sólo le quedaba llegar a los dormitorios, darse una ducha y presentarse en la habitación de su novio con sus mejores galas —que, obviamente, el otro hubo elegido al comprar—.

Llega la hora y, tras mucha preparación en la que revisaba repetidas veces cada aspecto de su apariencia; para que su novio no encuentre las fallas por él, se hace la hora de irse. Sube el piso que los separaba desviando la mirada las dos veces que se encontró con compañeros y, tras escuchar un silbido cuando llegó a la puerta de Monoma, golpeó con la intención de sorprender a su novio.

—¿Quien es? —se escucha desde dentro.

—El único que decide pasar el tiempo contigo —responde de forma monótona, Monoma hace una risa irónica desde dentro, y abre una pequeña abertura en la puerta; donde primero muestra un rostro enojado para luego mostrar uno sorprendido.

—Eso es algo nuevo.

—Prepárate para ir a cenar —hace una mueca que finge ser sonrisa y que Monoma siempre se alegra por ver.

—Yo nací preparado —abre la puerta punto a punto para mostrar lo atractivo que lucía con uno de sus tantos trajes de diseñador, la hora de sorprenderse ahora era de Shinsou.

El rubio sale de la habitación con un hermoso y decorado ramo de rosas rojas en su mano, que estampa contra el pecho de su novio. Cierra la puerta de su habitación detrás suyo y se abraza de la cintura de su novio, sintiendo como este —aún sorprendido— lo rodea por el hombro para comenzar a caminar siguiendo su paso.

—Seguramente quedaste sorprendido cuándo conseguiste una reserva a última hora —hace fuerza en el agarre de la cintura para acercarlo hacia sí y dejar un beso en su mejilla— mejor suerte para la próxima.

Cuándo Monoma dirige la mirada hacia adelante, Shinsou deja una pequeña mordida en la parte trasera de su cuello; recibiendo una risa de respuesta. El año siguiente ya lo sorprendería.