Ganyu, por Ai:

En la tranquila región de Liyue, Ganyu, la secretaria de la Wangsheng Funeral Parlor, llevaba una vida de diligencia y dedicación. Sin embargo, detrás de su sonrisa tranquila y su actitud serena, Ganyu ocultaba un dolor profundo y una tristeza insondable.

Un día, mientras realizaba sus tareas diarias en la Wangsheng Funeral Parlor, Ganyu se encontró con un viejo libro de registros que había pertenecido a su madre, una Adepta con un conocimiento profundo de los secretos de Liyue. Al hojear las páginas amarillentas, Ganyu descubrió una serie de cartas escritas por su madre, expresando su amor por Liyue y sus deseos de proteger la región de las amenazas oscuras.

A medida que Ganyu leía las cartas, las lágrimas llenaron sus ojos. Recordó a su madre con cariño y sintió una profunda tristeza por su ausencia. Su madre había desaparecido misteriosamente hace años mientras exploraba las montañas de Liyue en busca de respuestas. La incertidumbre de su destino y la falta de cierre habían pesado sobre Ganyu durante mucho tiempo.

Las lágrimas cayeron sobre las páginas del libro mientras Ganyu dejaba salir el dolor acumulado. Se permitió llorar por su madre y por las preguntas sin respuesta que la habían atormentado durante años. La tristeza la envolvió como una sombra, y la soledad de su corazón se hizo evidente.

En las noches siguientes, Ganyu visitaba las montañas de Liyue, siguiendo los pasos de su madre en un intento de encontrar algún rastro de su paradero. Pasaba horas mirando las estrellas y preguntándose si su madre también las miraba desde algún lugar lejano.

Un día, mientras caminaba por un sendero empinado, Ganyu tropezó con una pequeña cueva oculta en la montaña. Con el corazón latiendo con fuerza, entró cautelosamente y encontró un rincón lleno de pertenencias de su madre. Cartas no enviadas, diarios y recuerdos de su vida pasada.

La tristeza de Ganyu se profundizó al darse cuenta de que su madre había estado cerca todo el tiempo, en ese rincón solitario de la montaña. Lloró mientras leía las palabras llenas de amor y sabiduría de su madre, sintiendo la pérdida de años de conexión.

Ganyu pasó horas en la cueva, sumergida en los recuerdos y las palabras de su madre. Luego, con el corazón pesado pero lleno de gratitud, salió de la cueva y dejó atrás una vela encendida en honor a su madre. Con cada paso que daba, sentía que finalmente había encontrado una forma de sanar y honrar el legado de su madre.

A partir de ese día, Ganyu encontró consuelo en su conexión con la memoria de su madre. Aunque la tristeza la acompañaría siempre, también llevaba consigo el amor y la sabiduría transmitidos por su madre a través de las cartas y los recuerdos compartidos. Cada vez que miraba las estrellas, sabía que su madre estaba ahí, guiándola y protegiéndola desde algún lugar lejano y etéreo.