Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🔥Muriqi. El luchador

*** Mi amiga msmileag siempre me decía que su ilusión sería que yo le escribiera una pequeña historia sobre su jugador favorito del Mallorca, Vedat Muriqi, pero que sabía que no la haría porque él no es un jugador ni tan mediático ni tan atractivo como otros. Algo que por desgracia es cierto. 

 Pero, a ella le gusta Muriqi que es lo que a mi me importa. 

Así que, por una vez, dejad a un lado que este jugador no sea ni tan guapo ni tan sexy como otros jugadores de los que les he escrito una historia, y disfrutad de la lectura y de la trama, que es de lo que se trata. Porque si, la belleza no lo es todo en una persona.

Y así también, homenajeo a mi amiga que ayer su Mallorca se clasificó para la Final de la Copa del Rey. 

Espero que os guste ***

📆MEDIADOS DE MAYO

📍MADRID

-Señorita Martín, ya puede entrar.

Asiento nerviosa a la petición del chico que me señala la puerta al final del pasillo por donde debo entrar. Allí detrás me espera "El Pirata" mi luchador favorito de la WMA, cuyo combate contra Diablo Beach acabo de ver como ganaba. A medida que mis pasos me llevan a esa puerta, siento los latidos de mi corazón cada vez más acelerados, pues el que vaya a conocerlo me tiene muy inquieta.

Gané un concurso en twitter, en el cual, quien acertara más rápido donde nació "El Pirata", conseguía un entrada gratis para ver el combate en directo, y la posibilidad de conocerlo. Ni que decir tiene que tardé cero coma en escribir que era de Kosovo, siendo yo la ganadora y la nerviosa chica que está frente a su puerta.

Giro el pomo dorado y la abro despacio, encontrándome con una amplia estancia, ocupada por una docena de personas. La cierro tras de mi, manteniéndome en un segundo plano mientras la gente se percata de mi presencia. Mientras, me permito observar al objeto de mi fascinación, y si, también de mi deseo. Porque ver a este hombre luchar, en serio que me excita y me pone muy, muy, pero que muy cachonda. A pesar de su máscara.

Porque si, lleva una máscara que nunca se quita, ni para las entrevistas. Su rostro es un misterio para todos, incluso para la gente que trabaja con él. Y sinceramente, a mi me da exactamente igual lo que esconda ese antifaz, yo solo sé que el tío que hay frente a mi, con su torso al aire mostrándome unos marcados abdominales, unas venas que cruzan sus brazos y esas torneadas y fuertes piernas, me pone como una moto. Y si, que me ponga donde quiera que yo a este señor, le rezo.

Y de rodillas.

-Hola, ¿Marga Martín? -dejo de prestar atención al luchador para contestarle al chico que hay frente a mi, al cual le sonrío en respuesta.

-Si, soy yo.

-Si eres tan amable. El pirata se hará un par de fotos contigo, pero, no puedes tocarle ni preguntarle nada, ¿de acuerdo?

-Si, claro, sin problema -le contesto mientras dejo que él me guíe hacia donde está él. Mi sueño erótico más prohibido. 

A medida que me acerco, puedo sentir sobre mi su intensa mirada color marrón, produciendo en todo mi cuerpo, un ligero escalofrío. Siento como a mis piernas le cuestan moverse a causa de su escrutinio, porque no sólo se ha dedicado a mirarme a los ojos, sino que cuando la distancia que nos separa es cada vez más corta, mi escote es el que recibe toda su atención.

-Pirata, ésta es la chica que ganó el concurso -me presenta el muchacho moreno, haciéndome un gesto para que me acerque a él.

-Marga. Me llamo Marga -esbozo una sonrisa intentando ser agradable y lo que recibo del luchador es un ronco gruñido, pero uno bastante sexy que directamente viaja a la parte baja de mi vientre.

-A él no le interesa saber tu nombre, no te esfuerces -me sugiere el chico, el cual es bastante impertinente.

-Marga. Acércate -trago saliva cuando escucho mi nombre salir de los labios del Pirata. Titubeo sobre lo que hacer hasta que veo una de sus manos hacerme un gesto para que me aproxime aún más hacia él.

Decido hacerle caso al luchador y no al muchacho, quien me mira con cierta expresión de fastidio en su rostro. Me coloco a su lado derecho esperando que nos hagan esas fotos, cuando siento una de sus manos en la parte baja de mi espalda, provocándome un respingo al notar como las yemas de sus dedos, se deslizan por mi columna vertebral. 

Y yo pensando que había sido mala idea ponerme un top con la espalda al descubierto.

El fotógrafo nos hace un par de fotos y yo apenas presto atención, pues toda mi concentración está en lo que sus dedos hacen en mi piel.

-Hueles muy bien, joder -sus palabras casi en un susurro hacen que de nuevo temblequee. Puedo sentir su nariz como acaricia mi cuello, dejando ligeras cosquillas en este.

-Bueno, pues si ya hemos terminado, puedes irte, bonita.

Fuerzo una sonrisa cuando me invitan, amablemente, a largarme, pero, la mano del Pirata en mi cintura, no es de la misma opinión, pues tira de mi hasta acercarme a su cuerpo, aprisionando este con el suyo.

-Todos fuera -ordena el Pirata para desconcierto de las personas que hay en la habitación.

-Vamos, Verat, tenemos que una rueda de prensa y una ce...

-¡Todos fuera, ahora! 

Sus palabras gritadas con fuerza, reverberan en las paredes, haciendo que todo el mundo, recoja sus cosas y salga de la habitación con bastante rapidez. Todos, menos yo.

En cuanto la puerta se cierra tras la salida de la última persona, me doy la vuelta para encarar al luchador y que me dé una explicación de porqué quería que nos quedáramos a solas, pero, mi intento de hablar son callados por sus labios, los cuales toman mi boca de una forma ruda y salvaje, que acelera todos mis sentidos. Su lengua da pequeños toques en mis dientes para que pueda abrirlos, algo que hago, para sentir como busca la mía, enredándose en ella en un ardiente y violento beso que me hace apretar mis piernas muy excitada.

Siento sus manos bajar por mi espalda, hasta hundir sus dedos en mis caderas. Tomo su boca, buscando sus labios con mucha urgencia para besarlos y acariciarlos con mi lengua. Un gemido sale de mi garganta al sentir como muerde mi labio superior, tirando de éste un par de veces. Pongo mis manos en su desnudo y sudado pecho, demorándose en sus marcadas abdominales. 

-Eres tan exquisita, joder. Hecha para mi.

Sus palabras me hacen suspirar y abandonarme a él. Ahora mismo me da exactamente igual ser una tía más que él se va a follar después de un combate. Porque lo deseo y mucho. Y no me importa serlo, cuando sé que lo voy a tener esta noche, solo para mi.

El pirata se sienta en el sofá que hay tras de si, colocándome delante de él. Me agarra de las piernas y va subiendo sus manos poco a poco hasta colarlas por debajo de mi falda, alcanzando el encaje de mis braguitas. 

-Estás chorreando, nena, ¿esto es por mi? -me pregunta de forma arrogante y con un tono de voz bastante rudo, algo que me encanta.

-Si -le contesto en un titubeo, uno que le lleva a esbozar una amplia sonrisa.

Siento su boca acercarse a mi centro y como sus dientes me muerden a través de la ropa. Su boca se apodera de todo mi sexo, con varios mordiscos muy placenteros. Cuando se cansa de esto, me baja las braguitas muy lentamente, dejándolas enredadas en mis tobillos. Sus dedos se posan en mi clítoris moviéndose muy lentamente en una caricia que me hace temblar todo el cuerpo. 

-Oh, joder, Pirata -exclamo cuando las oleadas de placer se apoderan de todo mi cuerpo.

-Verat. Ese es mi nombre. Llámame así.

Él acerca su boca dándome un suave lametón que me hace contener el aliento. Vuelve a probarme otra vez, moviendo su lengua de forma frenética sobre mi. Me agarro a su pelo perdida en él, en su lengua, en sus manos que aprietan mi culo acercándome aún más a su boca.

El me lame de arriba a abajo volviendo de nuevo a mi clítoris para seguir besándolo. Mis pliegues son repasados y acariciados una y otra vez por sus dedos, empapándose de mis fluidos, y acompañando las embestidas de su lengua. Aprieto mis piernas con fuerza, mientras incontrolables gemidos salen de mi boca. Siento un cosquilleo en mi vientre y por instinto muevo mis caderas hacia él sintiendo como me viene el orgasmo. 

-Vamos, nena, dámelo. Lléname la boca, que sabes a locura.

Le tiro del pelo y me dejo llevar explotando derrotada. Su lengua sigue besándome y acariciándome, engullendo todo mi sexo y mis fluidos que lo mojan. Mi errática respiración necesita ser calmada por mi, pero es algo que no puedo hacer cuando, al separarse de mi sexo, su intensa y caprichosa mirada vuelve a tomar mi cuerpo. 

-Tus tetas. Me fije en ellas desde que entraste por la puertas. Quiero verlas, nena.

Lo del nena me está matando. Lo juro. Me muerdo los labios sonriéndole, y me deshago del nudo del top, quitándomelo hasta quedarme completamente desnuda delante de él. Verat mira mis pechos embobado. Se relame los labios y segundos después, se lleva las manos a sus calzones, esos con los que ha luchado y se los baja hasta quedar en el suelo.

-Móntame, pequeña. Esta noche he hecho un gran combate y tú eres mi premio.

Debería largarme. Debería irme y no hacer caso a sus hipnóticas palabras. Pero es que, no puedo. Me está usando. Como si yo fuera una de esas mujeres que le dan después de un combate, pero, después de tener su lengua en mi, como que me importa una buena mierda lo que haga conmigo.

Me quito las bragas dejándolas a un lado del sofá. Una de sus manos está sobre su pene, su erecto y venoso pene el cual acaricia de forma hipnótica esperando ser montado por mi. Paso mis piernas a ambos lados de su cuerpo, dejando su pene justo en mi entrada. Lo agarro con la mano y ahora soy yo la que empiezo a acariciarlo con lentitud de arriba a abajo. Todo el cuerpo de Verat se tensa, apretando sus labios mientras lo acaricio.

-Si sigues así, me voy a correr en tu mano y no es ahí donde quiere estar mi polla.

Él aparta mi mano de su pene, sustituyéndola por la suya. Solo tengo que alzarme para colocarlo en mi entrada. Cuando la punta me roza, sé que sólo tengo que bajar un poco y dejar que se deslice dentro de mi, tan profundo que creo que está completamente dentro de mi. 

-Muévete, nena, fóllame.

Verat hunde sus dedos en mis nalgas ayudándome a moverme. Lo hago de arriba a abajo sintiendo como su pene entra y sale de mí cada vez más rápido. Sus terribles embestidas me hacen jadear y gemir sin descontrol, teniendo que agarrarme a su cuello a causa de todo el placer que estoy recibiendo de él. Mi cuerpo quiere cada vez más, y es lo que le hago saber moviéndome descontrolada encima suya. 

Él alza sus caderas para encontrar las mías y ambas chocan con fuerza. Mis movimientos son cada vez más rápidos y maldita sea si no voy a correrme ya. Todo mi cuerpo se tensa deseando liberarme. Me dejo caer sobre su cuerpo, siendo él quien me embiste, levantando mi culo, para poder entrar con más facilidad. Mis labios están en su cuello, arañándole la piel con mis dientes.  Gimo descontrolada porque el placer es tan intenso que apenas puedo respirar. 

- No puedo más -le confieso totalmente exhausta y poseída ya por un intenso y demoledor orgasmo que se apodera de todo mi cuerpo.

Arqueo mi espalda encontrándome con una sonrisa de suficiencia por su parte. Intento recuperar la respiración tras correrme, pero, él me agarra de las caderas, dándome la vuelta hasta hacer que mi espalda descanse en el sofá. Él agarra una de mis piernas, colocándola sobre sus hombro, mientras se mueve sobre mi de forma despiadada y rotunda. Tanto que mis gemidos seguro que los están escuchando en todo el recinto. Verat aprieta todo mi cuerpo, moviéndose de forma frenética dentro de mi. 

Puedo ver el esfuerzo de contención que hace, mientras sus locas embestidas me dejan sin aliento. Nuestras caderas chocan la una contra la otra. Me sujeto a sus hombros agarrándolo con fuerza, como no queriendo soltarlo en la vida.

- Córrete otra vez, pequeña. Sé mi campeona ésta noche. 

Él no deja de moverse, de penetrarme con tanta intensidad que creo que voy a morir por falta de aire. Sus dedos están debajo de mi culo, alzándomelo para poder enterrarse aún más profundo en mi. Busco su boca desesperada. Mi lengua lame la suya, y busca sus labios de forma ansiosa. Sus movimientos me están llevando al borde, el roce de su pene con mis paredes me tienen muy encendida. Entierro mi cara en su cuello cuando siento que si, que voy a correrme otra vez. 

Siento como me recorre un escalofrío desde los dedos de los pies hasta mi cabeza. Arqueo mi cuerpo recibiendo los besos de Verat en mi cuello, y si, lo hago. Jadeo su nombre enloquecida y dándome igual que todo el mundo me oiga. Su boca se engulle mis gemidos, compitiendo con los suyos. Siento como tensa su cuerpo, echando su cabeza hacia atrás y gruñendo mientras sus embestidas son más pausadas pero igual de profundas.  

Siento mis piernas temblar cuando él termina de correrse. Me baja la pierna y sale de mi dejándome con una extraña sensación. Como si mi cuerpo lo echara de menos. Apenas soy capaz de hablar porque no sé que decir en estos momentos. Aunque, un par de golpes en la puerta, avisándole que tiene que irse, me hace despertar a la cruda realidad.

Me he follado a mi crush.

Y lo he disfrutado como una perra.

📆 UN PAR DE SEMANAS DESPUÉS

-Marga, ¿puedes salir? tenemos un cliente fuera y es mejor que lo atiendas tú -levanto mi mirada de los albaranes de mercancía que acaban de llegar. Petri, una de las dependientas de la tienda, me da una burlona mirada mientras me habla.

-¿Y porqué? estáis dos, que lo haga Sandra -le respondo pues tengo mucho trabajo y no estoy para dar la cara al público.

-Es que no quiere. Sal tú, por fi, que a mi me da la risa.

Ruedo mis ojos dejando los papeles encima de una de las cajas que estoy revisando. Me ajusto la chaqueta y salgo del almacén dirigiéndome hacia la tienda, de donde soy encargada desde hace un par de años. Esbozo una sonrisa acercándome al cliente que las chicas no quieren atender. Putas niñatas superficiales que solo quieren venderles a los que están buenos. Que este chico no sea atractivo no quiere decir que no tengan que atenderlo. Que seguro que es más buena persona que ellas ochenta veces. 

Un escalofrío recorre mi cuerpo al mirar a nuestro nuevo cliente, intentando no hacerlo tan descaradamente pues no quiero que se lleve una mala impresión.

-Hola, soy Marga, ¿en qué le puedo ayudar?

Le sonrío al chico que tengo frente a mi, mientras mis dos dependientas aguantan la carcajada. Les hago un gesto para que desaparezcan, dejándome a solas con el chico. A ver, las muy imbéciles se ríen porque no es muy agraciado físicamente, pero, la verdad es que tiene una sonrisa muy bonita y unos ojazos marrones bastante impresionantes. Y si, lo estoy mirando descaradamente porque tiene un cuerpazo de los que a mi me gustan. Musculoso y fuerte. 

-Necesito renovar todo mi vestuario. Me voy a trabajar a Estados Unidos unos meses y no tengo casi ropa -me contesta él luciendo esa sonrisa bonita de la que he hablado antes.

-¿De vestir o de sport?

-De todo.

-Bien, pues si es tan amable de seguirme, le iré enseñando lo que tenemos y ya me dice usted lo que le parece -le propongo enseñándole la parte de arriba de la tienda, que es donde tenemos la línea masculina.

-Estoy en sus manos, Marga. Me dejo aconsejar por usted porque no tengo gusto para la ropa -le sonrío ampliamente pues me da algo de ternura como admite que es un desastre en cuanto a outfits, prometiéndome a mi misma que le ayudaré a que se vea bien.

-No se preocupe, es solo cuestión de combinar.

Durante un buen rato, me dedico a elegirle prendas y dárselas que se las pruebe. Este tío no será muy guapo, pero tiene un cuerpazo con el que seguro más de una lo disfrutaba. Está fuerte y se nota en las marcadas abdominales de su estómago. 

Él asoma su cabeza por la cortina del probador, cuando le ofrezco una camisa blanca para que se pruebe. Él me lo agradece con una sonrisa que si, que me tiene fascinada.

-Muchas gracias, pequeña.

Mi sonrisa muere en mis labios cuando él se esconde en el probador y un escalofrío recorre mi cuerpo. Recuerdas de esa palabra en nombre de otra persona, me hacen fruncir el ceño y abrir la cortina. En cuanto lo hago, olvido lo que iba a hacer al ver como de condenadamente bien le queda la camisa sobre su cuerpo, marcándose esta en los lugares apropiados. Él se da la vuelta, dándome una larga mirada que hace que los vellos de mi piel se ericen, y otra parte de mi cuerpo, se excite.

-¿Verat?

Lo llamo por su nombre esperando que lo niegue, pero, cuando él me ofrece una pequeña sonrisa, entonces ahí si que me doy cuenta de que estoy perdida.

-Pues si que has tardado en darte cuenta.

-¿Sueles hacerlo mucho? -le doy un sorbo a mi café, dejando que el líquido caliente baje por mi garganta, calmando así los nervios que se han apoderado de todo mi cuerpo.

-¿Ir de compras?

-No, joder, lo de follarte a tías desconocidas en tu camerino -mi pregunta provoca en él una arrogante sonrisa que me hace rodar mis ojos mientras espero su respuesta.

-Eres la primera. Y la última.

Sus rotundas palabras provocan que un jadeo salga de mi garganta, porque desde que me propuso tomar un café después de mi turno, hasta ahora, no para de hacerme insinuaciones, a la cual más atractiva. 

-Bueno, también diré que eres el primer luchador con el que me acuesto -le contesto provocando en él una amplia sonrisa tras mis palabras.

-¿Qué tienes que hacer la semana que viene? -me pregunta él mientras toma mi mano entre las suyas, acariciando la yema de mis dedos con sus pulgares.

-¿Trabajar? -le respondo con ironía, pero, cuando él se lleva uno de mis dedos a sus labios y chupa la punta de este, toda mi cordura, desaparece.

-Vente conmigo de gira a Estados Unidos. Serán dos meses, pero te prometo que te lo pasarás bien -agito mi mano, la que está entre las suyas perpleja por su proposición, una que me parece atractiva pero extraña.

-No te conozco, Verat, no puedo hacer eso. Tengo una vida, ¿sabes?

-¿Y? te follaste a un desconocido casi sin pensártelo, ¿porqué no te vas con ese desconocido a la aventura?

-Precisamente por eso, porque no te conozco -le contesto rodando mis ojos e intentando dar un poco de cordura a esta locura que me propone.

-Pues vente, y así nos conocemos. Ya sabemos que follar se nos da bien, seguro que lo demás, también.

-Oh, joder -me llevo mis dos manos a la cabeza intentando que esta no me explote debido a su loca proposición.

-Déjate llevar, Marga. Por una vez en la vida, hazlo. Te podría ofrecer miles de buenas razones para que te vinieras, pero, la más importante, soy yo -quito mis manos del rostro viéndolo mirarme de una forma rotunda, como sus palabras. No hay diversión en su propuesta. Solo seriedad y convencimiento en lo que hace.

-¿Porqué yo? -le pregunto bastante curiosa pues, con o sin máscara estoy seguro de que no le faltan las mujeres.

-Porque eres la única tía que me ha mirado a la cara, sin mi máscara, que me ha sonreído y después me ha dado una lasciva mirada. 

Siento mis mejillas arder, pues él acaba de describir perfectamente lo que me pasó en la tienda cuando entró. Una de sus manos vuelve a coger la mía, hablándome ahora de forma calmada.

-Te envío los billetes a la tienda. Uno es el de ida para Los Ángeles que es nuestra primera parada, y el otro es de vuelta, un billete abierto desde el aeropuerto americano que quieras y el día que quieras, por si te arrepientes de venir y quieres volver a casa. Piénsalo. Estoy seguro de que tú y yo, juntos, vamos a ser la hostia.

Verat se levanta de su asiento, pasando justo a mi lado. Deja un beso en mi mejilla, uno muy cálido y tierno antes de desaparecer.

Y si, dejándome sola con la decisión más difícil de mi vida.

¿Seguir con mi acomodada y maravillosa vida?

¿O arriesgarlo todo por un desconocido que cada vez que me toca, revolotea las mariposas de mi estomago?

📆UN MES DESPUÉS

Miro en mi móvil las noticias sobre el último combate de Verat, el que ha tenido lugar hoy en Las Vegas y suspiro al leer las buenas críticas que hay sobre él. Me muerdo el labio superior al contemplar la foto que acompaña la noticia y vuelvo a suspirar con pesadez.

La puerta que hay frente a mi se abre con estrépito, entrando por ella una niñata rubia con un conjunto que más parece un bañador que otra cosa por lo escasa que va de ropa.

-Estoy buscando al pirata -me anuncia ella con arrogancia, alzando su barbilla para acompañar sus palabras.

-¿Para?

-No es tu problema. Quiero verlo a él -me pongo en pie con total tranquilidad acercándome hacia la rubia siliconada, porque ya me he percatado de que sus tetas son muy falsas.

-Verás, resulta, guapa, que soy su novia, así que, si que es mi problema. Y si crees que viniendo a su camerino, así vestida, vas a conseguir que te eche un polvo -casi rozo su oído mientras le hablo, consiguiendo el efecto deseado en la chica, que tiemble un poco tras mis palabras- déjame decirte que el único sitio donde estará su polla ésta noche es en mi coño, ¿te queda claro?

Me aparto de la rubia, la cual traga saliva y se da la vuelta huyendo despavorida tras mis palabras. No puedo evitar soltar una carcajada y rodar mis ojos, porque no es la primera ni la última que lo intenta. Siento unas manos en mi cintura que me atrapan y se deslizan hasta abarcar el contorno de mis pechos. Su cálido aliento se estrella en mi nuca, erizando el vello de mi piel.

-A veces pienso que te gusta que te espere aquí después del combate para deshacerme de tus admiradoras -respiro entrecortadamente cuando sus dedos agarran uno de mis pezones, retorciéndolo este de forma lenta y tortuosa.

-No, lo hago porque me gusta que sólo estés tú cuando me bajo del ring. Ya sabes que lo primero que quiero ver cuando termino un combate es a ti, y estar dentro de tu coño, ¿te queda claro?

Me doy la vuelta buscando su boca, esa que beso con tanta desesperación. Pongo mis manos en su antifaz y se lo quito guardándomelo en el bolsillo de atrás de mi pantalón, pues él sabe que cuando estamos juntos me gusta verle la cara y mirarlo a los ojos. 

-Te quiero, pequeña -sonrío con su rotunda declaración mientras dejo que me alce de las caderas y que me lleve encima de una de las mesas, la cual será testigo hoy de otro de nuestros encuentros apasionados- gracias por estar a mi lado y arriesgarte conmigo.

-Gracias a ti por querer que lo estuviera. Te quiero, Muriqi.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro