En un bosque.

"¿Qué estamos haciendo aquí, Matsuda?" preguntó un chico castaño. Tenía ojos verdes y un cuerpo delgado.

"No es obvio", respondió otro chico. Este tenía el pelo castaño y usaba unas gafas que cubrían sus ojos.

"Motohama, ¿qué hora es?", preguntó el castaño llamado Issei.

"Es obvio: vamos a espiar a las chicas en los baños termales", dijo Motohama.

"¿Qué? No podemos hacerlo después del viaje. Tengo frío", respondió Issei con algo de molestia.

"No seas un aguafiestas", dijo Matsuda. "Solo vuelve a los dormitorios, pero no esperes que te demos detalles de cómo se ven los pechos de Yame-san".

"Bastardo... Está bien. ¿Cuál es el plan?", preguntó Issei, resignado.

"El plan es que Motohama y yo vamos a buscar la cámara que escondimos en el bosque. Tú solo haz guardia donde te indiquemos", explicó Matsuda.

Los tres asintieron. Motohama y Matsuda se dirigieron a recuperar la cámara, mientras Issei caminaba hacia el área que Matsuda le indicó. Issei estaba algo aburrido.

Había ido a un viaje con su clase de gimnasia y decidió acompañar a sus amigos. El viaje consistía en una visita al bosque, donde caminaron por la montaña durante tres días. Lo único bueno de este viaje, pensó Issei, era este día: las chicas estaban en los baños termales. Era perfecto para tomar fotos, claramente para su propio placer.

Issei dejó de caminar cuando notó algo en el bosque. Una criatura con apariencia humanoide, similar a un lobo, apareció. Su piel y pelo eran de un negro profundo, y sus ojos brillaban de un rojo carmesí, como la misma sangre. La criatura lo notó.

Issei empezó a correr rápidamente, intentando alejarse de esa cosa. Quería llegar a los dormitorios para pedir ayuda a un maestro e informar a todos sobre lo que estaba ahí afuera. Pero, en su huida, tropezó con una rama.

Cuando cayó al suelo, solo pudo mirar con horror cómo la criatura se acercaba.

"¡Aléjate de mí!" gritó Issei, desesperado.

La bestia se aproximó más y abrió su boca, mostrando unos colmillos afilados.

"¡Mierdaaaaaa!" gritó Issei antes de sentir la mordida.

La criatura lo atacó en la costilla. Issei sintió sus huesos romperse y sus órganos ser atravesados por los colmillos de aquella cosa. El dolor lo hizo desmayarse.

"Issei, levántate".

Issei escuchó una voz familiar. Abrió los ojos lentamente y limpió la mugre de su rostro. Al mirar detrás de él, vio a su profesora de gimnasia, Sakai Hanako.

"¿Sakai-sensei?" dijo Issei, confundido por dónde estaba. Entonces recordó a la bestia y miró su costilla, pero no había ninguna mordida. Solo quedaba la ropa rota.

"Tú, acompáñame a mi oficina", ordenó Sakai.

Issei asintió y la siguió. Llegaron a una habitación pequeña, con una mesa y una computadora que usaban los maestros durante el viaje. Había tres profesores de gimnasia que acompañaban a los estudiantes. Sakai se sentó en el escritorio y señaló a Issei que tomara asiento frente a ella.

Issei apenas notó la apariencia de su maestra y se sonrojó. Parecía una supermodelo. No entendía por qué trabajaba en aquella escuela, en lugar de ser modelo o algo similar. El traje deportivo rojo que llevaba no hacía justicia a su figura, incluyendo sus enormes pechos.

"Entonces, ¿te gustaría explicar por qué estabas en el suelo en el bosque?" preguntó Sakai, con un tono serio.

"Yo... quise caminar un poco, pero creo que terminé desmayándome", respondió Issei, nervioso. Decidió mentir, considerando que no tenía pruebas de lo ocurrido. La única evidencia era la parte rota de su camisa, pero podía decir que se rompió al caer.

Sakai no pareció muy convencida, pero decidió dejarlo pasar.

"Está bien. Regresa al dormitorio. Tendrás detención cuando volvamos a la escuela", dijo Sakai.

Issei salió rápidamente hacia los dormitorios. Revisó su celular y vio veinte mensajes y cinco llamadas perdidas de Matsuda y Motohama.
"Mierda..." pensó.

Cuando llegó al dormitorio, recibió un doble puñetazo de Matsuda y Motohama.

"¿Dónde mierda estuviste?", preguntaron ambos, enojados.

"¿Pudieron conseguir las fotos?", preguntó Issei, ignorando el dolor.

"No. Cuando llegamos, estaba lleno de personas", respondió Matsuda.

"¿Y no escucharon nada extraño en el bosque?" preguntó Issei.

"¿De qué hablas? No me digas que te acobardaste", dijo Motohama.

"Eso no es... ¿saben qué? Olvídenlo. Hablaremos en la mañana", dijo Issei, y se fue a su futón para dormir, ignorando las protestas de sus amigos.

A la mañana siguiente, todos los estudiantes subieron a los autobuses y regresaron a Kuoh después de un viaje de dos horas. Issei se despidió de Matsuda y Motohama y caminó hacia su casa.

Cuando llegó, notó que estaba vacía. Asumió que su padre estaba en el trabajo y su madre, posiblemente, en el supermercado. Dejó su bolsa en el suelo, comió algo y luego subió a su cuarto.

- más tarde -

Issei caminaba hacia su secundaria. Hoy era el primer día de regreso a clases. Iba en su bicicleta y al llegar a la escuela, estacionó, puso su candado y se dirigió a las aulas.

Mientras entraba, todas las miradas, tanto de chicas como de chicos, se centraron en él con asombro. Sin darse cuenta, Issei había ganado musculatura; no era exagerado, pero lo suficiente como para que cualquiera lo notara.

Todo transcurrió con normalidad hasta la tercera clase, gimnasia. Issei se acercó a Motohama, algo sorprendido por la manera en que lo miraban. "¿De qué están hablando?" preguntó Issei. Motohama y Matsuda lo miraron con una mezcla de sorpresa y celos. "¡¿Qué hiciste?!", exclamó Matsuda.

Ambos intentaron lanzarle un puñetazo, pero Issei esquivó sus ataques con facilidad. "¡¿Qué les pasa?!" gritó Issei, claramente irritado. "¿Cómo conseguiste ese cuerpo en solo dos días?" preguntó Matsuda. "No estarás usando esteroides, ¿verdad?" añadió Motohama, mirándolo con desconfianza. "¡Claro que no, imbéciles!" respondió Issei. "Simplemente desperté así."

Antes de que pudieran continuar discutiendo, la voz de Sakai se escuchó fuerte y clara. "¡Ya pueden empezar!" gritó el entrenador.

Todos comenzaron los ejercicios básicos: flexiones, abdominales, y luego tenían que correr tres veces alrededor del campo. Issei decidió iniciar con las tres millas primero. Se preparó y corrió con todas sus fuerzas, como lo hacía casi siempre. Estaba tan concentrado en la carrera que no notó las miradas que lo seguían.

Había terminado las tres millas en solo dos minutos. "¡¿Qué mierda?!" pensaron casi todos los que lo miraban sorprendidos. "Buen trabajo, Hyoudou," dijo Sakai con una sonrisa de aprobación.

Issei se fue al baño para lavarse la cara. Al abrir la llave y mojarse el rostro, levantó la vista hacia el espejo. Por un momento, sus ojos se volvieron amarillos, pero rápidamente regresaron a su tono verde habitual. Se quedó mirando su reflejo, confundido, antes de decidir olvidarlo. "Tal vez solo fue mi imaginación," murmuró para sí mismo mientras se alejaba.

Fin del prólogo.

Éste es un remake de uno de mis otros fic viejos, espero que les guste. Mezclé parte del capítulo 1 con el capítulo 2 dado que quiero quitarlas oc qué cree por qué no me terminaron gustando.