Una niña yacía acostada en la cama dormida pacíficamente, con pereza, la infante despertó dejando ver unos comunes pero bonitos ojos cafe oscuro.

  Escuchó a su lado un "despierta mariposita, ya casi debemos irnos", la mayor se alejó mientras la joven pasó las manos por sus ojos y una vez terminó de hacerlo soltó un bostezo, el cuarto estaba a oscuras, pero había algo ligeramente diferente, una leve luz, definitivamente era de madrugada.

  La pequeña se levantó con rapidez de su cama, sí, claro que tenia sueño, pero su emoción era mucho mayor, no pudo evitar bajar las escaleras corriendo, cualquiera haría lo mismo si estuviera en su posición ¿Correcto?

  Se apresuró a tomar entre sus manos el conjunto de ropa que su madre le había dejado lista el día anterior, se apresuró a bañarse y vestirse, una vez terminó de realizar ambas acciones, se dirigió a paso rápido a la mesa. Su madre se acercó con un plato blanquecino en manos, pero no se podía ver su contenido.

  Con una cálida sonrisa, la mayor colocó el plato frente a su hija mientras la pequeña observaba sin molestarse en ocultar su asombro, unos segundos más tarde se escuchó un chillido proveniente de la pequeña seguido de varios agradecimientos. La mujer mayor esbozó una sonrisa, estaba aliviada de que a su "mariposita" le gustara la comida.

  Acto seguido la madre felicitó a su hija por cumplir otro año y le revolvió el cabello, lo que provocó las risas de la contraria. La fémina menor engulló con bocados hambrientos lo que le habían preparado, la mayor por otro lado, comenzó a acomodar algunas latas, paquetes y refrescos en diversas bolsas coloridas.

  Una vez terminaron su desayuno y de lavarse los dientes, acomodaron algunas cosas en un vehículo azulado, se apresuraron a iniciar su viaje. La joven miraba por la ventana, contemplando con regocijo el bello paisaje que había detrás del cristal, aunque esto no duró mucho puesto que la infante cayó dormida.

  Al despertar, se encontraba en un lugar desconocido, lo que despertó su interés por el sitio, era hermoso y lleno de vida. Un grito de emoción salió de los labios de la menor y la adulta rió levemente ante su reacción, tomó la mano de su hija al tener el presentimiento de que esta saldría corriendo ante el arranque de felicidad.

  Con algo de espera, pudieron avanzar entrar al animado lugar, todo irradiaba sentimientos positivos como alegría, habían risas a diestra y siniestra y se podía ver a todas las personas divirtiéndose, ya fuera de manera solitaria o acompañados. Era una sorpresa tras otra.

>Sí, ese definitivamente fué un día repleto de sorpresas< la adolescente no pudo evitar sonreir con nostalgia ante esa peculiar serie de imágenes que pasaron rápidamente por su mente, para muchos pudo ser una fracción de segundo, pero, para la joven fueron algunos valiosos minutos recordando una parte de su bonita infancia.

  Los días aiempre pasan en un pestañeo y por ello debemos aprovecharlos. La antigüa infante se acercó a la mujer que se encontraba sentada en la cama y le abrazó con amor, con ese mismo cariño que la mayor le había dió siempre sin falta. Le encantaba cuando abrazaba a su madre.

  A pesar de que esta última no pudiera escucharla, verla o sentirla, con un "Adiós" cariñoso y algo triste se despidió de su mamá, quien lloraba desconsoladamente rogando el regreso de su hija.