Disparador #3: Pesimista - Soñador - Indeciso
------------------------------------------
"Corazón indeciso"
¿Ustedes creen en el amor verdadero? ¿En las almas gemelas que se unen para siempre? Yo siempre soñaba con esas historias.
Soñaba que mi príncipe azul aparecería y compartiríamos ese amor que podía derrumbar cualquier obstáculo, pero estaba equivocada. El amor no vive en un cuento de fantasías con finales felices. El amor es sufrido y lo puedes vivir si no dejas de luchar por él. Tardé mucho tiempo en comprenderlo y cuando lo entendí, ya era tarde, ya había tomado mi primera decisión en la vida.
Todo comenzó en la noche en que mis padres celebraban su aniversario. Mi mejor amigo y yo salimos al balcón y esa noche me hizo la misma pregunta que yo a ustedes…
— ¿Qué piensas de las almas gemelas? ¿Crees que de verdad existen? —Me preguntó mirando al horizonte iluminado por las farolas de la calle.
— Creo que todos soñamos con que esa persona llegue a nosotros y no se vaya. Y tú, ¿crees en ellas? —Le miré, estaba elegante y guapo como de costumbre.
— Hasta hace muy poco, sí, pero ahora estoy dudando de su existencia. Ya no sé qué creer… —Me comentó después de un breve silencio, quizás estaba pensando en su respuesta— Antes me aferraba a encontrarla, pensaba que estaba allí en algún sitio, que debía buscarla, pero, por mucho que busque, no está y estoy perdiendo toda esperanza.
— No pierdas la esperanza por favor, estoy justo aquí —eso fue lo que pensé— ¿Por qué te das por vencido? —pero eso fue lo que dije…
— Es que… no sé qué más debo hacer, creo que ella no existe… —Comentó alzando un poco la voz y noté que ya estaba cansado de que todo le saliera tan mal. Debí quedarme callada y apoyarlo como hacía siempre pero no pude resistirme y le dije más de lo que deseaba…
— O tal vez… está muy cerca y por eso no la encuentras. Quizás solo necesitas mirar bien a tu alrededor y podrás darte cuenta que esta frente a ti, que siempre estará aquí —Al momento me di cuenta de mis palabras, ¡no sé qué estaba intentando!
— ¿Qué quieres decir? —Cambio su vista, del horizonte hacia mí, mirándome sorprendido como si hubiera escuchado algo enigmático— ¿Sabes quién es mi alma gemela? y ¿por qué lo sabrías? —Terminó de preguntar con mucha curiosidad.
— No importa, no me hagas caso. A veces solo hablo tonterías, mejor olvida todo lo que dije. —No sé dónde estaba mi cerebro ese día, ya no sabía si decirle ¡te quiero, soy yo! o si salir corriendo de allí— Has lo que desees, yo apoyaré tu decisión. Lo siento, me tengo que ir —En mi indecisión opte por lo más fácil, huir de mis propias palabras.
— No te vayas, espera… —me retuvo al tomarme de la muñeca y con ojos suplicantes me pidió algo que no esperaba— ¡Ayúdame a encontrarla, por favor…!
— Lo siento no puedo. Sabes que no soy buena tomando decisiones. ¿Y si estoy equivocada y te causó una herida por mí culpa? No, olvídalo. No puedo ayudarte cuando sé que no es lo correcto, cuando sé que todo lo haré mal. Lo siento pero no puedo ayudarte a elegir a quién no puede hacerte feliz… —y sin más, me fui de aquella fiesta sin despedirme ni siquiera de mis padres, solo quería salir antes de que alguien se diera cuenta que no estaba bien.
— ¿Hice lo correcto…? —Me preguntaba mientras corría por las calles vacías— No lo sé, pero es mejor que no pase su vida con alguien que no puede elegir ni lo más básico. ¡Hice lo correcto! —me repetía en mi mente tratando de volver a guardar mis sentimientos.
Ese día sentí como si mi corazón se encogiera, casi le digo mi secreto y eso no podía pasar. Éramos buenos amigos, nada más y siempre lo seríamos. Algunos me decían que era muy pesimista, que solo veo lo negativo de la situación, pero creo que solo veo la vida de otra manera, como lo que es: la verdadera y cruel realidad de que no todo es como queremos pero debemos aceptarlo aunque duela en cada aspecto y más si se trata de los asuntos del corazón.
El querer de nuestras familias hacia nosotros no era suficiente para que aceptaran nuestra relación, estaba segura que se formaría un huracán en un solo segundo. Todas nuestras vidas cambiarían y nuestros padres no nos hablarían jamás. No quería ser yo la causa de tal situación, no quería dañar a nadie y menos a él. No me lo perdonaría jamás, así que, debía callar a mi corazón.
Él, siempre me ha gustado, no le encontraba defecto, era el chico perfecto para mí. Era el príncipe de mis sueños, todo era alegría si estaba a su lado. Tan solo debí dejarlo vivir en mis sueños como hasta entonces, pero mi indecisión no me lo permitió. Mucho me arrepiento de lo que sucedió esta vez y ahora, es solo un recuerdo que hace sangrar a mi corazón cada vez que lo vuelvo a pensar.
Unas semanas después fui a su casa a pedirle perdón por lo sucedido…
— Lo siento de verdad, por favor perdóname, no fue mi intención decirte aquellas tonterías y menos herirte. Perdóname, volvamos a ser amigos por favor —le suplique su perdón aunque mi error era quererlo.
— Tranquila, no estoy enfadado contigo y no tenemos que volver a ser amigos, —al escuchar esas últimas palabras mi corazón se detuvo. No lo entendía hasta que…— porque nunca dejamos, ni dejaremos de ser mejores amigos —…mi corazón se invadió de alivio y tristeza al mismo tiempo.
— Gracias por perdonarme es muy importante para mí tu perdón —Solo agradecí y sonreí — Ahora dime, ¿cómo puedo ayudarte a encontrar a esa chica?
— ¿En serio me ayudarás? — Me preguntó con la esperanza asomada en sus ojos.
— Si, te ayudaré… — y por primera vez deseé ver lo positivo de aquella decisión para seguir soñando en mi corazón…
------------------------------------------
Disparador #3: Pesimista - Soñador - Indeciso
Cantidad de palabras: (991)
------------------------------------------
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro