Capitulo 1.
La luz de su brazalete despertó a Sonia. Le tomo unos segundos volver en si para darse cuenta que se había quedado dormida de nuevo en las cámaras de conservación. Se levanto del frio piso y se froto los ojos hinchados, había llorado de nuevo en sus sueños.
Observo el rostro frio e inerte de sus padres detrás de la puerta de vidrio, estaban dormidos, pues aún no era su tiempo de despertar al igual que los otros.
Las cámaras de conservación siempre la tranquilizaban, aunque las personas que estaban allí estaban dormidas, Sonia sabía que aun estaban vivas, bueno, a veces.
Sonia los observo unos minutos aturdida hasta que presurosa los tapo con una manta.
— ¡Los vere luego! — dijo corriendo hacia la puerta— a los demás también!
Antes de salir, Sonia observo con sigilo el largo trecho de corredores que se extendían por la base. Devi no debía encontrarla, no soportaría de nuevo que la regañara por visitar las camaras, a veces a Sonia le gustaba el silencio, y aunque Devi le insistía en no ver a sus padres, Sonia lo hacía de vez en cuando.
Una vez comprobado que Devi no estaba cerca, se dirigió lo más rápido posible hacia una escotilla que la llevaría al piso superior, aunque de forma extraña, la escotilla no estaba allí...de nuevo. Oh genial, se había desorientado de nuevo.
Empezó a correr en la dirección opuesta, pero, todos los corredores lucían iguales, <<ah recordé que debía terminar de reparar el recolector y también aceitar los depuradores de aire, pero antes debería recoger algunas muestras del jardín y...>>
Repentinamente, una sombra salió a su encuentro y Sonia perdió el conocimiento después de escuchar un golpe metálico retumbar en su cabeza.
Al abrir los ojos noto varios colores brillar cerca de su rostro y algún tipo de palabrerío casi como un recitado descontrolado y abrumador que salía de Devi.
— <<...derrame cerebral, Contusión cerebral; ¡podría ocasionar una muerte instantánea, podría producir amnesia, OH! Si olvida sus funciones podría instruir, pero no tengo los datos necesarios...>>
— Aun estoy viva Devi— contesto Sonia apartando la errática y preocupada esfera flotante de su rostro.
— ¿Cuántos colores puede percibir? — pregunto Devi emitiendo todos los colores chocantes que desconcertaban a Sonia.
— Me marea, deja las luces, estoy bien
— ¡MAREO! ¡Sabes quién soy, podría sufrir amnesia temporal!
Sonia puso los ojos en blanco, una vez que Devi estaba preocupada nada podría sacarle de ese estado, debería seguirle la corriente hasta que se le pase.
— Eres Devi, la unidad de apoyo que supervisa, registra y proporciona datos a la estación 4 de la tierra.
— ¿Y, quien eres tú?
— Sonia Lumila, encargada de la renovación e investigación del planeta.
— ¿En qué año estamos? — parpadeo Devi tornándose lentamente a un color celeste pálido.
— Año 2457 desde el gran abandono— respondió Sonia suspirando—¿Contenta?
— El escáner no muestra roturas de hueso, y tu memoria parece estar bien, seguiré monitoreándote por si acaso.
— Genial.
Caminaron de vuelta hacia la base Alta principal, Sonia seguía la pequeña bola celeste flotante que era Devi, finalmente se había calmado, Sonia recordó la vez que vieron por primera vez una cucaracha, Devi estuvo a punto de activar el protocolo de seguridad y abandonar la estación para dirigirse a otro; Sonia lo soluciono tomando al insecto y reservándolo como muestra y Devi estuvo casi un mes intentando inyectar varios tipos de inmunodepresores para evitar cualquier tipo de infección. Así era Devi, un poco psicótica, para ser un robot.
Pero sin ella, Sonia podría perderse en más de un sentido, además tenía muchos temas de conversación, ideales, si eres el único humano que vive en esa enorme base.
— Debes tener cuidado, te he dicho varias veces que utilices el comunicador si te pierdes, no corras por los corredores, el riesgo de chocar con alguien es el 1%.
— Pero si no hay nadie más que nosotras.
— Exacto, contigo 1% es más que suficiente para una tragedia, deberías tener cuidado.
— ¿Qué dice el reporte? ¿Puedo salir hoy a reparar los sensores?
Su intento por desviar la conversación hizo cambiar a Devi a un Color rojo pálido, pero había sido un éxito, después de unos segundos realizando cálculos Devi respondió.
— La atmosfera es estable, no será necesario el equipo completo
— ¡Eso es genial Devi! ¡Incluso podría recolectar muestras! ¿Qué pasa?
— No recibo ninguna señal de los comunicadores, nada de la base 5.
Sonia frunció el ceño y corrió hasta la sala de control.
La estación 4 era parte de un gran proyecto dedicado a la investigación del campo electromagnético de los seres vivos. Desde que los humanos decidieron prescindir de sus cuerpos y desprender su forma enérgica se volvieron conquistadores. Los Holders. Ya no tenían limites, tomaron todo lo que la tierra poseía llevándole casi a la muerte.
No todos podrían desprenderse de su cuerpo, volverse un Holder era mucho más que física, era cuestión de suerte. Del 100% de la población solo un 64% pudo desprenderse de su forma física y tal vez la humana. Eso solo fue el inicio del gran abandono.
Cuando descubrieron que al abandonar sus cuerpos no podrían regresar a ellos, revelaron que podían poseer a otros cuerpos, ocupándolos, poseyéndolos. E inicio la guerra. Entre humanos de pleno derecho y criaturas que no conocían límites para la codicia. Sonia era solo una niña cuando los Holders abandonaron el planeta desbastado. No mataron a todos, permitieron a contados humanos supervisar el planeta. Los padres de Sonia eran uno de ellos, jamás Sonia vio a otros humanos de pleno derecho como ella, pero recibía reportes de las otras estaciones una vez cada año.
¿Esos reportes solo podrían realizarlo otros humanos...no?
Encendió las cámaras y mando señales en espera de retorno, pero nada sucedió.
— Tal vez una tormenta daño los receptores, tal vez por ello no me escuchan...
— Es posible — respondió Devi— pero este año no se registraron tormentas por esta área, además no hay registro de vegetación cercana, se elimina la posibilidad de que pueda tratarse de un animal... Tal vez la base 5 ya...
Sonia sintió la boca seca. Cuando un humano de pleno derecho estaba enfermo se sometía al desprendimiento del cuerpo y se convertía en un Holder.
— No...— susurro Sonia consternada.
— Lo lamento— dijo Devi
— Tal vez solo es necesario reparar los receptores, lo hare manualmente si es necesario
— Pero...
— ¡No! ¡Iré, aun no se fueron!
— ¡Un Holder recién convertido es mucho más inestables agresivo y codicioso! Si ven a un humano de pleno derecho intentara poseerte, morirás.
— ¿Pero si no se convirtieron, y si solo es una falla?
— No puedes saberlo
— Exacto Devi, no podemos saberlo.
Afuera, era bastante caluroso para esa época del año, aunque últimamente era difícil determinarla sin censores. Sonia llevaba puesto el equipo de exploración, la cual facilitaba la movilidad en el exterior. En sus pies llevaba imanes que se contraponían a la energía magnética del propio cuerpo de Sonia causando un vacío entre el suelo y sus pies permitiéndole flotar. Encendió el comunicador que tenía en el oído y escucho la voz alternada de Devi.
— ¿Ya llegaste al receptor?
— Aun no— contesto Sonia mientras se desplazaba por las dunas de arena
— No te acerques demasiado a la otra base, solo revisa los receptores y regresa.
— Pensaba en tomar algunas muestras...
— Solo los receptores— sentencio Devi.
— Está bien, solo los receptores.
Sonia giro en el aire aprovechando las ráfagas de viento, apresurando el viaje.
La arena se deslizaba como si fuera agua, ininterrumpido y siempre en movimiento. Cerca de la base 4 y 5 no había vegetación, pero Devi le advirtió que cierto tipo de plantas y animales que no dependían de algún tipo de energía vital de otro ser vivo se estaban mostrando.
Para Devi tal vez eso era un avance, para una humana como Sonia, significaba que aun la tierra no se había recuperado de lo que le había quitado. Su propia energía.
Llego a las dos enormes antenas que se alzaban flotantes en medio de aquel desierto. Sonia se levantó los lentes y observo el horizonte. No muy lejos estaba la base 5. Estaban otros humanos...
Cerro los ojos e intento concentrarse en reparar los receptores de radio. Se desabrocho el bolso de la espalda y busco un el monitor para conectarlo a la torre. Abrió la caja de las conexiones y la conecto; se ilumino la pantalla gris para luego mostrar señales de interferencia.
— Devi, las conexiones no funcionan hay algo que está ocasionando a la interferencia...¿que ves en las cámaras?
Sonia oyó unos pitidos y volvió a intentar.
— Devi hay interferencia, ¿puedes escanear la fuente?
De nuevo aquel pitido molesto. Sonia suspiro. Si no podía usar el escáner de Devi tenía que encontrar el problema de la interferencia manualmente.
Rebusco en su mochila y saco un arnés y una cuerda, se colocó la cuerda alrededor de la cintura y conecto el arnés por la estructura, tendría que subir hasta la cima hasta los controles y averiguar el problema. Las partes de la torre gimieron cuando sintieron el peso de Sonia subir. Cada vez más alto el viento revolvía sus largos cabellos en algunas ocasiones molestándole la cara. Mientras subía, pudo visualizar el paisaje. Kilómetros de desiertos. Sonia frunció el ceño apartando la vista. ¿Por qué? Devi decía que los lugares en donde se encontraban las bases mostraban grandes mejoras en el ambiente, como si su energía fuera devuelta. ¿Acaso estaba haciendo algo mal? ¿Acaso Devi se equivocaba?
Alzo la vista, ya podía ver la punta, con esfuerzo llego y se apoyó en los barandales. Los trasmisores eran bastante altos, la antena apuntaba al cielo nublado varios metros tratando de atraer lo máximo posible cualquier señal.
Se dirigió a los controles y volvió a conectar el monitor. Esta vez la pantalla ni siquiera encendió.
— Devi, algo raro está pasando, me escuchas? Subí a una de las torres, pero todo parece estar en orden— dijo Sonia algo preocupada—¿me escuchas Devi?
EL zumbido que oyó fue tan fuerte que tuvo que sacarse el comunicador de los oídos.
— Pero que...
Sonia rebusco en su mochila y comprobó que ninguno de sus herramientas funcionaba; eran inservibles. ¿Qué estaba pasando?
Observo en dirección a la base 5, estaba más cerca que su base, por lo que si corría todo el trecho era posible llegar sin que la arena la tragara, tal vez allí podría encontrar más herramientas y...
Un escalofrió recorrido su cuerpo, como si algo se acercara. Sonia se atrevió a levantar la cabeza. Unos ojos verdes y brillantes flotaban en el cielo, la miraban fijamente pese a estar varios metros de altura.
No era necesario que alguien se lo explicara, era un Holder, uno real.
Atravez de él; Sonia veía el cielo nublado, traslucido, apenas conservando un atisbo de su forma humana, su cabeza titilaba, y su rostro mutaba con la más mínima brisa, casi como una niebla. Pero sin duda alguna aquellos dos puntos verdes brillantes la vieron.
Sus piernas perdieron fuerzas y lentamente se flexionaron para caer sentada al suelo. El Holder la miro por unos segundos, quieto, como si evaluara a la asustada Sonia. Ella contuvo la respiración, cuando noto que se movía hacia ella, por reflejo tomo su mochila y la arrojo contra aquella criatura. Se lanzo hacia la escalera y bajo lo más rápido que podía, salteando escalones sin despegar su vista de arriba. El corazón de Sonia estaba por salir de la garganta, y fue aún más su miedo cuando el Holder bajo su mirada hacia ella acercándose.
Noto que su pierna se torció al pisar mal uno de los escalones, gritó con lágrimas en los ojos y despego sus manos de la barandilla. Cayo por unos instantes hasta que perdió el aliento cuando la cuerda y el arnés se tensaron aguantando su peso. Quedando suspendida en el aire, apresurada desprendió el arnés y cayó en mullida arena.
Casi de inmediato, sintió su cuerpo hundirse en ella, como si la arena deseara sepultarla, se puso de pie, ignorando por su vida el dolor del tobillo y empezó a correr levantando los pies todo lo que podía dirigiéndose hacia la base 5.
Esta vez, no volteo atrás, sabía que estaba cerca.
A Sonia se le escaparan las lágrimas, pero siguió corriendo, mientras mas se cansaba era más difícil mantener los pies alejados de la arena, si no llegaba a la base 5, el propio desierto la engulliría antes del Holder que la perseguía.
Solo faltaban unos diez metros para llegar a la puerta principal de la base, Sonia lo lograría, estaba segura. Cuando sintió bajo sus pies el eco del piso metalizado sintió un gran alivio. Corrió a la entrada y presiono todos los interruptores, no funcionaban, el pulso electromagnético que producían los Holders inhabilitaba cualquier aparato dependiendo de su cercanía.
Volteo y el Holder estaba solo a unos cinco metros acercándose, recordó que en el techo de la base había escotillas que se abrían de manera manual, vio la escalera de emergencia y volvió a subir por ella, cuando estaba por llegar a la cima sintió de nuevo ese escalofrió, por lo que noto que el Holder estaba a punto de tocarle el pie. Vio la escotilla y se lanzó sobre la palanca intentando abrirla a la desesperada, parecía oxidada y gastada, pero cedía lentamente. Solo un poco más y podría arrastrarse adentro...
Escucho una voz lúgubre retumbo en los oídos de Sonia, entrecortada, cansada
"Vienen...ya vienen."
Cuando la escotilla se entreabrió los suficiente para pasar Sonia se deslizo a su interior aun sintiendo el susurro en el oído. Callo sobre una plataforma de espaldas, pero aun así sintió como el aire abandono sus pulmones cuando golpeo el suelo con fuerza. Un gran eco se extendió a lo largo de la base N.º 5.
Sonia se sujetó por uno de los hierros, tratando de recuperar el aliento. Levanto la vista por donde estaba la escotilla, el Holder no la siguió. Devi le había explicado que las primeras bases eran similares a un escudo contra el pulso electromagnético en su interior. Sonia encendió la linterna que llevaba en la frente y vio por las paredes aquellos tubos de cobre y acero que recubrían las paredes, fueron creadas cuando aún los experimentos se estaban ejecutando, una forma de evitar que cualquier energía saliera de ese lugar.
Sus zapatos vibraron al tener contacto con el metal, sus botas de desplazamiento ya funcionaban.
— La comunicación— gimió Sonia llevándose las manos a los oídos, la había arrojado en la torre de transmisión cuando la interferencia por poco la deja sorda. Pero si esta era una base, tendría también una sala de control, podría desde allí contactarse desde la base Nº 4 a la suya y reportar lo sucedido a Devi.
Salto de la plataforma encendiendo sus botas de desplazamiento flotando hasta el piso de abajo. La mayoría de las habitaciones estaban apagadas, algunas titilaban, era como si la base 5 estuviera abandonada hace algún tiempo.
Cuando llego abajo se percató que había mucho desorden, casi como si una tormenta de desierto había azotado ese lugar. Empezó a recorrer la base 5 con el corazón en mano. Enseguida noto que el lugar en donde estaba era el taller de reparación de máquinas, en su mayoría prototipos de contención. En la base 4 estas se guardaban en un salón cerca del taller de refrigeración.
Pero lo que más le llamo la atención fueron los enormes vehículos que estaban en la parte trasera. Sonia corrió hacia ellos. Había escuchado de esos, cuando la tierra era sólida y estable los humanos podían transportarse de una base a otra en cuestión de minutos. Al tocarlos sintió la espesa capa de polvo que los cubría. Eran antiguos sin duda. Observo las ruedas con curiosidad; en esas condiciones el solo contacto con la tierra, más el peso del propio vehículo ocasionaría que se hundiera en pocos minutos. Era mejor las botas de desplazamiento para moverse en el exterior, estas reliquias ya no tenían cabida en el planeta.
Siguió caminando por la enorme base escuchando como cada paso suyo extendía un eco insondable. Encontró algunas recamaras, las luces titilaban, pero pertenecían a la tripulación. Sintió un escalofrió al notar que 7 casilleros estaban ocupados.
Trato de no pensar demasiado en que había ocurrido con los técnicos... ¿era acaso posible que se hubieran convertido todos a la vez?
¿De cuántos Holders debía cuidarse exactamente? ¿Y si aún había un humano de pleno derecho dentro?
Tomo aliento para lanzar un grito. ¿Y si había otra cosa?...Sonia no se atrevía a llamar la atención. Registro los casilleros, al parecer todos ellos fueron hombres, podía reconocer por el uniforme que estaban arrugados en el interior. No había nada más que le dijera que fue lo que paso, o si alguno de ellos estuviera enfermo.
Cuando reviso el ultimo casillero noto que estaba extrañamente ordenado. Cada ropa, objeto e incluso el uniforme arreglado y planchado. Sonia noto que por la cara opuesta de la puerta había una fotografía.
Era de dos personas, un hombre y una mujer. Ambos sonreían mientras estaban abrazados. Eran jóvenes, aunque la mujer tal vez solo era una adolescente. Al observar con más detenimiento noto que en el fondo había color, más objetivamente hablando a plantas, no clasificadas, en capsulas y separadas como en el invernadero de la base 4, si no estaban en plantadas en la tierra, libres.
— Arboles— susurro desconcertada.
Esa fotografía era mucho antes del Gran abandono. Pero por los brazaletes que usaban ya fueron sujetos de prueba de la primera fase del experimento inicial.
Originalmente se buscaba la forma de extender la vida de los humanos. Muchos años de investigación concluyeron que el cuerpo humano requería mucha energía para mantenerse sin cambios, era demasiado costosa; lo peor fue cuando el tipo de energía que se requería era la de otro humano. Por ello aquellos padres, madres, familiares, cualquiera que deseaba entregar el resto de su energía podía hacerlo a alguna persona, o eso era lo que se decía. Los que recibieron la energía experimentaron cambios en su cuerpo y por supuesto vivían mucho más tiempo que un humano promedio. Los ricos empezaron a comprar vidas, el mayor tráfico jamás visto. Por supuesto no se mantuvo demasiado. El experimento fue forzado a suspender. Sobre todo, porque el planeta estaba deteriorándose, las personas no veían sentido en vivir una vida prolongada en un entorno tan sufrible...
Todo cambio cuando por un error se transfirió más energía de la necesaria al cuerpo ocasionando una sobrecarga y finalmente el desprendimiento de la materia.
Al principio se observó en ellos comportamientos controlados, casi incorpóreos con capacidad de interactuar con la materia. Pero, exactamente luego de 10 días fuera de su cuerpo los hacia perder la conexión la capacidad de volver a ellos, así que fue más fácil abandonarlo, dejar su humanidad atrás y abrazar la nueva naturaleza adquirida. Fue muy tarde cuando notaron que se volvían inestables. Luego la propia energía que emanaban ya no era suficiente y así ocurrió la primera posesión...
Así nació el primer Holder. Un ser fluctuante capaz de ocupar el cuerpo de otros seres hasta absorberlos por completo.
Cerro el casillero y tomo la fotografía. Sonia se preguntó si Devi podría saber en qué año fue tomada, si es que lograba encontrar la sala de control. Volvió a internarse en aquellos silenciosos corredores por algunas horas, cuando noto que ya había visto el comedor tres veces. Se detuvo preocupada. Había vivido en la base 4 toda su vida, y aun así se perdía en ella todos los días. Solo había un lugar al que sabia llegar, las cámaras de conservación.
Sonia trato de imaginar a sus padres, en las cámaras, como si solo estuvieran dormidos, dejo que aquella sensación en su pecho se extendiera por todo su ser. Y solo avanzo.
Sonia no pensó mucho lo que estaba haciendo, trataba de concentrarse en la sensación de agobio, aunque el hecho de estar encerrada en una base abandonada con Holders afuera no fuera lo suficientemente agobiante.
Llego a la habitación más rápido de lo que pensó. Al entrar las luces no se prendieron de manera automática, de manera que tuvo que buscar el interruptor. Sus pies golpearon cajas más de una vez, aunque sintió dolor cuando pateo algo metálico cuando lo toco era frio al tacto, algo de vidrio o cristal posiblemente, finalmente sintió bajo sus manos un interruptor, pero escucho el eco de una risa.
De nuevo sintió escalofríos. ¿Lo había imaginado?
Sonia permaneció en un silencio tenso unos segundos, forzó sus ojos tratando de escrutar en la oscuridad, pero no vio nada. Pero cuando levanto el interruptor había una cámara de conservación justo frente suyo. El lugar era un desastre.
— ¿Qué fue lo que paso aquí? — murmuro Sonia para sí. Solo esa estaba intacta, las otras estaban dañadas, como si alguien deliberadamente los hubiera roto.
Sonia se acercó a la cámara intacta. Estaban diseñadas para conservar los cuerpos dentro de un estado de hibernación contigua. Se creía que un Holder no podía regresar a su cuerpo debido a la acelerada descomposición que sufría al ocurrir la separación; las cámaras fueron hechas después, tal vez para aquellos que se arrepentían de convertirse, pero la cuestión es que ninguno se ha arrepentido hasta ahora...
Eran como capsulas de cuerpo completo recubiertas por un fino cristal para proteger el cuerpo.
A Sonia le extraño que aquella capsula estaba cubierta con gas por dentro. No podía ver su interior, así que trato de acercarse más, recordaba la promesa que le había dicho a sus padres
"Nunca abras nuestras capsulas"
Coloco una mano sobre el frio vidrio, cerro los ojos imaginando a sus padres el día antes de entrar en ellas. Los extrañaba, más de lo que podía admitir.
— Hola— murmuro una voz alegre
— Que...
— Dije Hola, ¿no puedes entenderme bien?
Sonia aparto la mano lentamente. No estaba loca. La voz venia de adentro de la capsula.
— ¿Podrías sacarme de aquí? — siguió hablando hastiado desde el otro lado de la cortina de gas—Esta algo apretado para mi gusto.
— ¿C... ¿¡Como, por que aun estas consciente!? — tartamudeo Sonia impactada buscando con rapidez el monitor de la capsula. — ¿La capsula ha fallado?
— Emm, no lo sé, tal vez...¿podrías apresurarte? — contesto desde el otro lado del vapor.
— ¡Si! — contesto ella con torpeza. Nunca había hablado con otra persona desde décadas, o al menos Devi no era una persona. Encontró el monitor con algo de alivio y alegría, pero antes de pulsar el botón de apertura, Sonia noto algo raro...
— La capsula no reporta daños— dijo ella en un susurro
— Tal vez el monitor esta dañado, ¿podrías apresurarte un poco? — contesto ansioso.
— Pero...no tienes signos vitales...tu... ¿Que eres?
Sonia observo aquel gas que cubría su vista, tratando de vislumbrar la verdad. Pero, sus suposiciones eran demasiado aterradoras. El silencio inundo la habitación.
— Supongo que tienes que averiguarlo— dijo finalmente la voz con tono irónico.
El gas de la capsula criogénica salió bajo presión, llenando la habitación, poco a poco, el interior era cada vez más visible.
Sonia dio unos pasos atrás; esperando expectante.
Adentro estaba el hombre de la fotografía. Era alto, su cabello era algo largo, pero no había cambiado. Tenía los ojos cerrados y su piel estaba mortalmente pálida.
— ¿Y bien? — pregunto Sonia con un hilo de voz— Habla.
El, siguió con los ojos cerrados, sin mover ni un musculo, ni siquiera su pecho se movía. En definitiva, no respiraba. Su corazón no latía.
— ¿Por qué te encerraron? — insistió de nuevo Sonia con voz más resolutiva— ¿Cómo puedes hablar?
"Por qué no hablas ahora"
Sus preguntas no tuvieron respuestas, el silencio siguió y Sonia sentía cada vez mas ansiedad. Se acerco mas a la capsula criogénica. El hombre aún seguía inmutable, noto que llevaba el uniforme que había visto en los casilleros, en su pecho había algo escrito, se acercó más, y pego su rostro al vidrio de la capsula tratando de leer la inscripción.
En ese instante, del cuerpo del hombre salió proyectada una energía casi fantasmagórica lanzando un grito espantoso; Sonia solo tuvo tiempo de percibir los chispeantes ojos verdes antes de caer al suelo aterrorizada. Dentro de la capsula se arremolinaba una niebla negra que finalmente adopto de forma inestable el rostro del hombre. Un rostro negro con ojos verdes electrizantes. Observo a Sonia directo a los ojos y empezó a reír de forma irónica y amargada.
Sonia se puso de pie tambaleándose y se alejó lo más rápido que pudo, la risa aun la acompañaba y el eco se extendió a lo largo de los pasillos.
Corrió hasta que se le cansaron los pies, hasta asegurarse de que no la habían seguido. Se desplomo cerca de una pared agotada y se abrazó a sí misma asustada.
— Era un Holder— se repitió a si misma aterrada— Un maldito Holder, y por poco abro la capsula...por poco me mata.
Sonia tomo la resolución que debía salir de allí lo más rápido posible. Debía encontrar la sala de control, si lograba contactar con Devi...debía averiguar que había ocurrido, donde estaba el resto de la tripulación...
"¡Donde están sus cuerpos!"
Corrió por los insondables pasillos revisando cada habitación. Después de algunas horas encontró un salón principal que tenía varios congeladores y contenedores.
— Comida— murmuro Sonia esperanzada dirigiéndose a uno de ellos.
En la base 4 los congeladores se utilizaban para almacenar comida prefabricada. Sonia se había acostumbrado a ellas, eran elaboradas sintetizando varios ingredientes que le suministraban lo necesario para su supervivencia. No había comida orgánica, desde hace muchos años atrás.
La puerta del refrigerador era pesada, le costó trabajo abrirla, al hacerlo un olor fétido invadió los sentidos se Sonia sintiendo las ganas de vomitar. Con el mismo esfuerzo, cerró la puerta rápidamente.
Probo suerte con las otras con el mismo resultado, apenas las abría y el olor a podrido se escapaba.
Para su suerte encontró dos latas de carne sintética debajo de unas alacenas, y con un pequeño cuchillo se las ingenió para abrir una.
Recordó que no había desayunado ese día, sus ganas por reparar los transmisores la habían inundado. Si hubiera escuchado a Devi...
Se lamio los dedos tratando de no dejar restos de la pasta sabor a carne. Encontró un pequeño bolso en donde guardo la otra lata y el pequeño cuchillo con mango verde que hallo en la cocina. Busco algún contenedor de agua, pero la mayoría estaban vacíos, de igual forma tomo uno y busco un grifo para llenarlo.
Se sintió cansada, no sabia exactamente cuantas horas había recorrido ya aquella base.
— Tal vez ya es de noche...—se dijo Sonia algo intranquila.
Avanzo un poco más, y encontró una larga mesa. Había algunos cobertores tendidos sobre otros muebles. Sonia los tomo y los agito sacándoles una nube de polvo. Los extendió bajo la mesa y uso el bolso para apoyar la cabeza.
Trato de conciliar el sueño rápido mientras oía como el viento golpeaba afuera la estructura de la base causando una especie de aullido que ponía a Sonia de pelos de punta.
Estaba asustada. Imagino al Holder de afuera, bailando con el viento. Esperándola.
Y así fue la primera Noche de Sonia.
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