Día 6: Ofrenda
Obi había querido prepararle una sorpresa a Shinra luego que este saliera del hospital de la sexta compañía. Sabía que estos últimos sucesos habían sido demasiado duros para él, sobre todo el ver como su hermano menor Sho era llevado nuevamente con los capuchas blancas, alejándolo de su lado una vez más.
No quería que hiciera demasiado esfuerzo (aunque ya se había enterado por la misma boca de él que apenas despertar de su coma había tenido un combate contra el capitán Burns), por ello prepararía algo dentro de la misma compañía.
Por lo demás, su cerebro estaba seco.
Intentó pedirle un poco de ayuda a los demás chicos, pero todos habían sugerido cosas que... estaban fuera del alcance de sus manos.
"¿Y si lo lleva de un día de campo? ¡Eso es tan romántico!" Exclamó Maki, mostrando una expresión de ensoñación.
Eso... no sonaba a una mala idea. Si no fuera porque realmente no podían alejarse demasiado de la Compañía, sobre todo él al ser el Capitán.
Por ello, terminó volviendo con Hinawa para que le ayudara con sus dotes culinarios.
—¿Qué es lo que le gusta?—preguntó él.
—El ramen—contestó sin pensarlo demasiado.
—... ramen—repitió.
—Sí...—confirmó.
Un pequeño silencio se instaló entre ambos.
—Veremos qué podemos hacer—dijo Hinawa al cabo de un rato, acomodándose los anteojos.
Obi asintió, enérgico, poniéndose manos a la obra.
Una hora después, Obi quería morir. Jamás pensó que preparar un "simple plato de ramen" fuera tan jodidamente difícil. Sin duda una tarea que no todos estaban aptos para realizar.
De todas formas, cuando terminaron el sabor estaba... decente.
—Iré por Shinra y le diré a las chicas que no los molesten—dijo Hinawa luego de terminar de lavar unos utensilios y se secaba las manos.
—Te lo encargo—respondió Obi.
En lo que Shinra llegaba, puso la mesa y sirvió los platos. Así que en cuanto el omega ingresó, ya todo estaba listo para que simplemente se sentaran a comer.
—¿Qué es esto?—Shinra preguntó, sintiendo sus mejillas teñirse levemente de rojo.
—Un intento de ramen—contestó Obi, sonando casi tímido.
Shinra lo miró y luego a los platillos sobre la mesa, para luego volver a dirigir su mirada al alfa.
—¿Lo... preparaste tu?—volvió a preguntar, mientras se sentaba donde Obi le había indicado.
—Con ayuda de Hinawa—respondió—Me disculpo de antemano por el sabor.
Shinra ignoró ese último comentario, para soltar un "gracias por la comida" y probar un primer bocado.
—¿Esto lo hiciste por mi?—se aventuró a preguntar el omega, sin atreverse a dirigir la mirada hacia el otro.
—Por supuesto—contestó sin dudarlo.
Y el corazón de Shinra se sintió explotar.
—Gracias—sonrió genuinamente, mientras un brillo se apoderaba de sus ojos—Está perfecto.
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