Cuando por fin logró subir hasta la azotea y llegar hasta Obi, su cuerpo dolía como el infierno. Estaba completamente magullado y sentía que en cualquier momento la consciencia le abandonaría.

Pero lo había logrado, aunque no estuviera especialmente feliz por el desenlace que tuvieron los sucesos y realmente le doliera ver al Capitán Burns morir frente a sus ojos, a quién llegó a considerar como una figura paterna.

Aun así, a pesar de la molestía que se llegó a acentuar en su pecho, una parte de él se sentía aliviada al ver a su alfa completamente seguro.

—El Capitán Burns luchó hasta el final por este país... protejámoslo*—le escuchó decir una vez estuvo acomodado en su gran y cálida espalda.

Y aunque quiso contestar algo al respecto, su mente solo pudo enfocarse en aferrarse a él e inundarse con el aroma a chocolate amargo que despedía fuertemente desde su cuello, dejando que sus ojos se cerraran, sabiéndose protegido a su lado.

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(*) Diálogo del capítulo 196 "Moonlight al rescate"