Día 14: Bozal
—Creo que esto es un poco demasiado...—intentó hablar Vulcan, pero Tamaki le interrumpió.
—¡Para nada!—exclamó—¡Nosotros también tenemos que apoyar al Capitán y a Kusakabe!
Iris y Maki, quienes estaban con ella asintieron firmemente con la cabeza.
—Aunque a mi me hace ilusión que ambos tengan un pequeño bebé—dijo Maki con ojos lleno de ilusión—¿Lo imaginan? Con los ojos rosa como Shinra y el pelo del Capitán—siguió—¡Sería el bebé más bello de todos!
—Sí, pero no pueden ahora—Iris le trajo devuelta a la realidad.
—¿Y cómo en Asakusa?—debatió.
—Las gemelas Hika y Hina son hermanas del Capitán Shinmon, no sus hijas—le recordó Tamaki.
—Aun así son una familia.
—¡Pero no es lo mismo!—dijeron en unísono Tamaki e Iris. Vulcan las apoyó asintiendo con la cabeza.
Maki se lamentó.
—De todas formas, no creo que debamos inmiscuirnos en su vida privada—Vulcan intentaba negarse a la idea de las chicas porque... vamos, no eran quiénes para regalarle al Capitán Obi un bozal para evitar marcar a su omega.
—¡Pero...!
—¿Qué hacen?—Hinawa, como siempre, apareció tras ellas interrumpiendo lo que fueran a decir.
—¡Teniente!—exclamaron los cuatro.
—¡Siempre aparece de la nada!—dijo Tamaki.
—Sea lo que sea que estuvieran pensando hacer, no lo hagan.
—¿Escuchó todo?—preguntó Vulcan.
—Sí—le respondió—Y si lo hacen, el aue recibirá un castigo serás tu.
Un escalofrío recorrió su espina.
—¡No haré nada, ni siquiera estoy de acuerdo!—se defendió.
—Eso espero—y se marchó por donde vino.
Una vez salió, los cuatro soltaron el aire que tenían retenido.
—El Teniente Hinawa se aprovecha de su ausencia de aroma para siempre sorprendernos—se lamentó Maki.
—De todas formas tiene razón—repitió Vulcan—Mejor dejemos el tema.
Las chicas suspiraron.
—Está bien—y se marcharon antes de que Obi o Shinra se enteraran de lo que querían hacer.
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