✨AMOR EN EL TECHO DEL MUNDO✨
✨DINAMICA DE ESCRITURA IMPROVISADA✨
OBJETIVO:
•Ayudar a escritores a pensar rápidamente y crear nuevas ideas.
•Incentivar a lectores a escribir.
•Formar equipos de lectores y escritores en los que se ponen en marcha sus capacidades imaginativas y redacción.
Líder de equipo: Sagtdfbsas
Miembros del equipo:
En un futuro distópico, el mundo se había fragmentado en colonias, cada una con su propia función y propósito.
La vida se había vuelto una lucha constante por la supervivencia. Las historias de los antepasados eran el único refugio de los jóvenes que crecían bajo los cielos oscuros de las ciudades desoladas.
El destino es cruel y desconocido, y es en medio de toda esa incertidumbre que sus caminos se cruzan, ambos enfrentándose a un peligro, donde se desconoce si sobrevivirán o morirán en el intento por regresar a su hogar.
"Y lo supe, al mirar a tus ojos asustados y a tus labios resecos, al sentir tus manos contra mis manos y solo ese vasto silencio, que estaríamos bien.
Tú y yo, siempre que fuéramos solo tú y yo. Pero entonces, un día, volví a ser solo yo.
"Estaban corriendo.
¡No, mierda! Estaban huyendo.
Como en: ¡muy desesperadamente!¿Has escuchado alguna vez cómo suena una manada de hormigas gigantes devorando hombres? ¿No? ¿Muy específico?
Bueno, déjame decirte que es la cosa más desagradable del mundo, como un montón de pinzas rayando una y otra vez una pizarra pero en, digamos, versión extra grande.
Entonces sí, había hormigas gigantes devorando hombres, pero...¡Oye! Algo bueno de esto: un tipo estaba tomando su mano, como un tipo lindo de verdad.
Yoongi ni siquiera le creería cuando le dijera esto (aunque para eso primero tendría que, ya sabes: regresar vivo con él), pero esa no es la cosa.
La cosa aquí es que un tipo guapo (como muy guapo) estaba sujetando fuertemente su mano, mientras una manada de hormigas los perseguían.
"Oh, como su madre muchas veces le había dicho: '—Formicidae Seokjin, vas a ser líder médico algún día, aprende a llamar a las cosas por su nombre.'"
Y ahora que Jin lo piensa, eso era conveniente, formicidae
- homicidas - hormigas...—Ah, en realidad eso tiene sentido ahora.
— No pudo evitar expresar en voz cortada y con una risa burbujeante en su garganta porque...
—¡Quieres callarte y seguir corriendo!
— Y eso no fue dicho como una petición.
Una voz ronca y profunda lo detuvo en seco en sus divagaciones.
Unos ojos ónix lo miraron desde el frente por unos segundos, lo suficiente como para que Jin se quedara sin aliento ante esos párpados de pestañas larguísimas de negro anochecer y esas curvas filosas que delineaban sus ojos como dagas asesinas.
Jin sintió mucho, mucho calor en ese momento.
(Carajo, carajo, es muy guapo. Yoongi no me va a creer cuando le diga).
Pero... ¡Ah! cierto (había olvidado ese pequeño e insignificante detalle): el papasote que lo llevaba de la mano resultó ser también un reverendo idiota, pero bueno, uno no puede ganarlo todo, ¿o sí?"Tienes que ceder para empezar una buena relación, dar la otra nalga.
"O algo así le había dicho su abuela. Si, bueno... Jin no era muy bueno oyendo a la gente, pero estaba seguro de que ese era, más o menos, el concepto.
Y te preguntarás, ¿quién diablos es este payaso y qué es todo esto de hormigas gigantes homicidas?
¿Y qué tiene el papucho tallado por los mismos ángeles que lo aprieta firmemente y lo lleva hasta el atardecer...?
O bueno, un muro gigante medio destartalado de concreto, ¡pero es la misma cosa!
¿Quién es Jin sino otro más que tu humilde narrador, uno muy guapo por cierto, algo que estaba seguro de dejarle claro a este bruto al final de, bueno, cuando sea que dejaran de correr, si lo hacían... umm...
Como sea, me desvié del tema.
El caso es que, como ya te dije: soy Seokjin, Jin para los amigos (mi amorcito para este papasote), y el hombreote que me arrastra hasta los vastos confines de... una... ¿muralla? (¡Dios, está muy oscuro y estamos corriendo, no me pidas mucho!) es Namjoon.Kim Namjoon.
Mi futuro marido.
"Ay mamá, tenías razón, en alguna parte había una mujer hermosa que me ama por lo que soy... bueno, un hombre, pero es el mismo concepto.
"Ya podía escuchar las campanas.Y bueno, ambos estamos a punto de morir devorados por insectos de seis pies (seis pies literales)... pero oye, al menos moriré enamorado, es más de lo que creí conseguir.
Kim Namjoon no estaba en su mejor momento, maldita sea.
¿Quién iba a decir que todo iría tan mal tan rápido?Se suponía que hoy sería normal, solo un viaje rutinario le habían dicho sus camaradas.
Era el primer día de Namjoon como protector y estaba siendo un desastre.
A primera hora de la mañana, Minho lo había convocado para darle su primera misión de rango Alfa, la cual se había resumido en escoltar al hijo del funcionario de la colonia Zyris.
Todo iba a ser algo seguro para ambos. Iba a ser la primera vez del chico, al igual que la de Namjoon, y él solo debía asegurarse de que el chico llegara a las afueras de Toths, tomara sus estúpidas pruebas de hongos extraños, para lo que fuera que hacían los de Zyris, y regresarlo a su casita con su papá con todas sus partes intactas.
Sin embargo, nunca se imaginó que toda la experiencia se convertiría en una pesadilla.
Todo porque el niñito demasiado extasiado no podía dejar de toquetear todo.
Y vale, Namjoon lo entendía, también era su primera vez, mierda, ni se suponía que vendría a estas cosas, pero justo Jungkook se había enfermado y lo último que quería era obligar a alguno de sus chicos a trabajar extra.
Pero bueno, eso no era algo que importara mucho cuando ni dos horas después el niño apareciera saltando emocionado por quién sabe qué cosa dijo y terminara rompiendo uno de los tentáculos olfativos del pequeño refugio a las afueras en el que estaban.
Antes de que Namjoon se diera cuenta, uno de esos monstruos comenzó a rodearlos, su equipo pronto se dispersó.
Él solo atino a tomar con fuerza la mano del hijo del empresario y a huir de allí hacia cualquier lado.La lucha era intensa, pero corta.
Sus hombres, sus muy confiables hombres, siempre dispuestos a luchar, se vieron rápidamente superados; la cantidad de monstruos era demasiada.
En poco tiempo, solo quedaron seis soldados, el resto estaba en el suelo o siendo devorados por los monstruos, ríos de sangre junto a restos de cuerpos mojaban la tierra seca a sus pies, los gritos de terror y ayuda resonaban en el lugar.
Namjoon apenas se permitió pensar demasiado en lo que estaba sucediendo.
Esquivó y empujó a lo que se interpuso y llevó consigo a este chico extraño que había empezado a reír de la nada mientras la sangre caía a su alrededor.
Y no fue sorpresa cuando por un momento se cuestionó: ¿Mierda y si este tipo está loco? Genial, estaba corriendo con un sociópata sonrojado y muy enfermo de la mano.
Namjoon se consideraba a sí mismo como alguien inteligente.
No era una presunción, pues era el más joven en dirigir su colonia, así que de algún lado venía esa seguridad.
Pero era la primera vez que se veía a sí mismo en una situación como esta, y no iba a mentir: estaba aterrado.
En sus 26 años, ni una sola vez tuvo que enfrentarse a las tejidas Formicidae.
Y ahora no solo se enfrentaba a ellas, sino que estaba corriendo con un chico desconocido a cuestas y a su cuidado y sin idea de dónde estaban sus hombres o si estaban bien.
Si Namjoon no estaba pasando su mejor momento, así que cuando vio la gran columna que se alzaba ante ellos, algún requicio de lo que estaba seguro era la cúspide de una construcción olvidada hace mucho, no dudó en correr hacia allí.
No creía que eso las detuviera, pero solo debían estar fuera de su olfato por el momento y entre tanto polvo, quizá lo despistarían.
O Namjoon esperaba que su poco conocimiento sobre las incursiones fuera lo suficiente en ese momento.
De verdad lo esperaba, así que podrías entenderlo.
Con todo el estrés que estaba teniendo encima, porque cuando llegaron a las escaleras y el chico soltó su primera protesta en un rato, Namjoon no reaccionó de la mejor manera.
—Vuelves a hablar y voy a soltarte para que te coman y a salvarme a mí mismo
—era una promesa vacía, Namjoon lo sabía, mierda, estaba seguro de que este chico también lo sabía por lo fuerte que le llamaba su mano sujeta.
Pero bueno, había logrado lo que quería o eso fue antes de que viera a una de esas mierdas acercarse y antes de que pensara lo que estaba haciendo, saltara unos escalones y empujara al chico hacia el borde de la muralla.
El niño cayó de espaldas y Namjoon, en un impulso instintivo, se lanzó sobre él, protegiéndolo con su propio cuerpo.
Sintió el golpe del monstruo a su lado, el aliento caliente y putrefacto que los rodeaba, mientras la bestia intentaba alcanzarlos con sus mandíbulas afiladas.
—¡No te muevas! —gritó Namjoon, sintiendo su corazón latir con fuerza en su pecho, casi al mismo ritmo que el temor que lo invadía.
No podía permitir que el chico fuera otro de los que sucumbieran ante la brutalidad del mundo en el que vivían.
Mientras forcejeaban en el suelo, Namjoon notó cómo la adrenalina lo mantenía alerta, y la proximidad del chico a su lado le hizo querer protegerlo aún más.
Se giró, intentando encontrar una manera de salir de esa situación.
Las hormigas se acercaban, y cada vez que él pensaba que no había salida, una nueva oleada de pánico lo asaltaba.
—¡Debemos levantarnos! —exclamó Jin, su voz resonando en el caos, rompiendo el frágil silencio que había envuelto la situación.
A pesar del miedo, había una determinación en su tono, una chispa de valor que Namjoon no esperaba ver en un niño.
—¿Estás loco? ¡No podemos salir!
—le respondió, su voz un susurro tenso.
Pero, al mismo tiempo, Namjoon se dio cuenta de que Jin tenía razón.
No podían quedarse allí.En ese instante, el destino pareció tomar un giro inesperado.
Una luz brillante iluminó la muralla, y Namjoon sintió que su cuerpo se tensaba aún más, preparado para cualquier cosa.
El chico lo miró con los ojos muy abiertos, buscando una respuesta que no tenía.
Pero el tiempo se agotaba, y el rugido de las bestias se hacía cada vez más fuerte.—¡Confía en mí! —dijo Jin, mientras comenzaba a levantarse.
Su determinación era contagiosa, y Namjoon no pudo evitar sentir una extraña conexión con él, una sensación que había estado ausente en su vida desde que se convirtió en protector.
Con una rápida respiración, Namjoon tomó la mano de Jin y se levantó de un salto. Tenía que actuar rápido.
La muralla estaba colapsando, y la manada de hormigas seguía avanzando.
No había tiempo para dudar.—¡Sigue adelante!
—gritó mientras corría, arrastrando a Jin detrás de él, saltando por las rocas y la escombrera.
El chico no solo corría, sino que lo seguía con una rapidez inesperada, y en cada paso que daban, la conexión entre ellos crecía más fuerte.
La luz resplandecía intensamente en el horizonte, y Namjoon sabía que debía ser una salida.
Sus instintos le decían que debían llegar allí.
Las hormigas estaban demasiado cerca, podían sentirlas, y el sonido de sus cuerpos al chocar con el suelo era aterrador.
Finalmente, llegaron a un espacio abierto, un antiguo patio en ruinas donde el sol brillaba a través de las grietas.
Namjoon se detuvo, mirando hacia atrás para asegurarse de que las criaturas no los alcanzaran.
Su respiración era pesada, y sintió el cansancio apoderarse de él.
—¿Estás bien? —preguntó, volviéndose hacia Jin, quien parecía igualmente exhausto pero aún de pie, con una mirada decidida en sus ojos.
—Sí, sí, estoy bien —respondió Jin, sonriendo con una energía inesperada, y
Namjoon se dio cuenta de lo que eso significaba.
No solo estaban vivos, sino que también habían encontrado una fuerza que ninguno de los dos sabía que tenían.
—Escucha, esto no ha terminado —dijo Namjoon, su voz grave.
— Necesitamos encontrar una forma de salir de aquí.
No podemos quedarnos a merced de esas cosas.
Jin asintió, y su mirada se desvió hacia un grupo de edificios en ruinas más allá del patio.
La esperanza se encendió en su pecho.—Podemos refugiarnos allí —sugirió.
Sin dudarlo, ambos comenzaron a moverse hacia el edificio más cercano.
Mientras corrían, Namjoon no pudo evitar recordar la conexión que había sentido con Jin.
Algo en su determinación, en su sonrisa, lo había hecho sentir vivo nuevamente.
En un mundo donde todo parecía perdido, este chico, con su locura y valentía, le había devuelto la esperanza.
Finalmente, llegaron al edificio y se escondieron detrás de una pared derrumbada.
Desde allí, podían ver cómo las hormigas deambulaban, buscando a su próxima víctima.
Namjoon sentía su corazón latir con fuerza, pero estaba más decidido que nunca a proteger a Jin.
—¿Crees que estarán fuera? —preguntó Jin, respirando pesadamente mientras se acomodaba contra la pared.
—No lo sé —respondió Namjoon, mirando hacia el exterior—, pero si hemos llegado tan lejos, no podemos rendirnos ahora.
Y en ese momento, entre el peligro y el caos, algo cambió entre ellos.
Jin lo miró con una intensidad que Namjoon nunca había visto antes.
Era un momento frágil, lleno de emociones no dichas, una chispa de algo más que la simple supervivencia.
—¿Prometes que saldremos de esto? —preguntó Jin, su voz suave pero firme.
—Te lo prometo —dijo Namjoon, sintiendo que esa promesa iba más allá de solo sobrevivir.
Era un vínculo, un compromiso que él nunca había esperado formar en medio de la desesperación.
Mientras las horas pasaban, comenzaron a trazar un plan para escapar.
Con cada palabra compartida, cada risa a pesar del miedo, la conexión entre ellos se fortalecía.
Jin se convirtió en algo más que solo un chico que debía proteger; se convirtió en alguien que había traído luz a su mundo sombrío.
La noche llegó y las hormigas parecían dispersarse, buscando otras presas.
Fue entonces cuando Namjoon y Jin decidieron que era hora de actuar.
Juntos, se prepararon para salir, y a medida que avanzaban hacia la salida, sabían que lo que había comenzado como un día aterrador había cambiado sus vidas para siempre.
Salieron al exterior, enfrentándose a la oscuridad y a lo desconocido.
Pero esta vez, no eran solo dos extraños huyendo de las sombras.
Eran dos almas entrelazadas, luchando por un futuro, por un destino que no solo les pertenecía a ellos, sino a todos los que seguían luchando en el mundo desgarrado que habitaban.
Fin
•Esta historia no fue corregida, ni elaborada por las administradoras de CMBS, cualquier error y todo mérito dentro de la historia es propio de los miembros de cada equipo.
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